ALICANTE. Con retraso pero sin cortapisas. El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante, del Partido Popular (PP), da el primer paso para cumplir los compromisos adquiridos durante el pasado mandato para tratar de controlar el ruido asociado a la hostelería con el desglose del primer conjunto de medidas que prevé incorporar en la declaración de dos Zonas Acústicas Saturadas (ZAS) específicas en calles del Centro Tradicional y Casco Antiguo: las dos áreas en las que se han venido acumulando la mayoría de quejas y denuncias vecinales.
Eso sí, la aplicación de esas y otras medidas similares queda abierta a otras zonas de la ciudad en el caso de que resulte necesario. Ese fue, cuando menos, el aviso a navegantes que avanzó este martes el vicealcalde, portavoz del equipo de gobierno y edil de Medio Ambiente, Manuel Villar, al detallar el alcance de esas dos primeras ZAS en ciernes. Con ello, se pretendería impedir que puedan reproducirse situaciones como las registradas en los dos barrios del núcleo del casco urbano, en los que se habría constatado la superación de los límites previstos en la Ley contra la Contaminación Acústica de manera reiterada. "Si se tienen que aplicar en otras zonas, se aplicarán; no nos va a temblar la mano en actuar", resumió Villar, respecto a la posibilidad de que el problema de convivencia entre la actividad hostelera y el descanso vecinal pueda desplazarse a otros sectores del término municipal.
De este modo, se evitaría que pudiesen producirse situaciones de excepcionalidad o que se consintiese un funcionamiento indebido de locales de ocio y hostelería en otros puntos de la trama urbana sin medidas restrictivas, como las que sí se pretende activar de inmediato en los entornos de la calle Castaños y de la Plaza Quijano. O lo que es lo mismo, no habría lugar a un posible agravio respecto al funcionamiento de negocios instalados en puntos como el Puerto o el entorno del campo de golf, en Playa de San Juan, como el que ya han comenzado a vislumbrar los hosteleros posicionados en Centro y Casco Antiguo.
¿En qué consisten esas limitaciones previstas para las dos primeras ZAS? Sus líneas centrales son la reducción de horarios de apertura para el conjunto de establecimientos hosteleros situados en esas dos zonas, de modo que solo podrán ejercer su actividad hasta las 00:30 de domingo a jueves y hasta la 1:00 horas los viernes, sábados y vísperas de festivo, lo que supone un recorte de cerca de dos horas respecto a su regulación actual. De ese régimen general solo se excluirán las discotecas, que podrán funcionar hasta la 1:00 y hasta las 2:00 en los mismos supuestos.
Pero no solo eso. En el expediente de declaración de ambas ZAS, que debe aprobarse en Junta de Gobierno en las próximas semanas, se incluyen otras limitaciones, como la reducción de horario de autorización de las terrazas, al margen de los cambios introducidos a través de la Ordenanza de Ocupación de Vía Pública. Tras la implantación de esas dos ZAS, solo podrán estar instaladas hasta la medianoche de domingo a jueves y hasta las 00:30 viernes, sábados y vísperas de festivo y en los siete días de la semana en el periodo comprendido entre el 1 de junio y el 30 de septiembre.
El paquete de medidas incluye también la suspensión de licencias para nuevos negocios, así como para la instalación de veladores. Y, por último, se prevé igualmente un recorte del 50% en la superficie a ocupar por los veladores que ya cuenten con autorización con el objetivo de limitar afluencias multitudinarias en la vía pública. Todo esa batería de limitaciones se pretende acompañar de una mayor presencia policial para velar por su cumplimiento desde el momento en el que se produzca su entrada en vigor. Para ello, se pretende que puedan implementarse como medidas cautelares antes de que la declaración de las dos ZAS pueda quedar avalada por la Generalitat.
Del rechazo en los juzgados a la satisfacción
El mero anuncio de esas medidas ya suscitó este martes el rechazo frontal de los empresarios hosteleros hasta el punto de que sus representantes -a los que el PP quiso anticipar el detalle de las limitaciones previstas- se levantaron de la mesa y avanzaron su intención de emprender acciones legales para evitar su implantación. Esa posición contaría con el respaldo de las tres asociaciones mayoritarias del sector -APEHA, ARA y Alroa- toda vez que se albergaría el temor, precisamente, de que las restricciones previstas para los dos primeros barrios pudiesen extenderse hasta otras zonas de la ciudad, con un alcance generalizado similar al que tendrá la nueva regulación de horarios para las terrazas incorporada en la Ordenanza de Ocupación de Vía Pública, sin que se dé cancha a una posible rectificación que permita mantener los horarios actuales.