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entrevista al fundador y ceo de la firma

Alberto S. Navalpotro (Inbonis Rating): "Queremos democratizar la calificación crediticia"

Foto: Eva Máñez
20/06/2022 - 

VALÈNCIA. Alberto Sánchez Navalpotro, fundador y consejero delegado de Inbonis Rating, participó hace unos días en una jornada organizada por Ética bajo el título de 'Rumbo a la bolsa'. En la misma, Manuel Illueca, director general del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), anunció que la línea de ayudas para las pymes con vistas a salir a bolsa estará lista en el segundo semestre del año en curso. Y ahí Inbonis tiene mucho que decir y más porque está alineado con las políticas del IVF.

Pero, ¿qué es Inbonis Rating? 'La calificación crediticia se abre paso en el tejido empresarial de la mano de Inbonis'. Así titulaba este diario el pasado 29 de abril. Se trata de una agencia de rating especializada en pymes, que nació con el propósito de ofrecer a las pequeñas y medianas empresas las mismas oportunidades de financiación que tienen las grandes compañías. La cara visible de Inbonis en València es Paco Tárrega, que cuenta con una dilatada y larga experiencia en el sector financiero.

Comprometido con los cambios sistémicos con impacto social desde la filantropía y la inversión privada, Alberto Sánchez es miembro de la comunidad de Acumen y participa en Ethosfera, un think tank que pretende catalizar la virtud privada al servicio del interés público. Además, y como experto en financiación, forma parte del grupo de estudio del Comité Económico y Social Europeo 'Recapitalizar las empresas de la UE: una manera innovadora de lograr una recuperación sostenida e integradora'.

Pero nada mejor que hablar con Sánchez para conocer de primera mano todo lo que rodea no solo a la compañía que fundó -abriendo oficina en el 'cap i casal' recientemente- sino de otros aspectos. A continuación, la charla mantenida tras atender amablemente la llamada de Valencia Plaza.

-En primer lugar y para situar a los lectores, ¿qué es Inbonis Rating?
-Somos un agente del mercado que trata de contribuir a la educación financiera en España y en la Comunitat Valenciana. Inbonis Rating es la agencia de calificación crediticia española pionera en la calificación de pequeñas y medianas empresas en Europa. Nuestro trabajo es emitir opiniones independientes sobre la capacidad de una empresa para hacer frente a sus obligaciones financieras en los siguientes doce meses. Estas opiniones son válidas para todos los actores del mercado financiero - bancos, inversores, administraciones públicas...- porque nuestra metodología e independencia están acreditadas por ESMA, es decir, la Autoridad Europea de Valores y Mercados. Nuestra vocación es decirle a una empresa -con parámetros sencillos- cómo el ve el sistema, cómo le ven aquellos que le pueden ayudar en la financiación, pero también cómo le van a ver sus competidores.


-¿Cuál es el valor diferencial respecto a otras agencias de rating?
-Somos la única agencia del mercado que emite calificaciones de empresas con ingresos entre 5 y 250 millones de euros, aunque extendemos nuestra oferta a las que facturan hasta 500 millones. Hay 24 agencias de rating en Europa, pero sólo nosotros nos dedicamos a la calificación de las pequeñas y medianas empresas. Gracias a nuestras calificaciones, las pymes pueden aspirar a obtener financiación de inversores privados a los que antes sólo podían acceder las grandes empresas, dado que las agencias tradicionales no se ocupaban de ellas.

-¿Y el objetivo que persiguen?
-Nuestro objetivo es democratizar la calificación crediticia. Créame que no es un eslogan vacío porque estamos realmente comprometidos con esta tarea. Para hacerla realidad, hemos diseñado una metodología específica pensando en las particularidades de las pequeñas empresas, muy diferentes a las de las grandes compañías de las que se ocupan las agencias tradicionales. Hemos invertido en tecnología para que todo el proceso sea ágil y sencillo, y que las empresas puedan obtener su calificación en sólo 10 días dedicando únicamente tres horas al proceso. Asimismo hemos conseguido ganar eficiencia para ofrecerles precios acordes a su tamaño y complejidad. De hecho, podría decirse que somos una empresa tecnológica.

"Me enorgullece también decir que somos una B Corp, formamos parte de un movimiento de empresas que compiten por ser las mejores para el mundo"

-Todo ello con un componente ético...
-Así es. Me enorgullece también decir que somos una B Corp, formamos parte de un movimiento de empresas que compiten por ser las mejores para el mundo. Los valores de transparencia, ética y fiabilidad son muy importantes para nosotros. Diría que son esenciales en nuestro modelo de negocio. Creemos que las empresas podemos liderar el cambio en favor de las personas.  

-Por cierto, ¿qué les llevó a instalarse en València?
-Aquí hay un tejido empresarial muy dinámico, con empresarios audaces capaces de ver el horizonte de financiación y nuevas oportunidades que abre la calificación crediticia. No es un cliché. Tenemos la certeza de que es real. Hay empresas 'gacela' que necesitan financiación para su crecimiento y hay sectores punteros a nivel mundial, como el cerámico, el químico, el tecnológico… Además, la Generalitat Valenciana está a la vanguardia de la financiación pública en España y es la primera comunidad en exigir una calificación crediticia a las empresas que solicitan el apoyo oficial para tener la seguridad de que las empresas beneficiadas son viables.


