Las redes sociales llevan años suponiendo una revolución en la manera de comunicarnos y lo que es más importante, de comportarnos. La dependencia de los dispositivos móviles, tiene como gran responsable la adicción o enganche a las redes sociales, su consulta continua para saber qué ocurre en el mundo, cómo ha quedado el partido de futbol de cualquier competición o la última publicación de un divertido monologuista o una influencer que nos cuenta que crema usar o donde salir a cenar. Pasamos cientos de horas consultando diferentes redes, aunque sin duda algunas son las más relevantes y por ello, todos quieren estar presentes en ellas, también los políticos y las formaciones.
Con el paso de los años, cada red ocupa cierto espacio o posicionamiento, de manera resumida no es difícil observar que twitter es una red donde periodismo y política tienen gran presencia y se debate o discute constantemente, con un público joven y de mediana edad, en cambio Instagram es una red centrada en la imagen y los vídeos cortos, con un usuario y público joven y adolescente, que en los últimos tiempos ha tenido un importante auge y protagonismo en el mundo comercial y también en la política. Por ello, los partidos intentan adecuar su mensaje, su imagen y sus candidatos a las diferentes plataformas, a veces llegan tarde, a veces no acaban de llegar y otras veces consiguen dominar el terreno como si de un cantante o deportista de éxito se tratara.
Muchos recordamos como tras el 15M, Twitter se convirtió en el nuevo ágora del siglo XXI, en la plaza pública digital donde (parecía) que todo se dirimía. Las elecciones serían consecuencia de lo que políticos, periodistas y público (incluidos trolls o perfiles falsos) decidieran en la red social. Pero se fue comprobando que había vida fuera de Twitter, que muchas personas, no tienen perfil porque no quieren o porque no les apetece, o simplemente porque las redes han llegado demasiado tarde y ellos ya tienen experiencia y conocimientos como para saber cómo se las gastan los políticos, especialmente en época de pedir nuestro voto.