ALICANTE. Soy médico, especialista en Oncología Radioterápica, y tengo la suerte de ser responsable del departamento en un entorno privilegiado, uno de los Hospitales privados de la Comunitat Valenciana. En nuestro servicio atendemos pacientes oncológicos derivados de la sanidad pública, también privados y con coberturas de compañías aseguradoras: derivados nacionales o internacionales.
Nunca he tenido que explicar que, por supuesto, no hacemos ningún tipo de distinción en el trato a los pacientes según su procedencia. Ni en consultas médicas, ni en el tiempo o demora para el inicio de la radioterapia, ni en la complejidad o calidad de los tratamientos que cada uno necesita en función de su patología y criterio médico.
Es más, nunca, en los casi dieciocho años que llevo en este hospital, con distintas gerencias y direcciones, ni en momentos de gran presión asistencial o crisis económica, se me ha hecho el más mínimo comentario respecto a hacer ninguna distinción con los pacientes.
Y llegó la infección por covid-19 y la pandemia, y se cerraron los hospitales, públicos y privados, para dedicar todos los esfuerzos y recursos a tratar estos pacientes. Se cerraron muchos, casi todos los servicios, pero no oncología. Durante todos estos meses hemos seguido tratando a todos los pacientes, a todos, sin demorar tratamientos. Los primeros meses, con el poco conocimiento de la infección que teníamos y con no todas las medidas de protección.
Después, la segunda ola… la tercera y, por fin, las vacunas. A partir de enero de 2021, las comunidades autónomas disponen de vacunas que, como prioridad se administrarían a residencias de mayores y personal sanitario, a todo el personal sanitario sin distinción de su centro de trabajo. En la Comunitat Valenciana, residencias y Sanidad Pública hace días han recibido la primera dosis, mientras que en la Sanidad Privada ninguno de nosotros tenemos, ni siquiera, fecha para vacunarnos.
El agravio comparativo está hecho: ¿personal sanitario de primera y de segunda? Particularmente no necesito explicación, tan sólo pido que, si no hoy, mañana, dispongamos por fin, de la primera dosis, porque, si tenemos que quedarnos en casa (o ingresar…) por contagio, tendremos que reducir plantillas, y hacer lo que no ha pasado durante toda la pandemia: demorar los tratamientos de nuestros pacientes con cáncer.