VALÈNCIA.-Entrevistar a Juan Antonio es entrevistar a un hombre pegado a un piano. Unas veces responde con palabras, otras con notas. Así es una entrevista a este compositor sinfónico y pianista que nació en Tenerife, creció en Lozoyuela (Madrid), vive en Madrid y pasó algunos años de la adolescencia recorriendo las calles de Turís (Valencia) y escuchando el sonido de la banda de música del pueblo. Dice Juan Antonio que lo bueno de la Comunitat Valenciana es que aquí la música es de todos, no hace falta ser profesional para tocar un instrumento. Tocan para disfrutar, afirma.
Confiesa que su adolescencia en Turís le marcó y, sin lugar a dudas, está presente en sus actuales composiciones, como su aplaudida Sinfonía por un mundo mejor, seleccionada por la Unesco. El compositor nunca olvida ni Valencia ni el sonido de los metales valencianos. Los promociona allá donde va y en ese sentido confiesa a Plaza una primicia: la Sinfónica de Beverly Hills está en plena selección de músicos y él ya les ha hablado de la calidad de los metales valencianos: trompeta, saxo, trombón, trompa, tuba, clarinetes... Simarro quiere aprovechar esta entrevista para animar a los músicos que quieran hacer las pruebas a que contacten con él a través de su página web.
A pesar de ejercer de compositor, arreglista, intérprete y de productor musical para teatro, cine y televisión, el músico, por encima de todo, se siente compositor. Cuenta que a los ocho años, y a su manera, ya tarareaba músicas inventadas de camino a la escuela. Reconoce que vive y sueña con la música, y confiesa que un abrazo a sus hijos o el roce de la piel de su pareja le sugieren notas y composiciones. Su hogar, rodeado de jardín y a las afueras de Madrid, reúne todo lo que Simarro necesita para crear: mucha luz, calma, tranquilidad, silencio, amor, naturaleza y un salón repleto de instrumentos: un contrabajo, dos violonchelos, un piano... con los que comparte espacio e intimidades con su pareja, la actriz y violonchelista Irene Rouco.
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— Naces en Tenerife y a los cuatro años tu familia se traslada a Madrid. ¿Cuál es tu relación con Valencia y con la población de Turís?
—Mis padres tenían, tienen, unos buenos amigos allí y por esa razón yo pasé algunos veranos de mi adolescencia en Turís y el resto en Lozoyuela, un pueblo encantador muy cerca de Madrid. Seguimos manteniendo a nuestros amigos y el contacto con Turís. Seguimos conectados a Valencia.
—¿Cómo era el niño Juan Antonio que veraneaba en Turís?
—Fue una época preciosa. Yo tenía entre doce y quince años y estaba descubriendo el mundo. Ya sabía que quería ser músico, sin ninguna duda, y cuando veía a la banda de música tocando por las calles de Turís me decía a mí mismo que algún día compondría música para ellos.
—A esa edad, ¿ya habías descubierto tu pasión por la música?
—Mi pasión por la música ha sido desde siempre (dice con emoción). Si pienso en mí de pequeño me veo yendo de camino al colegio en Madrid componiendo y tarareando melodías, pero lo que ocurre es que en Madrid la música no está tan en la calle como en Valencia. ¡Qué suerte tenéis! En Valencia la música está en todas partes, todo el mundo toca algún instrumento o está relacionado con alguien que lo toca. Cuando iba a Turís siempre pensaba que me encantaría vivir allí para pertenecer a alguna de las bandas y orquestas. Valencia ayuda a que salgan de allí grandes músicos, ya que la música se respira en la calle.
—¿Tu contacto con la música en Valencia influyó en tu carrera profesional?
—Sin duda. Siempre pensaba que me hubiera gustado pasar más tiempo allí para aprender la musicalidad que tenéis. Por ejemplo, el nivel de los metales es de los mejores del mundo. Siempre me llamó la atención su sonoridad, lo cual me ha motivado cuando he compuesto determinadas secciones para mi Sinfonía por un mundo mejor.
— Dices que los metales valencianos son reconocidos mundialmente...
—Así es [afirma contundentemente]. Cuando seleccionas buenos músicos para una orquesta, las cuerdas suelen ser de países del Este y los metales valencianos, sin lugar a dudas. Y eso es por el papel que juegan las bandas municipales. Aprendéis de muy pequeños a tocar la trompeta, el saxo, el trombón, la trompa, la tuba, el clarinete... se mama desde pequeños y por eso tenéis a músicos en la Filarmónica de Berlín, en la de los Ángeles. De hecho estamos creando la Orquesta Sinfónica de la Beverly Hills, de la que me acaban de nombrar compositor oficial; vamos a hacer una selección este otoño - invierno y ya les he hablado de los metales valencianos. Y animo a que si algún músico valenciano quiere hacer las pruebas que contacte conmigo.