-¿Y cómo lograron trabajar con el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF)?
-Porque su director general, Manuel Illueca, comparte con los empresarios este espíritu de innovación tan valenciano y vio enseguida cómo la calificación crediticia podría aumentar la objetividad y la transparencia de los procesos de concesión de financiación. Somos una garantía de credibilidad y aportamos información concreta y valiosa. Hoy en día, cuatro de las cinco líneas bonificadas del IVF piden una calificación crediticia. Además, el IVF tiene algunos programas de financiación sofisticados, basados en la colaboración pública-privada, en los que participan gestoras, aseguradoras, bancos… Todos ellos requieren calificaciones crediticias para aportar sus fondos y nosotros estamos ahí para atender estas demandas.

-¿Qué balance hace de los tres años que llevan en marcha tras recibir el visto bueno de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA)?
-Han sido tres años apasionantes, en los que hemos tenido que hacer una gran labor divulgativa para hacer entender a empresas, inversores y administraciones la trascendencia de la calificación de pymes.  En estos años, hemos trabajado muy duro para llegar a acuerdo con actores de primer nivel, como el Fondo Europeo de Inversiones, Cofides o la Banque Postal, quienes confían en nuestras calificaciones. En Francia nos hemos desplegado con éxito.

"La calificación crediticia se ha impuesto como criterio para la concesión de apoyo público porque permite asegurar la viabilidad de las empresas"

-Además en un momento donde el 'rating' es fundamental para la concesión de apoyo público...
-Cierto es porque tras la pandemia, en parte por nuestra labor divulgativa, la calificación crediticia se ha impuesto como criterio para la concesión de apoyo público porque permite asegurar la viabilidad de las empresas -como pide Europa- y dar total trasparencia a todo el proceso. Ahora mismo hay planes por valor de 25.000 millones de euros destinados a financiación de largo plazo para que empresas pequeñas y medianas puedan hacer inversiones productivas en las que interviene la calificación crediticia.

-¿En qué números se están moviendo (empleados, oficinas, número de calificaciones…) y cuál es su objetivo para este año?
-En mayo cumplimos tres años con 360 ratings emitidos en España y en Francia, los dos mercados donde operamos, lo que representa alrededor de 7.500 millones de deuda calificada de pymes. Y esperamos cerrar el año con 500 pymes calificadas. En los últimos doce meses estamos teniendo una progresión muy importante. Emitimos más de la mitad de las calificaciones nuevas que se hacen en ambos mercados, el 70% en España y el 50% en Francia. Pero nuestra ambición va más allá: queremos calificar 3.000 pymes hasta 2025. Contamos para ello con un equipo excepcional, formado actualmente por 30 personas de siete nacionalidades, que irá creciendo a medida que vaya aumentando la demanda de las calificaciones.


-¿Qué importancia tiene para una pyme tener una calificación crediticia? ¿Resulta algo costoso?
-No, no es costoso. El precio depende del tamaño y complejidad de la empresa, pero estamos hablando de un precio medio de 6.500 euros, un precio 100 veces inferior al de las grandes agencias, como Standard & Poor's o Moody’s. Y las ventajas para la empresa son mucho mayores. Porque no sólo se trata de facilitar la financiación a largo plazo y atraer a los inversores, sino también de adquirir conocimiento para mejorar la gestión propia, acceder a las grandes cadenas de suministro, demostrar la solvencia en las licitaciones o facilitar los procesos de sucesión, entre otros.

-Una vez que están asentados en España, ¿por dónde pasa su hoja de ruta de internacionalización?
-A corto plazo, estamos estudiando la posibilidad de entrar en Alemania. Y a medio plazo nos gustaría estar en otros países, como Italia o Portugal. Nuestra acreditación por ESMA nos permite calificar en todo el territorio de la Unión Europea (UE).

"Estamos apostamos por la evaluación de los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, en línea con la nueva taxonomía verde de la UE"

-¿A qué se debe la apuesta de Inbonis Rating por los criterios ESG/ASG?
-El cumplimiento de la Agenda 2030 necesita de la implicación de la industria financiera. Si queremos combatir el cambio climático y crear sociedades más justas, las empresas deben contar con financiación para su transformación y los que aportan los fondos, ya sean administraciones públicas o entidades privadas, deben saber realmente a quién están dando su apoyo. Por eso, desde Inbonis Rating estamos apostamos por la evaluación de los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, en línea con la nueva taxonomía verde de la UE, acompañando a gestoras e instituciones en sus inversiones verdes y de impacto. Creemos que la evaluación ESG -environmental, social and governance, en inglés- no se puede separar del análisis del negocio. La evaluación ESG nos permite identificar los indicadores más coherentes para cada compañía y definir la trayectoria de a dónde podrían ir las empresas si son consecuentes en su transformación ecológica y social.

-Por último, ¿qué les diría a todos aquellos que no terminan de fiarse de las agencias de rating y recuerdan que Lehman Brothers tenía una alta calificación, sin perspectiva negativa alguna, cuando quebró en septiembre de 2008?
-Que la situación ha cambiado totalmente desde entonces. Tras el desastre de 2008, la Unión Europea, ha impuesto severas condiciones para la acreditación de nuevas agencias de calificación. A través de la ESMA, supervisa constantemente la independencia de las agencias, verificando que su actividad no está sujeta a influencias políticas y presiones económicas. Exige, asimismo, total objetividad en la metodología, transparencia y una revisión continua de las calificaciones. En el caso concreto de Inbonis, hemos ido más allá de la regulación al comprometernos a no ofrecer servicios auxiliares para evitar la posibilidad de entrar en conflicto de intereses. Y como sólo calificamos pymes, su poder para presionar sobre las calificaciones es nulo.

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