¿Estamos hablando de la incompetencia de un presidente, incapaz de conseguir algo, aunque sea poco, para la provincia de Alicante, o por el contrario nos estamos refiriendo a un sujeto que, insistentemente, nos está tomando el pelo?
Esta vez si parecía la vencida. Casi todos confiábamos en que Alicante o Elche conseguirían alguna de las dos Agencias estatales (La de la Inteligencia Artificial y la Aeronáutica) con las que Sánchez quería iniciar el proceso de descentralización de instituciones. Las dos era imposible, pero al menos una parecía segura. ¿porqué?
En primer lugar porque nuestras candidaturas eras de las mejores, y se habían volcado unitariamente con ellas todas las instituciones.
En segundo lugar porque fue precisamente Puig el que actúo, como mandatario de Pedro Sánchez, en la reclamación de la descentralización institucional, y la lucha sin cuartel contra la Comunidad de Madrid. Parecía justo que se le compensara por ello (de biennacido es ser agradecido)
Y por último, porque después de la humillación sufrida por Alicante con las inversiones estatales, en las que nos han situado la última provincia de España (puesto 52 de 52 provincias), parecía un premio de consolación adecuado el que nos adjudicaran una de las dos Agencias en liza.
Pero nos hemos quedado, una vez más, compuestos y sin novia. ¿Cuáles pueden ser los motivos de esta nueva afrenta?, porqué a nadie inteligente se le ocurrirá pensar que este tipo de decisiones son objetivamente independientes y no políticas, ¿verdad?
Puede que Puig, como muchos opinan, sea incapaz de sacarle nada a Pedro Sánchez. Cada vez que vuelve de Madrid, vuelve de “vacío”. Ni mejoras en el sistema de financiación (somos la Comunidad peor tratada), ni la paralización del cierre del Trasvase Tajo-Segura (miles de puestos de trabajo dependen del agua), ni las inversiones necesarias para las obras del AVE, ni la conexión del Aeropuerto con Elche y Alicante, ni...
Pero, también es posible que su defensa de los intereses de la provincia se quede sólo en palabras, promesas y política de gestos (que de estos sabe hacer muchos), y que su interés real se mueva por otros cauces: la macrofactoría de Sagunto (provincia de Valencia), la potenciación del Corredor Ferroviario Cantábrico, que unirá el norte de España y Aragón con Valencia, (no con Alicante) en detrimento del Mediterráneo, la presentación de Onda (Castellón, que curioso) también como candidata a la agencia de IA, etc etc.
A pesar de lo mucho que pregona, toda la descentralización, que ha conseguido Ximo Puig para Alicante es una Consellería, la de Innovación y Universidades, que realmente tiene el cuerpo en Valencia (dicen que la cabeza esta en Alicante), y una oficina para el Plan Vega Renhace (esta no se podía ubicar en Valencia, claro), cuyos logros hasta la fecha parecen poco más que propinas.
Muchos dirían que ¿para qué queremos un presidente así?
Yo, por mi parte, le quiero dar un último voto de confianza: Señor Puig, consíganos para Alicante la Agencia Nacional de la Salud Pública, que será la próxima agencia que se descentralizará y designará sede. Somos muy fuertes en sanidad y contamos con el aval de María Blasco y del nuevo centro de Envejecimiento.
Porqué...no se lo llevará Valencia, ¿verdad?
Si este fuera el caso, creo que entenderíamos todo de una forma definitiva, que lo que hace Puig es simplemente “tomarnos el pelo”
