ALICANTE. El equipo de Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Alicante oficializó este jueves, con una jornada de trabajo, la presentación en sociedad de Alicante Futura: un proyecto con el que trata de ordenar y canalizar el potencial de la ciudad como sede para la instalación de empresas innovadoras y de base tecnológica en el conjunto del término municipal, pero con una mirada preferente dirigida hacia su frente marítimo. 

Se trataría de poner en marcha un proceso similar al registrado en la Marina Real de València, por ejemplo, en el que coexisten la hostelería, la náutica y otras actividades económicas arraigadas a su puerto y al conjunto de la ciudad, junto a la incubadora de startups de la familia Roig, Lanzadera, la escuela de negocios Edem o Bankia Fintech by Innsomnia, entre otros. Así lo explicó, de hecho, el director estratégico de la Marina Real, Ramón Marrades, al detallar el proceso puesto en marcha a partir de 2015 para dar un nuevo uso a las instalaciones en las que se gastó más de 500 millones y que habían permanecido abandonadas tras el fin de la época de los grandes eventos: la Copa América y la Fórmula 1. 

¿Cómo lograría 'Alicante futura' ese objetivo? En parte, mirándose en el espejo de la Marina Real. Como relató Marrades, el Consorcio Valencia 2017 se enfrentó al reto de repensar el millón de metros cuadrados en el que se transformó el puerto viejo de València para acoger la Copa América y la F-1: "Teníamos que pasar de un espacio a un lugar, devolverle la vida a un entorno que no se había pensado para el día siguiente", explicó. Para ello, enumeró las acciones necesarias en las que se centraron todos los esfuerzos: buscar el apoyo de la masa crítica preexistente; potenciar las ventajas competitivas, poner en valor la calidad del lugar con pequeñas inversiones rentables, fomentar la diversidad de la inclusión para generar ecosistemas y no monocultivos, crear una cultura de la colaboración, diseñar una programación dinámica y elástica de actividades culturales capaz de atraer al público e instaurar una colaboración público-privada real.

Así, detalló experiencias concretas con éxito en la Marina que partieron de la base de "utilizar a la propia comunidad local como activo". "Teníamos una zona frecuentada por skaters y la aprovechamos; hemos diseñado un Skatepark que ha atraído a equipos de arquitectos reconocidos y que además va a cofinanciar una marca de coches que invierte en patines eléctricos como sistema alternativo de movilidad", apuntó. "Usamos la tradición de las bandas de música de los poblados marítimos y recuperamos una pérgola abandonada para organizar conciertos todos los domingos por las mañanas que arrastran a las familias", explicó. "Teníamos claro que debíamos atraer a las personas, no a los turistas, porque los turistas ya vendrían", insistió. "Los turistas vendrían porque buscarían València, igual que ahora los turistas que vienen a Alicante buscan Alicante; y hoy la Marina es València", resumió.

Después, resaltó la capacidad de ser ágiles a la hora de responder a las necesidades de las empresas y la necesidad de tener un marco permisivo. Así, destacó, por ejemplo, el hecho de que en la Marina tuviesen que adaptar zonas para generar un espacio de pruebas para vehículos sin conductor. "A veces no basta con que se pueda diseñar, sino que también hace falta que se pueda probar la tecnología", enfatizó. Además, citó la apuesta por la generación de energías renovables con la próxima construcción de una torre eólica que también permitirá aprovechar la energía solar y anunció un proyecto de colaboración con la Asociación Nacional de Empresas Náuticas para desarrollar un centro de innovación hidrodinámica, como prueba de actividad arraigada. La combinación de todo ello, según explicó, ha permitido que la Marina atraiga ahora entre 7 y 8 millones de visitantes al año y que se hayan incrementado un 300% sus ingresos.