MADRID. La mala prensa que últimamente tiene el diésel está acelerando en todas las marcas la diversificación de alternativas de propulsión para evitar que cualquier limitación a la circulación les pille con el pie cambiado y dé al traste con sus millonarias inversiones en motores cada vez más limpios y eficientes.
Citroën no iba a ser menos y, sin olvidarse de mejorar sus propulsores de gasolina y diésel y desarrollar vehículos eléctricos, también apuesta por las motorizaciones bifuel: de gasolina y de GLP (gas licuado del petróleo, que es entre un 30-40 % de media más barato que los carburantes tradicionales).
Es el caso de la berlina compacta que ha probado Efe: Citroën C-Elyseé VTi 115 GLP Shine, que se fabrica en Vigo, en la planta que PSA tiene en esta ciudad gallega.
Está impulsada por un motor de gasolina 1.5 litros de inyección indirecta y cuatro cilindros, que también puede funcionar con GLP.
Para ello equipa dos depósitos: uno de 50 litros de Eurosuper 95 y otro de 24 kilogramos para el conocido también como Autogas (supone el 3,4 % de las 1.518.370 de toneladas de GLP -Gases licuados del petróleo- que se consumen al año en España).
En total, la autonomía media que nos puede brindar este vehículo es de unos 656 kilómetros.
La potencia que ofrece es de 116 CV a 6.050 rpm, lo que obliga a llevarlo alto de revoluciones si que se quiere ir rápido, porque el par máximo, de 150 Nm, lo entrega a las 4.000 rpm.
La aceleración en este coche -que hay que subrayar tiene como objetivo principal la eficiencia- es tranquila. Carece de un turbo que le haga más dinámico, por lo que tarda 9,4 segundos en alcanzar, desde parados, los 100 km/h. La velocidad máxima que puede alcanzar es de 188 km/h.