Cultura

Carlos Salado: "Nuestra misión es que la gente consuma rumba sin moderación"

El dúo alicantino Uña y Carne presenta nuevo disco y arranca su primera gira nacional este viernes, 21 de marzo, en la sala The One

ALICANTE. El cineasta y compositor alicantino Carlos Salado se lanzó a contracorriente en 2016 para rodar su primer largometraje, Criando ratas. El filme supuso el regreso del cine quinqui de los años ochenta e inauguró el subgénero neoquinqui en el nuevo siglo. Una película que dejó su huella incluso en algunas tesis doctorales y que marcó una estela que siguió posteriormente la cinta Mala ruina.

Ese poso efervescente ha ido creciendo a lo largo la última década, también en el mundo de la música. De hecho, fue el germen del dúo musical Uña y Carne que, desde 2021, conforman el propio cineasta como guitarrista y el cantante Antonio Clavería. Tras publicar entonces su primer disco, Lo que el tiempo no sabe borrar, ahora dan a conocer su segundo trabajo. Se trata del álbum Consume rumba sin moderación, que presentarán el 21 de marzo en la sala The One en el que será el concierto de arranque de su primera gira nacional.

No será su primera actuación fuera de la terreta, pero sí será la primera vez que organizan un conjunto de actuaciones que se alargarán en el tiempo. “Ya hemos tenido la oportunidad de girar por distintas zonas del país, pero es cierto que esta es nuestra gira más ambiciosa y esperamos que nos dé muchas alegrías”, afirma Carlos Salado.

Lo que desean es compartir con el público sus historias. “La idea es seguir siendo meros cuentacuentos y narradores de historias cotidianas de las que mucha gente pueda sentirse identificada”, afirma impulsor de este proyecto, que nació poniendo música a la historia de El Cristo, personaje protagonista de las películas Criando ratas y Mala ruina, contando en canciones sus diferentes etapas.

 

El primer trabajo del grupo será en formato transmedia

Rumba para llorar y para estar de juerga

Esta vez el hilo narrativo es la propia rumba. “Es es un estilo muy agradecido que sirve para llorar, estar de juerga, establecer líneas de debate y mucho más”, sentencia. El primer disco fue un proyecto transmedia, con un videoclip por cada tema, y en esta ocasión también habrá protagonismo para el aspecto audiovisual, según prometen. “Es difícil con un director de cine en el grupo no darle protagonismo a lo audiovisual”, afirma el guitarrista.

De hecho, el paso del cine a la música surgió de forma natural y asegura sentirse tan cómodo en un lado como en el otro. “Sería como elegir entre papá y mamá; no se puede elegir porque no hay cine sin música y a nosotros nos encanta poner imagen a nuestras canciones y esperamos poder hacerlo por muchos años más”, apunta.

“Siempre que la situación lo permita, habrá videoclips”, añade. Un formato que les ha servido para profundizar en sus colaboraciones con otros artistas. Y es que en poco tiempo han captado la atención de figuras de la música como Jincho, Costa Gamberro, Bebe o el Canijo de Jerez. “Surgieron de la inmensa admiración que les tenemos a dichos artistas y de la osadía de pedirles formar parte de algo bonito”, justifica el músico y cineasta.

Música artesanal para remover conciencias

“Con el Canijo de Jerez coincidimos en los camerinos de un festival y la verdad es que nos hizo cumplir un sueño porque trabajar con tus ídolos es maravilloso y les estamos eternamente agradecidos”, recuerda el artista. A sus ídolos les unen ciertas cosas que les hacen entrar en sintonía muy rápidamente. Es esa música artesanal y la intención de remover conciencias, algo que mantienen muy vivo desde sus primeros trabajos musicales. “Seguimos en las mismas, pero nunca hemos renunciado a la incorporación de nuevos sonidos si la situación lo requiere; siempre con nuestro género amado, la rumba, como columna vertebral del proyecto”, explica.

 

Imagen promocional del dúo Uña y Carne

Una única misión

De hecho, en las imágenes promocionales del disco ha querido rompedore con lo tradicional simulando robots humanizados. “Han experimentado con nosotros en un laboratorio secreto, ahora somos dos sujetos biónicos con una única misión: que la gente consuma rumba sin moderación”, cuenta con ironía. Y es que su personalidad inquieta le lleva siempre a crear. De hecho, adelanta que quizá pronto haya novedades en el ámbito cinematográfico. “Un artista nunca para de crear y de tener ideas, aunque materializarlas ya es otro cantar y a veces no depende del creador, pero ojalá pronto podamos dar alguna buena noticia”.

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