ALICANTE. La reordenación de los edificios de uso residencial planteada para la segunda unidad de ejecución del Plan Parcial de Benalúa Surd de Alicante, sobre el ámbito que abarca las antiguas fábricas de Harinas Bufort y Harinas Cloquell, obtiene finalmente el beneplácito de la Generalitat. La comisión de evaluación ambiental de la Dirección General de Urbanismo, Paisaje y Evaluación Ambiental emitió el pasado 26 de octubre el informe ambiental y territorial estratégico favorable que resultaba necesario para que la propuesta sobre la primera modificación de ese proyecto urbanístico avanzase hasta la última fase de su tramitación administrativa. Ese último paso consistiría en su elevación a pleno para su aprobación definitiva: un hito que podría producirse a principios de 2026. De ahí que el acuerdo suponga imprimir un respaldo clave para acelerar el desarrollo de un sector urbanístico pendiente de ejecución desde que se aprobó su primera versión, en el año 2003.

Más allá de ese impulso, el acuerdo también resulta trascendente en la medida en que avala los dos cambios esenciales contemplados en esa modificación de planeamiento. Se trata, en realidad, de dos variaciones vinculadas de forma directa: la concentración de la edificabilidad del sector en dos torres con el propósito de procurar la conservación de elementos de relevancia patrimonial y arquitectónica de los edificios de las dos fábricas históricas. Con ello, se evita su demolición, como se preveía el Plan Parcial hasta ahora. Y, además, se amplía el uso dotacional público del sector, toda vez que ese cambio permite que parte del edificio de Harinas Cloquell pase a formar parte del patrimonio municipal, con la previsión de que albergue un futuro uso público todavía por definir.

Desde que, en 2023, se negoció el convenio de adscripción municipal de ese edificio con los promotores del Plan Parcial (una sociedad formada por las familias propietarias de las harineras), se ha barajado la posibilidad de que ese inmueble pudiese albergar usos culturales, deportivos o administrativos, como sede de oficinas municipales. Después, se han sugerido distintas alternativas, como la posibilidad de que pudiese convertirse en sede compartida de los conservatorios de música y danza, como planteó el Partido Popular (PP) durante la campaña de las últimas elecciones municipales, o que pudiese albergar un museo, como han llegado a reivindicar las asociaciones de vecinos del entorno. Con todo, la definición del destino definitivo de ese inmueble queda ahora aplazado hasta la redacción del Plan General Estructural (PGE), ahora en la última fase de redacción de su borrador, como ya ha informado este diario.

Dos bloques de 7 y 17 alturas

La modificación del Plan Parcial conlleva, así, la disposición de dos bloques residenciales en los que se agrupará el total de la edificabilidad ya prevista: 102.732 metros cuadrados repartidos en las dos subunidades de ejecución a las que se da paso ahora. En último término, ese parámetro conllevaría la construcción de cerca de 140 viviendas, que quedarán agrupadas en dos edificios. El primero de ellos tendrá siete alturas (planta baja más seis elevaciones) y se situará a espaldas del actual edificio de Bufort. Y el segundo, alcanzará las 17 elevaciones (planta baja más 16) y quedará emplazado en la parcela trasera de la fábrica de Cloquell, junto a un anexo de uso terciario, de planta baja. Entre ambas torres y los edificios de las antiguas fábricas, se generará una nueva plaza provista de zona verde.

Por su parte, el edificio central de la fábrica de Bufort y su silo dejarán de tener un uso industrial para destinarse a usos terciarios. De hecho, la propuesta de modificación del Plan Parcial concentra prácticamente toda la edificabilidad asignada a ese destino en ambos inmuebles: en torno a 3.750 metros cuadrados. Eso sí, como sucede con el caso de lal fábrica de harinas Cloquell, el uso futuro de esos dos edificios también está por definir, aunque se estaría barajando la posibilidad de que pudiese transformarse en un hotel, un coliving, o en un centro de oficinas de empresas.

En todo caso, la resolución favorable de la comisión de evaluación ambiental también delimita los deberes que todavía deben cumplimentarse antes de que puedan llegar a promoverse las obras de urbanización. En este sentido, establece cinco puntos pendientes de análisis en el momento en el que se produjo la evaluación. El primero consiste en la obtención de informe favorable de la Dirección General de Patrimonio Cultural, toda vez que los edificios a conservar de las dos fábricas deben quedar catalogados. El segundo, en la elaboración de un informe de integración paisajística, toda vez que el ámbito de actuación se encuentra afectado por el Pativel.

El tercero, la delimitación de la infraestructura verde. El cuarto, la emisión de un informe de la Dirección General de la Costa y el Mar, con la advertencia de que, de resultar desfavorable, también lo sería el propio informe ambiental al que se le da curso. Y el quinto y último, el pronunciamiento del Ayuntamiento de Alicante respecto a la necesidad de que se adopten medidas correctoras por la afección acústica que podría suponer la densidad del tráfico que transita por la avenida de Elche.