ELCHE. Hasta el 15 de octubre, Elche celebra un año más la Fireta del Camp d’Elx, una feria que arrancó el pasado día 12 y en la se pueden contemplar algunos de los elementos que configuran la tradición ilicitana, principalmente en lo gastronómico, pero también en lo cultural. Varios días para poner en valor todo aquello que ofrece el campo de la ciudad, impregnado también de valores para los más pequeños, que pueden disfrutar de talleres para que estas tradiciones que durante décadas han configurado la identidad cultural de la ciudad, no se pierdan. Una edición que dura cuatro días, frente a los dos que venía siendo anteriormente y que cuenta con más presupuesto.
Desde las palmeras hasta las granadas, pasando por el aceite de las almazaras, pasear por la Avenida de la Estación, donde están ubicadas las casetas, es hacer un recorrido por los elementos que forman parte de la vida ilicitana. Además, con degustaciones de gran parte de los productos, por ejemplo los lácteos de la Vaqueria del Camp d’Elx con su variedad de quesos, la célebre coca de Las Baias, dátiles o uno de los productos estrella, la granada mollar, que este mes ha empezado ya su recogida para expandir mercado ahora que cuenta con su Denominación de Origen Protegida.
Un asunto, el económico, que también fluye en el ambiente con los expositores. Durante las primeras jornadas se ha podido ver a turistas que vienen y es un gran momento para impulsar los productos ilicitanos, que a partir del próximo mes de diciembre, podrán utilizar la marca Camp d’Elx para impulsar los mismos. Una forma de poner en valor el comercio local y el producto de proximidad, además de los mercados tradicionales. De hecho, el Consistorio ha aumentado este año la partida para esta feria, con el triple de presupuesto que en 2015, precisamente para potenciar el Camp d’Elx fuera de la ciudad. Mientras que la inversión aquél curso fue de 10.000 euros, este año es de 30.000.
Asimismo, con este distintivo se pretenden también potenciar tradiciones locales más allá de los productos alimenticios autóctonos, como la artesanía tradicional o talleres de esparto. Es una marca que también podrán llevar los productos de artesanía, que también los hay en la fireta de este año, como la pintura en tabalas de la que están disfrutando los niños. También podrán asistir al taller de cocina creativa con granadas o de comederos de pájaros que organiza Associació per al Desenvolupament Rural d’Elx (ADR), ente otras muchas actividades que tendrán lugar estos días, como obras de teatro, paseos con animales y conciertos.
Por otra parte, también hay invitados de otros territorios, más cercanos, como Pinoso y sus puestos de embutido, o comerciantes de algunos puntos más lejanos, como los de León con quesos y más embutido de su tierra, o productos marinos desde Cantabria. Y no sólo en lo que a productos agrícolas se refiere, la fireta también contó con una muixeranga de Alicante. En definitiva, una oferta variada y completa y que como señala el edil de Medio Ambiente Antonio García, “sirve también para combatir el cambio climático por ser productos de kilómetro 0. También ayudamos a crear más riqueza y empleo en nuestro campo”.