ALCOY. La emblemática industria alcoyana Cárnicas Catalá ha planteado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción para la totalidad de su plantilla, formada por 47 trabajadores de la fábrica y los ocho de los dos puntos de venta propios que tiene en la ciudad.

El motivo del ERE para los 55 empleados se justifica en causas económicas y según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, correspondientes a 2023, la cifra de negocio se situó en los 8,5 millones y el año se cerró con unos beneficios netos en torno a los 19.800 euros, si bien el anterior arrojaban un saldo negativo de unos 32.300 euros, a falta de conocer la evolución durante 2024. Al cierre de 2023 las deudas con entidades de crédito estaban en torno a los dos millones de euros, tal y como se recoge en las cuentas.

Actualmente, según informan desde el sindicato CC OO, la mayor parte de los trabajadores se encuentran en situación de permiso retribuido y solo acuden unos pocos empleados puntualmente, con el fin de dar salida a los últimos pedidos pendientes, existiendo el compromiso de la empresa de que les abonará la nómina de septiembre. De momento está en marcha la negociación del ERE, que en principio debe estar a punto a final de mes.

Cárnicas Catalá es una empresa familiar que nació en 1969, aunque sus orígenes se remontan a principios del siglo pasado, cuando dos familias, Cabanes y Catalá, sumaron su experiencia y abrieron su primer obrador. La firma está especializada en la fabricación de embutidos, elaborados y sala de despiece. Actualmente cuenta con la fábrica en el polígono Cotes Baixes y puestos de venta en dos mercados, a la vez que también era posible encontrar sus productos en diferentes supermercados y establecimientos de la ciudad y fuera de ella.

Según la información facilitada, solo si existiera un inversor, que asumiera la empresa, podría tener continuidad el negocio, aunque previsiblemente la marca Cárnicas Catalá desaparecería. De lo contrario, se vería abocada a un concurso de acreedores.