VALÈNCIA. La concepción tradicional de la muerte rompe de lleno con la que impregna a las generaciones actuales. En el pasado, de la muerte se hacía un acto social y colectivo que integraba el dolor de manera compartida. La pérdida se lamentaba y se aceptaba. Se apoyaba en ritos religiosos de todo tipo con el fin de que tuviera un sentido. Se buscaba percibir el control ante la amenaza y, todo ello, ayudaba a suplir la falta.
Hoy en día, la percepción que las sociedades occidentales tienen de la muerte es muy distinta. Ese control, esa integración, esa colectividad, desaparecen. La muerte se reduce a la soledad, el dolor se aísla y se considera como un fracaso. Cunde la pretensión de olvidar, de ocultar en busca de la estabilidad interna. Se elimina el relato existencial. Quizás por la lejanía de la muerte por la prolongación de la vida, quizás por la banalidad, quizás por la pérdida de las tradiciones.
Son dos formas de analizar la muerte muy distintas la una de la otra, ambas consecuencia de su tiempo. La exposición Faltar o morir. Un recorregut per l’absència habla de esto. O mejor dicho, lo hace tangible. Durante la mañana del miércoles, el Museu Valencià d’Etnologia presentó esta muestra diseñada por Eusebio López y comisariada por Raquel Ferrero y José María Candela.
Todo empieza con un proyecto conjunto de Raquel Ferrero (responsable del Archivo de la Memoria Oral de los Valencianos) y la antropóloga Clara Colomina. Estudiando el concepto de la muerte y cómo ha cambiado con los tiempos, llevaron a cabo una serie de entrevistas a ancianos. “Al principio pensábamos que no accederían -explica Ferrero-, pero luego nos quedamos sorprendidas por su serenidad y su integración para hablar del tema”. De todo aquello, nació la exposición que abre hoy sus puertas. “No obstante, faltaba la museografía, la capacidad de plasmar cosas inmateriales como el frío, la ausencia, la soledad, el dolor... en algo corpóreo”. Y es ahí donde entran las figuras de Eusebio López y José María Candela, así como la participación especial del artista Noé Bermejo.