El Elche ocupa una posición interesante en Segunda División. Mitad de la tabla, cerca del 'play-off' y con 'colchón' sobre el descenso. Si echamos la vista atrás hacia su historia reciente, hay que valorar muchísimo su momento. Cómo ha sabido levantarse tras dos descensos en tres años, uno administrativo a Segunda y otro deportivo a Segunda División B. De un alto endeudamiento, que pudo llevarle a la desaparición, a encaminarse hacia una economía saneada. José Sepulcre ha tenido un papel importante, tanto en lo negativo como en lo positivo.
Dicen que mal de muchos, consuelo de tontos. Pero podría decirse que el club ilicitano vive una situación afortunada. E incluso envidiable ¿Cuántos equipos del fútbol español de dimensiones similares se cambiarían por el Elche? Muchísimos. Tenemos bien cerca dos ejemplos claros. Sus eternos rivales: Hércules y Murcia.
Ambos llevan seis años en Segunda B, categoría que el Elche abandonó en su primer año. Acumulan deudas importantes que pueden encaminarles al fin de su existencia. Y deportivamente, están lejos de lo que merecen por historia, ciudad que representan y afición.
El Hércules sufre el panorama deportivo más delicado de su casi centenaria historia. Ocupa la zona de descenso a Tercera tras 14 jornadas. Ha encajado derrotas humillantes en la provincia contra Orihuela y La Nucía. El Real Murcia ocupa la mitad de la tabla, aunque lucha con una plantilla más modesta por su economía de guerra.
Si vamos más lejos en la geografía española, encontramos más casos. El FC Cartagena lleva ocho campañas fuera del fútbol profesional, aunque hay que decir que es un club refundado y su antecesor logró menos éxitos que Elche, Hércules y Real Murcia. Por ejemplo, nunca ha jugado en Primera.
Hacia el oeste, lees noticias sobre una muerte anunciada del Córdoba. El Recreativo ha estado al filo de la desaparición y encadena cinco temporadas en Segunda B. El Málaga, un club más 'grande', ocupa la zona de descenso a Segunda B y hay dudas sobre si podrá terminar la temporada por su endeudamiento. Una caída a la división de bronce podría suponer el acabose.
Conduces al norte y recuerdas la desaparición del Salamanca, que ha provocado una fractura futbolística en la ciudad charra. Similar a Logroño tras el cese de actividad del Logroñés. Subes más y te asombras con la grave situación del Deportivo de La Coruña. Un campeón de Primera División, bicampeón de Copa del Rey y semifinalista de Champions League que va camino de Segunda B, donde su enorme deuda podría empujarle a la inviabilidad.
Y de punta a punta del país, pocos clubes han sufrido más que el Castellón en los diez últimos años. Bajó administrativamente a Tercera, donde pasó penurias deportivas y económicas en siete temporadas. Incluso coqueteó con un descenso a Preferente. Tras subir a Segunda B, se salvó de volver a Tercera 'in extremis' en la última jornada. Ahora, lidera el Grupo III de la categoría de bronce. He expuesto los ejemplos que creo más indicados, pero podría hacerlo con más.
Ensalzo el presente del Elche, pero sí, yo también pienso en cómo sería si hubiera evitado el descenso administrativo a Segunda. Fran Escribá, Víctor Orta, más de 20.000 abonados…había potencial para una nueva época dorada. Aunque ya me conformaría con haber emulado al Eibar, que está aprovechando con creces la desgracia franjiverde. Pero ya de nada sirve lamentarse. Y después de tanto padecer, hay que darse con un canto en los dientes con la actualidad del Elche.
¿El futuro? Nadie lo sabe. Ojalá que mejor. Dependerá muchísimo de decisiones clave. Como el probable cambio de accionista mayoritario.