ALICANTE. La provincia de Alicante sigue liderando todos los indicadores del mercado inmobiliario, como ha venido haciendo incluso durante los años de la crisis. Los datos de compraventa de viviendas difundidos este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y consultados por Alicante Plaza sitúan a la alicantina como la primera provincia, tras Madrid y Barcelona, en número de transacciones.
Así, en el primer trimestre del año la provincia registró el cambio de titularidad de 8.556 viviendas, lo que la convierte en la tercera del ranking por detrás de Madrid (16.818 compraventas en el primer trimestre) y Barcelona (13.667 transacciones). Por detrás de Alicante se sitúa como cuarta provincia en número de transmisiones la de Málaga, con 7.446 compraventas.
La provincia, así, aporta más de la mitad de las compraventas de vivienda en el primer trimestre del año en toda la Comunitat Valenciana, donde se registraron 16.528 operaciones de este tipo. Un dato que sitúa a la región como la cuarta de España por detrás de Andalucía, Cataluña y Madrid, gracias fundamentalmente al empuje de Alicante, donde la compra de segundas residencias en la costa del norte y el sur de la provincia, principalmente por parte de residentes europeos, sigue jugando un papel crucial a pesar de las dudas generadas por el Brexit.
El peso del sector inmobiliario en Alicante no se deja sentir solo en la Comunitat. La provincia aporta por sí misma casi el 7,5% de las compraventas de vivienda realizadas en España. Así, en todo el país se vendieron 114.528 viviendas durante el primer trimestre, por lo que la aportación de la provincia en este campo durante el citado periodo es muy superior a la que registra en otras variables como el PIB o la población (en el entorno del 3,5% en ambos casos).
Con todo, la recuperación del mercado inmobiliario en Alicante aún deja a la provincia muy lejos de las cifras que se registraban antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. Durante el primer trimestre de 2007, el último año del boom, la provincia registró 15.361 transacciones, casi el doble que en el mismo periodo de este año. Y la diferencia se amplía aún más si nos referimos solo a obra nueva (dado que la estadística del INE incluye tanto las viviendas nuevas como las de segunda mano).
En ese caso, el volumen de ventas en la provincia durante el primer trimestre del año en curso ha supuesto solo el 25% de lo que se vendía durante el mismo periodo de 2007. Así lo constata el director de Estudios del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), Francisco Llopis: "La compraventa de vivienda nueva en este trimestre muestra un comportamiento positivo en la variación anual, tras tres años de caídas", subraya, pero sin embargo "se vende una cuarta parte que en el mismo periodo de 2007, estamos aún muy lejos de ese dato".
En realidad, descontada de la estadística la vivienda usada, que ha protagonizado la mayoría de operaciones, en Alicante se registraron 1.396 compraventas (es decir, solo en uno de cada ocho cambios de titularidad la vivienda era de obra nueva), frente a las 5.826 que se firmaron en el mismo periodo del año 2007, en pleno frenesí constructor. En este apartado, la provincia sigue aportando el 6,8% del total nacional (es decir, de cada 100 casas nuevas que se vendieron en España entre enero y marzo, casi 7 estaban en Alicante), pero Málaga la adelanta como tercera provincia con 1.646 compraventas.
Como siempre, datos positivos pero con matices. "Probablemente lo que pasaba en 2007 no era bueno, ni lo que pasa ahora es tampoco tan bueno", señala Llopis. No obstante, el analista de Ineca se muestra optimista sobre la tendencia del sector, puesto que "los datos del primer trimestre, que permiten obtener una visión de conjunto más certera que los de solo un mes, parecen apuntar que la vivienda encara otra fase positiva". La aportación de Alicante al total nacional de compraventa de vivienda nueva crece tres décimas desde el 6,5 del año pasado, y es el primer crecimiento interanual en el arranque del año que se registra desde 2013. Optimismo pero sin lanzar las campanas al vuelo.