El personaje de la crónica de esta semana tiene en Alicante calle, plaza y paseo. Toma ya, que abusón. Pues sí, y bien que se lo merece. Se le llamó el “protector” de Alicante. De la capital y de la provincia. Nada menos. No se quedó corto, decía que era su obligación como servidor público. Y mucho más hubiera hecho si no hubiera truncado su vida un anarquista pistolero con mala puntería, pero con la suficiente como para matar al Presidente del Consejo de Ministros de España (1912). Supongo que ya sabe a quien me refiero, a José Canalejas Méndez.
La vinculación de José Canalejas con la provincia de Alicante se inicia a partir de 1890. Así lo contó el historiador Vicente Ramos. Situó a Canalejas en Alcoy, población donde asistió a un certamen literario durante el mes de abril. Fue invitado por José Atienza – Presidente de la Diputación de Alicante en repetidas ocasiones -, que lo hospedó en su casa. Canalejas volvería en noviembre de ese año a esa localidad para presidir un multitudinario mitin del Partido Liberal. En una tertulia casera entre Atienza y Canalejas, lejos de oportunistas y aduladores, el primero le ofreció ser el candidato de su partido al Congreso de los Diputados por el distrito electoral de Alcoy. Canalejas lo aceptó. La primera elección fue la de 1891, después salió elegido de nuevo por esa circunscripción en 1893, 1896, 1898, 1899, 1901, 1903, 1905, 1907 y 1910.
José Canalejas Méndez nació en El Ferrol el 21 de julio de 1854. Fue un adolescente espabilado y un adulto con futuro, ya verá. Se hizo así mismo. A los 12 años tradujo una obra francesa de más de cien páginas titulado “Luís o el joven emigrado”. A los 17 años se licenció en Filosofía y Letras y a los 18 en Derecho (posteriormente se doctoró en ambas disciplinas). A los 19 años era auxiliar de la Cátedra de Literatura de la Universidad Central en la que estuvo trabajando varios años. Optó por esta cátedra y aunque ganó la oposición junto con personajes de renombre como Menéndez Pelayo, no se la dieron por su juventud. Este revés le hizo tomar otra dirección en su vida hacia otros derroteros y se empezó a involucrar en política. A los 27 años fue elegido diputado por Soria para el Partido Liberal (1881), iniciando una extensa y fructífera carrera política.
No pretendo hacer aquí una detallada biografía de Canalejas, sí contarle que fue muy popular, buen orador, gran parlamentario y un extraordinario negociador. Ya sabe que la política es el arte de lo posible. Sirvan estas líneas ya escritas para que tenga de este político un perfil de sus inicios como persona inquieta en su formación y en su futuro, y después involucrado en el devenir cotidiano de las personas de la circunscripción electoral donde fue elegido como diputado, posteriormente en su trabajo como Ministro (lo fue de Fomento, Gracia y Justicia, Hacienda, Agricultura y Obras Públicas, en diversos Gobiernos), como Presidente del Congreso en 1906 y finalmente como Presidente del Gobierno en 1910. Uno de sus empeños políticos fue la modernización de la democracia y la aprobación del sufragio universal (1890), y estaba convencido de la necesidad de la Monarquía, según menciona en un ensayo el Conde de los Andes (1975).
En sus tareas realizó diversas acciones para Alicante y su provincia. Deje que le cuente algunas, las detalla Joaquín Santos Matas en su librito sobre Canalejas. Se sorprenderá.
Participó en la creación de la Junta de Obras del Puerto (1888); en la mejora y construcción de instalaciones portuarias como dársenas, lonja y varadero. La inquietud de los exportadores e importadores en la ciudad era grande por el temor que el puerto se quedara pequeño. Vea sino como se expresaba el periódico El Liberal en su edición del 17 de noviembre de 1889 al manifestar que “hoy se ven en el puerto buques de vapor y vela amarrados en nuestro muelle en número considerable; unos en demanda de carga; y otros, ofreciéndonos géneros de todas las partes del mundo”.
Canalejas también participó en la creación de nuevas redes de alcantarillado con la totalidad del saneamiento urbano y la instalación de colectores; contribuyó a la modernización de la fábrica de tabaco y a la creación de su servicio de auxilio social; así como a la construcción de un nuevo Mercado Central en la plaza de Balmes; e hizo del Postiguet una playa en toda regla.
En sesión ordinaria de 23 de enero de 1891, el Alcalde (en funciones) Manuel Gómiz Orts, informó que el Gobierno había designado a un ingeniero para que redactara un estudio para la remodelación y ampliación del puerto de Alicante, entonces uno de los motores de la economía local, para con ellas mejorar las instalaciones para el tráfico de mercancías. Para esto se conocía el empeño de Canalejas para llevar las obras del puerto a buen fin. Hay más, no se impaciente, que ahora se las cuento.
Canalejas organizó diversas visitas del Rey Alfonso XIII a Alicante: a la fábrica de tabaco en abril de 1905; para poner la primera piedra del Mercado Central y la inauguración del nuevo Real Club de Regatas de Alicante, ambas en febrero de 1911. A su vez, Canalejas acompañó a los Reyes de España en marzo de 1912 para disfrutar de un amplio programa durante las Fiestas de Invierno. La relación entre el Rey y Canalejas fue de confianza mutua.
En obras públicas vinculados con la Capital alicantina, Canalejas se empeñó en el primer proyecto de ferrocarril de Alicante a Alcoy, así como en la ejecución del tren de la costa entre Alicante y Denia, apoyó el trasvase de agua de los pozos de Zarcejo de Villena hasta Muchamiel, así como la instalación del viaducto de Alcoy (1907) o el puente de Elche (1910).
Por sus iniciativas por Alicante, y propuesto por el Alcalde Manuel Gómiz Orts, los miembros del Ayuntamiento de la Ciudad le nombraron Hijo Adoptivo el 23 de enero de 1891 por el apoyo que siempre prestó a las peticiones alicantinas. Así, el concejal Rafael Campos Vasallo dijo que Canalejas había conseguido desde su casa, en la cuestión del puerto, lo que no habían podido conseguir los diputados”. José Canalejas Méndez manifestó su alegría y su satisfacción por recibir este reconocimiento, afirmando que “desde hoy Alicante será la tierra de mis amores, a ella dedicaré mis afanes para su progreso y su engrandecimiento”. Cumplió su palabra.