CASTELLÓ. Javier Salvador ha aprendido este último año a decir que no. La pandemia ha aumentado la demanda de producción audiovisual y la animación es un género que se presta al teletrabajo, sin cancelación de rodajes por casos positivos en el set. Como profesional con una trayectoria contrastada en el sector, con hitos como su participación en las series familiares Jelly Jamm, Pocoyó y El asombroso mundo de Gumball, el proyecto transmedia Bugsted, la película Atrapa la bandera (Enrique Gato, 2015) y la serie Juego de Tronos, estos últimos meses el animador de Segorbe está muy demandado.
En paralelo a sus clases universitarias, que afectadas por la crisis sanitaria son en un 50% online, ha desarrollado guiones gráficos para una serie china en 2D, firmado storyboards y animáticas para la segunda temporada de la serie educativa de Clan MoMonsters, y dirigido la producción para un cortometraje austríaco en 3D.
En los pocos huecos que le quedan sigue trabajando, al alimón con el que ha sido su mentor en este oficio, Pepe Sánchez, un ambicioso proyecto propio, titulado Sierra Dragón.