VALÈNCIA. Resulta en cierta medida paradójico que el actual Gobierno de España liderado por Pedro Sánchez disponga de un importante abanico de cargos relevantes que provienen del PSPV-PSOE. El denominado poder valenciano, una construcción periodística dirigida a evaluar el nivel de influencia de la Comunitat en Madrid que derive en decisiones beneficiosas para esta autonomía, se encuentra teóricamente en un punto álgido dada la amplia representación existente en el ejecutivo central, pero lo cierto es que en muchos casos las decisiones estratégicas que se adoptan no terminan de beneficiar la posición de los socialistas valencianos ni la de su líder, la también ministra Diana Morant, ni tampoco especialmente a los habitantes de la Comunitat.
Desde que la exalcaldesa de Gandia se convirtiera en secretaria general del PSPV en febrero de 2024 con el apoyo de Pedro Sánchez, se han producido diversas decisiones estratégicas surgidas de la Moncloa que han puesto a prueba la lealtad de la federación valenciana y de la propia Morant. Una situación que ha comenzado a hartar a muchos cargos intermedios del partido en la Comunitat, que no ven la ventaja de esta suerte de seguidismo 'perruno' y tampoco pueden olvidar la parte de responsabilidad que atribuyen a Sánchez y su gobierno en la derrota sufrida en las elecciones autonómicas de 2023.
Varias de estas decisiones han tenido que ver con la Dana. En primer lugar, la poca presencia de Pedro Sánchez en tierras valencianas desde la catástrofe: su primera visita se produjo dos días después de la riada, concretamente a una reunión del Cecopi con el objetivo de mostrar el apoyo del Gobierno de España. A ello le siguió, poco después, el tenso episodio en Paiporta junto a los reyes y al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón; que terminó con la salida precipitada de Sánchez del municipio al ver comprometida su seguridad. Tres meses tardó en regresar el presidente del Gobierno y lo hizo para un encuentro con alcaldes en la Delegación del Gobierno, una cita en la que no se contó con el jefe del Consell, y que sirvió para que después Sánchez pudiera acudir al congreso del PSPV en València una semana después sin que pudiera afeársele que regresaba para un acto de partido tras su prolongada ausencia. Obviamente, aunque desde la dirección de los socialistas valencianos se defienda a capa y espada al presidente del Gobierno, resulta evidente -y así lo admiten en privado- que la presencia de Sánchez ha sido insuficiente en comparación a la tragedia acaecida en la provincia, que se saldó con 228 víctimas mortales.
También resultó compleja de defender la postura inicial del PSPV en noviembre (obviamente dirigida por Moncloa) de ofrecer el apoyo "a ciegas" a Mazón para los presupuestos tras la Dana. Una idea pronunciada por la propia Diana Morant que pretendía ofrecer la imagen de mano tendida ante la crisis posdana pero que también ocultaba el argumento político de buscar una contraprestación del PP -o al menos una posición en el relato- de cara a la aprobación de los presupuestos en el Congreso. La iniciativa no prosperó y obligó a un cambio de postura a los pocos días, con Morant ofreciendo a Alberto Núñez Feijóo los votos socialistas en Les Corts para apartar a Mazón. Así, aunque desde el PSPV defiende que fue una actuación "coherente" de responsabilidad política hasta que comprobaron que no encontrarían colaboración del Consell, la imagen que quedó de la maniobra fue más bien la de un bandazo para mejorar la posición estratégica.
Respecto a la Dana, la última de las decisiones desde la Moncloa que también genera dudas en el PSPV es la postura sobre la presentación de una moción de censura en Les Corts. La propia Morant dejó la puerta a esa posibilidad días atrás y envió la pelota a Feijóo para que considerara ("en horas") su propuesta de relevar al presidente de la Generalitat. Tras varios días sin concretar el movimiento, y pese a que internamente Morant recibió luz verde y apoyo de buena parte del PSPV para dar un paso adelante sobre esto, Moncloa ordenó para máquinas y no avanzar por esa vía, con lo que finalmente la líder del PSPV decidió centrar su discurso en la exigencia de elecciones anticipadas. Es cierto que, desde el punto de vista político, resulta difícil saber si es positivo presentar una moción de censura con la total seguridad de que no iba a prosperar (Vox ya dijo que no la respaldaría), pero al mismo tiempo, y así lo razonan algunos cargos socialistas, era casi una "obligación" impulsarla por parte del PSPV. "Si con 228 fallecidos y la manera de gestionar la catástrofe del Consell, no la presentamos... ¿cuándo habría que hacerlo?", se pregunta un dirigente consultado por este diario, que ve además compatible defender una moción de censura y al mismo tiempo el adelanto electoral.

- María Jesús Montero y Diana Morant -
- Foto: EP/A. Pérez Meca
Estos casos no son los únicos. Se han producido otros no vinculados a la Dana donde el PSPV también ha tenido que batirse el cobre por defender el argumentarios de Moncloa que, a menudo, no conllevaban una mejora para las siglas en la Comunitat Valenciana, o incluso lo contrario. Ejemplo de ello se produjo meses atrás con el papel jugado respecto a la eternamente postergada reforma del sistema de financiación autonómica, donde el PSPV trató de defender el argumento emitido desde Madrid de culpar al PP de la imposibilidad de acometerla, pese a que este es un proceso que debe capitanear el Gobierno de España y, más concretamente, el Ministerio de Hacienda liderado por María Jesús Montero.
Sobre este asunto, los socialistas valencianos dieron marcha atrás con la reivindicación de un fondo de nivelación -algo que la pasada legislatura reclamaba el propio presidente, Ximo Puig- para compensar la infrafinanciación de la Comunitat hasta que se reformara el sistema. Una exigencia en la que sí insistió el Consell de Mazón y también Compromís, lo que derivó en un choque notable en la Plataforma per un Finançament Just, creada bajo el ala de la formación socialista en 2017 y en la que participan los distintos partidos, sindicatos y patronal, y que terminó con la formación socialista rompiendo el consenso en septiembre al tratar de lograr que el resto de miembros se comprometiera a apoyar la senda del déficit para que el ejecutivo de Pedro Sánchez pudiera aprobar los presupuestos. El rechazo a este planteamiento derivó en la ruptura de la unanimidad que hasta ese momento había mantenido la plataforma y a un agrietamiento de la misma.
Más recientemente, también el PSPV se ha visto obligado a defender la tesis del Gobierno central sobre la condonación de la deuda promovida a raíz de los compromisos adquiridos de Sánchez con Cataluña. Más allá de que en este asunto pueda existir mayor convencimiento de los socialistas valencianos en esta iniciativa, desde el punto de vista general no son pocos los que admiten que erigirse en uno de los defensores del presidente del Gobierno en este asunto tampoco apunta a propiciar demasiado provecho político para el PSPV, e incluso dirigentes opinan que facilita munición al PPCV de Mazón para desviar la atención de su situación de crisis actual.