ALICANTE. Abde jugará en el Barça B. Ya es oficial que el extremo marroquí ha comprado su libertad, es decir, abonado (con el dinero del club azulgrana) los 2.000.000 euros a los que ascendía la cláusula de rescisión que figuraba en su contrato con el Hércules e iniciará una nueva etapa en su efervescente carrera profesional.
A sus 19 años (cumplirá 20 en diciembre), se vincula al Barça por tres campañas con opción a otras dos y una cláusula de 200 millones de euros, viendo hacerse realidad su deseo de dar el salto a una categoría superior, la Primera RFEF, para jugar nada menos que en el filial azulgrana. Se trata de algo que Abde deseaba desde el primer momento en que el Barça se cruzó en su camino, allá por primavera. Entonces el Hércules estaba abierto a negociar su traspaso, pero consideraba insuficientes las ofertas (del club azulgrana, entre otros). Con el paso de los meses y de manera paralela al incremento de las cantidades que se le ofrecían, el Hércules fue variando su posición respecto a la hipotética salida del extremo, hasta el punto de contemplar exclusivamente que fuera previo pago de su cláusula. Este lunes el Barça ofreció una suma cercana a los 1.500.000 euros, pero volvió a recibir una respuesta negativa desde los despachos del Rico Pérez, por lo que decidió poner fin a los contactos y directamente prestar el dinero a Abde para que comprase su libertad. La situación económica del Hércules no es precisamente boyante, pero la del Barça tampoco. Sin embargo, el traspaso del mediocentro guineano Ilaix Moriba al Red Bull Leipzig a cambio de un fijo de 16 millones de euros (más 7 en variables), le daba margen económico para afrontar la operación de futbolista marroquí.
Carrera explosiva
Abde recaló en el Hércules en edad juvenil, de la mano de Antonio Moreno, técnico que le echó el ojo cuando jugaba en el desaparecido Promesas Elche. Después de que despuntara con el Hércules B en la 2018/19 (logrando el ascenso Tercera), en el verano de 2019 realizó la pretemporada con el primer equipo a las órdenes de Lluis Planagumà, con el que empezó a entrar en sus convocatorias, aunque sería ya con Jesús Muñoz en el banquillo cuando debutaría (el 1 de diciembre de 2019 en un partido ante elOlot). Al tiempo, José Antonio Palomino y Javier Portillo, entonces coordinador de cantera y director deportivo, respectivamente, decidieron mover ficha y atar a Abde con un contrato por tres campañas, que es el que precisamente ahora rescinde de manera unilateral.
En la inconclusa (por el Covid-19) campaña 2019/20, el extremo participó en cuatro partidos con el primer equipo del Hércules, mientras que en la pasada lo hizo 17, anotando dos tantos: apenas contó para David Cubillo (jugó en tres encuentros y anotó un tanto), pero con Alejandro Esteve primero y Manolo Díaz después, el rol de Abde cambió diametralmente, hasta el punto de convertirse en un fijo en el once. Durante la presente pretemporada, en la que partido a partido ha seguido dando muestra de su calidad, tanto Carmelo del Pozo desde la dirección deportiva como Sergio Mora desde el banquillo se han esforzado en darle cariño a Abde, hacerle ver que iba a ser un pilar del equipo, en el que ya tendría ficha (hasta la pasada campaña la tenía del filial)... pero el Barça es el Barça y, especialmente, ha puesto el dinero para que juegue con él. Algo que otros no han querido hacer, incluso contando con una ventaja que no ha tenido el club azulgrana y es que en el pasado mercado de fichajes de invierno, cuando aún no había explotado (entre otras cosas porque no jugaba con Cubillo), el Valencia tuvo la oportunidad de obtener su cesión y hacerse con parte de los derechos a cambio de desembolsar 300.000 euros. La operación, que implicaba que previamente Abde y el Hércules renovaban el contrato que les unía, no se llevó a cabo al no aceptar el club che.
Un ingreso millonario y un problema deportivo mayúsculo
La salida de Abde le deja al Hércules su mayor ingreso por un traspaso desde los de Kiko Femenia (al Barça) y Nelson Haedo Valdez (al Rubin Kazan) en el verano de 2011, pero también un agujero en su plantilla sin apenas margen para taparlo, pues pierde a un titular sub-23 el día en que se cierra la ventana de fichajes de verano: tendrá que encontrar a otro futbolista que pueda ocupar la licencia que deja vacante el marroquí o la sénior que ha dejado libre la salida de Fran Núñez. De no conseguirlo antes de las 23:59 horas del martes, habrá de acudir al mercado de 'parados'.
Por lo que se refiere al aspecto económico, está por ver a qué destina el club los 2.000.000 euros que obtiene, pues tiene demasiadas necesidades: hundido en la cuarta categoría del fútbol español en puertas de su Centenario, el Hércules no cuenta con ingresos, más allá de lo que obtiene a través de la venta de abonos; solo levanta la persiana gracias al auxilio económico que le presta a fondo perdido el empresario Enrique Ortiz (este curso se ha quedado solo en ese papel). Además, mantiene una deuda en situación irregular de algo más de 3 millones de euros con la Agencia Tributaria (esta embarga periódicamente los créditos a favor del club) y el próximo junio ha de abonar a los acreedores ordinarios 1,2 millones, en el marco del convenio que mantiene con ellos.
