ORIHUELA. El alcalde de Orihuela, Pepe Vegara, otorgó el sábado la distinción de Hijo Predilecto de la Ciudad de Orihuela a Alfonso Ortuño Salar, en un emotivo acto en el que los oriolanos le rindieron homenaje a toda su trayectoria profesional y personal, siempre vinculada a Orihuela. El acto del nombramiento tuvo lugar en el Teatro Circo "Atanasio Die", con la presencia de la Corporación Municipal, así como de otras autoridades. Asimismo, cientos de personas se dieron cita en este evento protocolario, para rendir homenaje al oriolano, que comenzó con la lectura del acta plenaria del pasado mes de diciembre en el que la Corporación Municipal aprobó por unanimidad esta distinción tan especial y que ha sido promovida por la recogida de firmas de oriolanos, asociaciones y entidades, propuesta acogida por el propio alcalde, Pepe Vegara, para elevarla a pleno.
Un video con imágenes resumió parte de su trayectoria ante todos los asistentes. Posteriormente, el alcalde de Orihuela, Pepe Vegara, hizo entrega al homenajeado de una placa que acredita a Don Alfonso Ortuño Salar como Hijo Predilecto de la Ciudad de Orihuela. Después de las palabras de Emilio Ortuño, hermano del Hijo Predilecto, resaltando el amor que Alfonso Ortuño tiene por Orihuela a la que ha llevado por todos los rincones en los que ha estado, Alfonso Ortuño se dirigió a todos los asistentes emocionado y con el sentido del humor que le caracteriza señalando que "voy a decirle a la madre de la que soy predilecto que la quiero un disparate y que nunca me había hecho un regalo tan entrañable. Porque tener el favor de señora tan brillante me llena de tal orgullo que he llegado a preguntarme si en vez de un tonto corriente yo fuera un tonto importante. Sin tener esto muy claro voy a seguir adelante".
Ortuño continuó recitando su vinculación con su tierra natal. "He portado a la Señera orgulloso por sus calles, me he enrolado en la morisma con tres o cuatro ricares, (que son el divino néctar de oriolanos musulmanes). Por si esto fuera poco que ya es se por sí importante los paisanos de Orihuela y sus dignos mandamases, porque todo hay que decirlo han decidido nombrarme predilecto de mi pueblo, pedir más ya no me cabe. Pues me embarga la emoción que es lo único embargable que tengo en este momento. Así que, dilecta madre todo mi amor y mil gracias por este tierno detalle".
Tras firmar en el Libro de Honores de la Ciudad de Orihuela, el alcalde, Pepe Vegara, le hizo entrega del acta plenaria que acordó este nombramiento. Posteriormente, fue el turno del alcalde de Orihuela, quien aseguró que "hablar de Alfonso Ortuño para mí es muy fácil y difícil a la vez. Y esa bipolar circunstancia estriba en el hecho de que para mí hablar de Alfonso es hablar del amigo y del maestro, del hombre conversador y del pozo anecdotario más profundo con el que he tropezado en mi vida. Hablar de Alfonso Ortuño para mí es hablar de cariño, respeto y sobre todo de admiración. Del amigo, muy a menudo, es fácil hablar, pero de lo que se admira sólo se puede hablar desde dos posturas: La primera, que es la que lleva al orador por el camino de la descripción pura, no demasiado cálida, casi matemática, científica, de aquello que se admira, eso, coincidirán conmigo a veces no es sencillo ya que uno no tiene por qué entender demasiado de aquello que le causa admiración. Y la segunda, que es la que empuja al que habla, a expresarse desde la emoción que le provoca aquello que admira. La emoción, si embarga de veras, merma cualidades y presenta, como digo, dificultades al que está en el uso de la palabra".
Vegara hizo también referencia a la admiración que siente por Alfonso Ortuño, "pero obviando facilidad y dificultad, tratándose de Alfonso yo no tengo más remedio para hablar de la admiración que por él siento, que usar esta segunda vía, la exaltada, la vehemente, la apasionada. La que brota desde esas partes de nuestro ser que uno no sabe muy bien explicar cuáles son, ni donde demonios están instaladas, pero que hacen aflorar en cada uno las más intensas de las emociones".
"Todos los que lo conocemos sabemos -ya lo decía antes- que Alfonso por su increíble trayectoria guarda millones de amigos, algunos célebres, otros también y algunos no, y que sus anécdotas con muchos de ellos son dignas de ser guardadas en un libro que a buen seguro tendría varios tomos, recurro a una que compartimos y que sirve como botón de muestra para explicar esos sentimientos y emociones de las que estamos hablando", añadió.
El alcalde recordaba sus encuentros con el Hijo Predilecto: "Así me han hecho sentir muchas veces no solo las obras, sino las conversaciones con Alfonso. Él es así, un señor en el que se mezclan para bien de los que le rodean y de los que no lo hacen, inteligencia, talento, creatividad, agudeza, sentido del humor, y perseverancia. De hecho, creo que todas esas virtudes, menos la perseverancia, y sobre todo si hablamos de Alfonso, son la misma cosa y se podrían resumir en la primera de ellas: inteligencia. Así definiría yo a Alfonso, como un tío inteligente. Un tío inteligente que suma a ese don que le otorgó el buen Dios el de la perseverancia, el de una capacidad para el trabajo fuera de lo común y eso, con permiso del altísimo se lo ha dado él a él mismo y es más de la mitad de lo que, seguramente, le ha llevado a ser quién es. Parafraseando a Calvin Coolidge diré que estoy seguro de que nada en este mundo puede tomar el lugar de la persistencia. El talento - Afirmaba el trigésimo presidente de los E.E.U.U. no lo hará-; nada es más común que los hombres con talento que no han tenido éxito. El genio no lo hará; la cantidad de genios que jamás obtuvieron recompensa es casi proverbial. La educación no lo hará; el mundo está lleno de abandonos educados de personas que no llegaron nunca en su vida ni un metro más allá de su propia educación. Son la persistencia y la determinación las que son omnipotentes".
En el alma de Alfonso, haciendo un resumen, continuó Vegara, "cohabitan el amor por su trabajo, la persistencia y la determinación combinadas con la talentosa inteligencia y un sentido del humor fuera de lo que es corriente, ya saben ustedes y si no lo saben se lo digo yo, que una de las frases que forman parte de manera casi capital del ideario de Alfonso es aquella que reza: ‘Madre lo hemos perdido todo menos el humor’. Como decía todos esos ingredientes metidos en una coctelera que hay que reconocer no es demasiado grande, no excesivamente aparatosa, pero que, sin duda, ayuda a que la concentración de todos ellos sea mucho más intensa, da de resultas un hombre inquieto y divertido, sabio a fuerza de vivir aprovechando la vida y encantador en todos los sentidos que la palabra encantador tiene menos cuando hablamos de serpientes. Por eso Alfonso Ortuño se merece que Orihuela su pueblo y el nuestro reconozca en él a ese hijo que la ha llevado por toda España, ese hijo que haya estado donde haya estado ha presumido de oriolano y que, sin duda, reúne en su persona todos los merecimientos para que convertirse en hijo predilecto de su Orihuelica de su alma".