ALICANTE. El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante, del Partido Popular (PP), activa el proceso para completar las reformas de la avenida de Ramón y Cajal y de la Plaza Músico Óscar Tordera con la búsqueda de un gestor especializado en el sector de la hostelería para los dos nuevos quioscos municipales incorporados en los proyectos de remodelación de los dos espacios públicos.
El primero de ellos se sitúa, en realidad, en el eje central del parque de Canalejas. Se trata de una instalación de diseño circular, provisto de un módulo anexo como baño, con la que se pretendía introducir un elemento capaz de atraer público y de dinamizar el uso de la zona verde. El segundo es un edificio rectangular, situado junto a una pérgola que proporciona una zona de sombra, en el extremo de la plaza más próximo a Poeta Carmelo Calvo.
Los dos salen a concurso ahora, meses después de que las obras de renovación de ambos espacios hubiesen quedado concluidas, con el objetivo de que su funcionamiento contribuya a revitalizar los dos entornos, como ya ha sucedido con los quioscos situados en el Portal de Elche o en la plaza de Calvo Sotelo, por ejemplo. La convocatoria sobre la explotación de las dos instalaciones quedará aprobada en la reunión de la Junta de Gobierno del próximo martes con requisitos similares en cuanto a plazo de explotación (hasta ahora, había trascendido que las dos concesiones tendrían una duración de 12 años) y en cuanto a requisitos económicos respecto a los que se han reflejado en otros procesos de licitación previos. De este modo, se exigirá que los interesados oferten un canon por un importe mínimo, con la posibilidad de presentar propuestas al alza.
De hecho, eso es lo que ha venido sucediendo en los últimos procesos convocados sobre otros quioscos públicos tanto durante el pasado mandato como en el actual. El ejemplo más reciente de ello fue el concurso convocado para conceder la explotación del quiosco de la Plaza Rodrigo Navarro, en Benalúa, en el que se llegó a plantear una oferta máxima de 1,1 millones, cuando el concurso partía por un importe de salida de 153.296,09 euros por los diez años de explotación. Ese licitador (un particular) no llegó a confirmar su oferta, al no presentar los documentos necesarios para formalizar el contrato de concesión, lo que conllevó que se le penalizase con una sanción económica.
No obstante, lo cierto es que el segundo clasificado en ese concurso (la empresa Montados de Figueroa) también superó con creces el canon mínimo establecido, ya que planteó una propuesta económica por un importe de 788.379,91 euros. Y, en principio, será quien asuma la concesión, en función de la propuesta de adjudicación que también se prevé aprobar en la reunión de la Junta de Gobierno de este martes.
Todo parece indicar, igualmente, que esa dinámica por la que se han venido registrando ofertas económicas superiores a las esperadas también acabará reproduciéndose en próximas convocatorias. Entre ellas, la del edificio que ha venido ocupando la histórica heladería Peret en el extremo norte del Paseo de La Explanada, en el supuesto de que se acabe consumando la rescisión del contrato a su concesionario actual.
El proceso sigue pendiente del dictamen que debe evacuar el Consell Jurídic Consultiu (CJC) después de que la empresa gestora (ya desvinculada de la familia Fuster) presentase un recurso frente al acuerdo de extinción de la concesión promovido por la Concejalía de Ocupación de Vía Pública, después de constatar un incumplimiento en el pago del canon y de las tasas de veladores y de recogida de residuos, con una deuda de 131.000 euros.