ALICANTE. La Generalitat Valenciana aprobó con la Ley de Turismo de 1998 que las localidades de la Comunitat pudieran ser considerados "municipios turísticos" con el fin de que se puedan acoger a distintos convenios con la administración autonómica. Así, desde aquel momento, la región ha declarado 245 poblaciones con estas características. Las últimas en sumarse han sido Catarroja, Sax i Torrechiva, después de su aprobación en el pleno del Consell de esta semana.
De esta manera, y tal y como recoge la web de la Agència Valenciana del Turisme (AVT), la provincia de Alicante, pese a su marcado carácter turístico, es la que menos municipios turísticos cuenta. Así, con las últimas incorporaciones alcanza las 63 localidades, mientras que Castellón, llega a los 83; y València, a los 99. Por lo tanto, tendría 20 municipios turísticos menos que Casellón, a pesar de tener menos ciudades que Alicante.
Asimismo, el Dirario Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) ha publicado este viernes la denominación provisional para Benlloch, Càlig, Crevillent, Estivella, Sant Jordi y Yátova. Que serán municipios turísticos de forma oficial pasados los 20 días de exposición pública.
Por su parte, la localidad alicantina de Crevillent lo solicitó por una de las tres vías existentes: la de atracción turística. Para lo cual, la AVT entiende acreditado que por "sus atractivos naturales, monumentales o socioculturales recibe un número significativo de visitantes en relación con los habitantes inscritos en su padrón de residentes", según consta en la publicación del DOVG. Para acceder a este distintivo hay otras dos condiciones distintas posibles: por destino turístico y por destino vacacional.
Como se decía, para los destinos valencianos es importante conseguir esta condición porque les reporta ciertos privilegios ligados al turismo y su financiación. De esta forma, pueden suscribir tres tipos de convenios previstos en la Ley de Turismo. En primer lugar, de compensación financiera, con el que contrarresta gastos de las localidades, como los de mantenimiento, conservación, medioambientales o histórico-artísticos, entre otros.
En segundo lugar, para la adaptación de los municipios turísticos, para cofinanciar proyectos de mejora de espacios y servicios turísticos de todo tipo. Y por último el de competitividad y comunicación, gracias al cual mejoran la promoción turística de la ciudad.
Para conseguir ser declarado municipio turístico, hay tres formas por las que se puede acceder según la tipología de la localidad. Como destino turístico, han de mantener una afluencia de visitantes durante todo el año, pernoctando en los mismos, siempre con un número superior al de personas inscritas en su padrón municipal de residentes. De igual manera, la capacidad de sus alojamientos tiene que ser mayor al de viviendas de primera residencia. Por último, tienen que acreditar que el turismo es la base de su economía.
Para destino vacacional el criterio es más fleixble. Así, es necesario que la localidad en algún momento del año tenga una afluencia de visitantes, pernoctando en los mismos, superior al número de personas inscritas en su padrón municipal de residentes. A diferencia del anterior, este sector puede ser un complemento a su economía, mientras que la capacidad de sus alojamientos turísticos, añadida a la de las viviendas de segunda residencia, debe resultar superior a la de sus viviendas de primera residencia. Por último, el número de plazas en alojamientos turísticos deberá representar al menos el 1% de su oferta.
Por ultimo, como atracción turística, que sólo tiene en cuenta que durante un momento determinado del año reciba gran afluencia de visitantes, sin que sea necesario que pernocten en la ciudad.