ALICANTE. Ahora sí. A pesar de la tenacidad del empresario de origen oriolano Trinitario Casanova para defender sus opciones sobre el edificio España de Madrid, la cadena hotelera RIU ha logrado pasar página al contencioso con el inversor alicantino y llevar a cabo, por fin, la apertura de su primer hotel urbano en el icónico rascacielos. Según anunció la cadena este martes, el hotel ha comenzado a funcionar con la fórmula de soft opening (con solo la mitad de las habitaciones), tal como estaba previsto, y ya admite reservas. La idea es que en el mes de septiembre el nuevo RIU Plaza España funcione al 100%.
Como ha venido contando este diario, se trata del primer hotel de RIU en Madrid y el primero de su línea urbana RIU Plaza en España, con el que ha intentado mantener la esencia del proyecto arquitectónico y de interiorismo del edificio inaugurado originalmente en 1953 y considerado el primer rascacielos del país. El consejero delegado de la cadena, Luis Riu, señaló en un comunicado que inaugurar este hotel supone una "enorme satisfacción". "Hacía años que buscábamos una oportunidad para abrir un hotel urbano en Madrid y poder hacerlo en el corazón de la ciudad, en un edificio tan emblemático, supera con creces todas las expectativas".
Para llegar a esta soft opening, RIU ha tenido que trabajar contra el reloj y contra el empresario oriolano, que logró paralizar las obras en los juzgados alegando problemas estructurales como parte interesada, dado que se presentaba como el propietario de los locales comerciales de las primeras plantas. Sin embargo, Trinitario Casanova solo tenía una opción de comercialización de dichos espacios, según determinó la pasada primavera un juez de Madrid, que levantó la paralización cautelar. De hecho, RIU vendió los locales comerciales a Corpfin Capital por unos 160 millones tras romper con el empresario alicantino.
Casanova protagonizó una llamativa operación en el verano de 2017, cuando le compró al chino Wanda el edificio España para después revenderlo a RIU. Una doble compraventa que se cerró con apenas 24 horas de diferencia. Casanova lo compró a Wanda por 272 millones de euros, aunque el importe de la reventa a RIU nunca ha trascendido. Tras el pleito que paralizó las obras, el conocido inversor oriolano amenazó con volver a recurrir, mientras desde la cadena no se descartaba demandarlo por daños y perjuicios. Hasta el momento no ha habido novedades en el terreno judicial.
El hotel tiene cuatro estrellas, 585 habitaciones y dispone de gimnasio, piscina exterior climatizable, un restaurante, un lobby bar, además de dos sky bar, uno ambientado en la movida madrileña y el segundo, en la planta más alta del edificio, con vistas 360 grados y una pasarela de cristal. El edificio cuenta con un total de 26 plantas, de las que las cinco primeras están ocupadas por salas de eventos, locales comerciales, comedores y bufetes. El edificio alberga también una sala magna de eventos con capacidad para cerca de 1.500 personas, y un total de 5.000 metros cuadrados para eventos en 17 estancias. Con esta apertura, la cadena cuenta con siete hoteles de la línea urbana RIU Plaza en el mundo, así como tres en construcción en Londres, Toronto y el segundo en Nueva York.