ALCOY. 'Como ninguna'. Este es el título del libro sobre los más de 80 años de legado e innovación empresarial de La Española al que ha dado vida Alfredo Alberola Coloma, presidente de honor de la misma. No podía ser otro, pues que "Es La Española una aceituna como ninguna" ha acompañado a varias generaciones y sin duda lo seguirá haciendo, y además la familia ha adoptado ese 'leitmotiv' de hacer las cosas como nadie más las hace, buscando la excelencia y aprendiendo de triunfos y errores, con la convicción de que de las caídas también se aprende y de que, sobre todo, hay que levantarse rápido.
Un libro en el que Alfredo mira al pasado, al presente y al futuro, teniendo claro que "el futuro no es una prórroga del pasado" y que "apostar por la industria es apostar por el futuro. Alcoy es una ciudad industrial y estoy muy orgulloso de estar aquí y disfrutar del trabajo". Y a un pasado que decidió dejar atrás el textil y apostar por una combinación gastronómica que posiblemente pocos hubiesen apostado por ella a priori, pero que pronto pasó a ser el aperitivo por excelencia con el que acompañar a otro clásico alcoyano: el café licor.
En torno a este libro, el Círculo Industrial ha acogido una conferencia dentro del ciclo 'Alcoy mirando al futuro', en la que Alfredo Alberola, tercera generación, y cuatro de sus hijos: Sergio, Fernando, Jorge e Ignacio, que son la cuarta generación, hablaron sobre empresa, cultura, liderazgo y personas, innovación, legado, valores, evolución, y sobre lo que representa la empresa familiar en el mundo económico. Se trata de un ciclo organizado por Alcoy Industrial, el Círculo Industrial, el Campus de Alcoy de la UPV, Cámara Alcoy y Caixa Popular, con diferentes colaboradores y en el que se abordan temas empresariales, industriales, culturales y de vertebración territorial.
Una conferencia que se convirtió en un sentido y emotivo homenaje a Alfredo, quien ha sabido hacer de la empresa familiar un referente internacional y liderar una marca que nació en 1941 y que ha ido sumando retos: del primer objetivo de que cada español consumiera un bote de aceitunas cada año, que repetía el fundador, Alfredo Alberola Sempere, a ser la marca líder del mercado de aceitunas de la segunda generación, con Alfredo Alberola Balaguer, y de ahí a buscar ser los primeros del sector por creativos e innovadores, que ha marcado la visión de Alfredo Alberola Coloma. De sus hijos, ya cuarta generación, Ignacio se fijó el reto de consolidar un grupo empresarial familiar y diversificado, al que sumar el liderar un proyecto de transformación en búsqueda de la innovación y liderazgo, compartido por todos los hermanos Alberola.
Todos han seguido el consejo del padre y abuelo, "aprender a caminar un pasito por delante" y no tirar nunca la toalla. Porque en más de 80 años hay muchos éxitos, pero también "debilidades. Por qué no decirlo, fracasos, y de todo se aprende mucho", apuntaba Alfredo, quien no dudaba en afirmar que "La Española es una historia de compromiso, ilusión, respeto y mucho trabajo". El valor humano fue un tema ampliamente comentado, y entre lo apuntado está el valor de todo el equipo, "que todos y cada uno se sientan autónomos, que se genere buen ambiente de trabajo y con un aprendizaje continuo. De esta manera se mejoran los resultados y sale beneficiado el cliente, la sociedad y la empresa".

- Instalaciones de La Española en Alcoy. -
- Foto: Cedida por la empresa
Una empresa, una fábrica de 14.000 metros cuadrados en pleno barrio de Zona Nord, el más poblado de Alcoy, y donde llevan 65 años: Han ido sumando ampliaciones y dotándola de la máxima tecnología. Lo que vendría a ser "un 600 con un motor de Ferrari", como apuntaba Fernando Alberola.
La cuarta generación: no hay zonas de confort que valgan
Quienes asistieron a la conferencia pudieron conocer más sobre la adaptación, innovación y transformación de La Española, y como apuntó Sergio Alberola, "hace unos cinco años iniciamos un proceso de transformación profunda, éramos más reactivos que proactivos y corríamos el riesgo de quedarnos en una zona de confort". El proceso supuso mirar hacia la trayectoria histórica, ver qué hacían bien y de qué desprenderse, mirar al entorno, intentar adelantarse al próximo cambio y revisar todos sus productos "para hacerlos aún mejores". El reto marcado: lanzar un producto nuevo cada año, como mínimo, y diversificar. Como ejemplo, su Olimole, un guacamole hecho de aceitunas La Española.
Fernando Alberola se centró en el liderazgo y las personas como clave del éxito, "en contar con un equipo cualificado, motivado. Un equipo como ninguno nos hace más fuertes y el legado más grande, con unos valores que pasan por el respeto, la libertad, la confianza y la colaboración". Del jefe al coach, pasando por el líder y los milenials, una evolución para llegar a la empresa del siglo XXI, donde "desde cualquier posición en la empresa, todos pueden ser líderes", dejando a un lado la verticalidad. De su padre dijo que "lleva muchos años predicando con el liderazgo colaborativo, que se consigue con humildad, mucho esfuerzo y trabajo". De una situación como la pandemia se extrajeron enseñanzas positivas, "aprendimos a comunicarnos y a colaborar de diferente manera, con menos reuniones y más transparencia, para una organización más ágil".

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Jorge Alberola habló sobre la cadena de valor y de su trabajo en la factoría de Sevilla, donde llegó hace 20 años tras la visión de Alfredo Alberola Balaguer de implantarse en el corazón del Aljarafe, hasta convertirlo en el lugar ideal para el cultivo de la mejor aceituna. Si había que cambiar la producción de la zona, se cambiaba, y de viñedos y algodón se pasó a que un 90% de los cultivos sean olivos. Aquella planta de producción intensiva dio paso a una planta tecnológica y pionera en Europa.
"Somos alcoyanos y la empresa tiene ese ADN", lo que le valió también a que en Sevilla la consideraran una empresa "rarita", en la que hablaban en valenciano. Y así se ha mantenido durante más de 80 años, "con el propósito de que todo lo que hacemos sea como ninguno", apuntaba Ignacio Alberola en su intervención, "y siempre comprometidos, implicados".
En un entorno incierto "era el momento de explosionar, de reinventarlo todo. Y necesitamos talento y sinergias, acompañado de empresarios con experiencia, mirando hacia las nuevas tecnologías y disfrutando el camino, como nosotros hacemos", señalaba Ignacio, quien al igual que su padre había hecho, reivindicaba la figura del "empresario familiar alcoyano, capaz de ilusionar y transmitir continuidad".
El presidente del Círculo Industrial, Indalecio Carbonell, y el coordinador y moderador, Rafael Valls, destacaron la importancia que supone para Alcoy contar con una empresa como La Española y con los empresarios que le han dado vida, pasado, presente y futuro.