ALCOY (EFE). Las lluvias registradas los pasados meses de marzo y abril en el interior de la provincia de Alicante, en comarcas como l’Alcoià y el Comtat, pueden propiciar este año una buena cosecha olivar en este territorio, donde la mayoría de poblaciones productoras ha acumulado en ese periodo por encima de 100 litros por metro cuadrado (l/m2) y en algunas, como Agres, Gaianes, Alfafara o L’Orxa, se han sobrepasado los 200 l/m2.
Estas cantidades de agua han hecho aparecer una cantidad excepcional de trama, flor del olivo que después de la floración de junio y la polinización, termina siendo el fruto. Aparecen en racimos de entre 10 y 40 flores, según la variedad del olivo, y los agricultores de la zona ya visualizan una floración buena para las próximas semanas
"El clima es clave para que se conserve la trama y después florezca", ha explicado a EFE Esther Vilaplana, responsable de la Almazara de Millena, municipio de la comarca del Comtat.
La floración y el cuajado dependen del clima, ya que si durante esa etapa hace más de 30°C y el tiempo es seco, se puede perder gran parte de la producción. Además, como ha recordado Vilaplana, "el campo tiene que estar hidratado antes de que florezca", pero ha advertido de que si llueve demasiado durante la floración, el polen se dispersa menos y se reduce la polinización.
Como ha detallado también a EFE el productor de aceite Juan Martínez, de la Almazara La Alquería de Muro, “apenas un 2 % de la floración acaba en fruto”. Esto se debe a que en el ciclo del olivo, el polen viaja mucho y es extraño que fecunde flores del mismo árbol. Tampoco suele hacerlo con las de la misma variedad, por lo que de toda la trama existente, solo una pequeña parte llegará a ser oliva.
El proceso de cuajado, en el que las flores generan pequeñas olivas, dura entre seis y ocho semanas, aunque muchas de ellas se desprenden del árbol durante ese tiempo y permanecen las que el olivo puede alimentar. Entonces, es el momento en el que los agricultores saben si la cosecha va a ser exitosa durante la próxima campaña.
De ser buena, esta campaña olivar no solo comportaría una bajada de precios en los aceites de oliva de la zona, sino que daría más trabajo a las personas, impulsaría la economía local y permitiría disponer en las casas de la provincia de Alicante de un producto saludable y próximo, según han informado a EFE fuentes del sector.