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reflexionando en frío / OPINIÓN

¿A qué juega Ciudadanos?

6/09/2020 - 

No me gustan los mantras, tampoco los endiosamientos maquinados en base a una mentira mitificada que ejerce como tupido velo de una verdad desdichada. He escrito de ambos elementos en este espacio. No me dejan de sorprender la conjunción de atrezos diseñados para enaltecer a Inés Arrimadas por parte de los que todavía navegan en el barco naufragante de Ciudadanos. Consignas como la que insinúa la recuperación de los principios fundacionales de la formación enarbolando la centralidad de la nueva dirección.

Ingenuos. Viven en una mentira. Ya soslayé en el artículo de la semana pasada que por mucho que una mentira se repita de manera incesante esta continúa siendo lo que es, una patraña. Mientras los afiliados de Cs insisten en rescatar los valores primarios de las siglas, la verdad es que los fundadores del partido, empezando por Arcadi Espada, pasando por Fernando Savater y terminando por Félix Ovejero, dicen no reconocer a las siglas que batallaron el sectarismo del nacionalismo catalán. Un sesgo ideológico que es ahora ejecutado por Sánchez y su Gobierno con el beneplácito de un Ciudadanos empachado de un narcisismo mesiánico emanado de la necesidad de permanecer en política. Tendencia burocrática compartida con Vox, - José Luis Martínez-Almeida dijo en una entrevista en ABC la intención de Abascal de coexistir en la vida pública más que ser Presidente de Gobierno-, pero que en lugar de en forma de dique pretenden funcionar como una especie de mayordomo del poder rindiendo pleitesía al que ocupe La Moncloa. En palabras de Carlos Alsina: “En Ciudadanos primero eran socialdemócratas, luego liberales, y ahora son náufragos”. Quizá por eso algunos preferimos caer a las gélidas aguas alejadas del poder antes que permanecer en un barco a la deriva coaccionado por el fuego del Gobierno más radical de la historia de España. 

Porque ese es el mal, el hecho de estar ejerciendo de pegamento, -la fiel sumisión de Ciudadanos es más útil para Sánchez que la teatrera moción presentada por Vox-, del peor presidente de la historia de España. Ejecutivo, con el que se debe dialogar dadas las circunstancias extraordinarias que vivimos, pero no a cualquier precio, con líneas rojas. Parámetros que Ciudadanos parece no tener, más si tenemos en cuenta lo que dijo Pablo Casado en su intervención posterior a la reunión con Pedro Sánchez en la Moncloa en la que afirmaba la inexistencia de una hoja de ruta para los Presupuestos. ¿Cómo se puede emprender una negociación sin que se conozca el objeto sobre ella? Demuestra la intención de Inés Arrimadas de apoyar al Gobierno sin ningún tipo de condición del mismo modo que hicieron cuando secundaron la tercera prórroga del Estado de Alarma. Ese tipo de conductas rebajan el diálogo entre fuerzas políticas y desvirtúan la democracia. Ni se debe comulgar con ruedas de molino, ni se debe caer en burdos chantajes como los ejercidos durante años por el PNV. Algo se hace mal cuando en una negociación salen ganando más los partidos que los ciudadanos que les han votado…

Inés Arrimadas lleva ya tiempo otorgando un cheque en blanco a Sánchez y sus socios. Prerrogativas gratuitas que chocan con los tratos ejercidos por el viejo Ciudadanos, -el de verdad-, cuando Albert Rivera exigía la dimisión de senadores sospechosos de corrupción en el Partido Popular o negociaba con mano de hierro de forma conciliadora sin perder el carácter de partido de Estado. Con la nueva dirección del partido, parece que la regeneración ya no es tan importante y se prestan a hablar sin tapujos con un Gobierno conformado por un partido imputado por financiación irregular. Algunos parecen no enterarse todavía de que Podemos ya no está en la oposición, sino que forma parte del equipo de Gobierno. Lo digo por el mantra surgido con relación a aislar a Iglesias de los Presupuestos Generales. ¿Cómo se puede dejar fuera de las cuentas públicas elaboradas por el ejecutivo a una parte de ese mismo gabinete? Que alguien me lo explique, por favor. Es todo puro marketing. Publicidad capaz de colocar gato por liebre. Al final la clave reside en manejar con sutileza los medios para vender un fracaso como una victoria. Ayer, durante la presentación de su poemario Cuaderno de Bitácora, Rafael Poveda, abogado y compañero de esta casa, explicó durante el coloquio como algunos escritores tenían la capacidad de promocionar todas sus obras con el halo de BestSeller pese a que algunos de estas no merecieran dicha etiqueta. Eso es lo que está haciendo Ciudadanos, dándose bombo para no caer en la irrelevancia y evitar la desaparición como partido. Más que como partido, como “gestoría”, como dice Juan Carlos Girauta. Inés Arrimadas ha convertido a Cs en una maquinaria electoralista interesada únicamente en su supervivencia como entidad más que una marca defensora de unos principios concretos. Llaman a eso pragmatismo cuando en realidad saben que no es más que un oportunismo barato.   

Arribismo detectado precozmente por los fieles a Albert Rivera cuando todavía era presidente del partido. Alguien cercano a ex líder de Ciudadanos me deslizó un: “Ya te avisé con Inés”, cuando esta empezó a coquetear con Pedro Sánchez. Los que han trabajado codo con codo con la actual cabecilla naranja destacan una ambición desmedida que propició una caída en desgracia de Rivera estimulada por los desastrosos resultados electorales. Elecciones en las que ya cansado tuvo que lidiar con las continuas intentonas de Arrimadas y su círculo catalán, -formado por José María Espejo y Carlos Carrizosa-, de tumbar su liderazgo. Persecución que no da pie a interpretaciones, ya hay testimonios reveladores de dichos tejemanejes diseñados para hacerse con el control del partido. Juan Carlos Girauta lo escribió en un artículo refiriéndose a la sustitución de Lorena Roldán como candidata a la Presidencia de la Generalitat: “A Lorena Roldán la apartan porque la promocionó Albert Rivera. Presentó contra Torra la moción de censura que Arrimadas eludió. Ha sufrido un ninguneo permanente en forma de oscuridad y de silencio”. Purga hacia todos los fieles al anterior líder que empezó unos meses después de irme de la disciplina cuando cesaron a la responsable nacional de jóvenes del partido, Ana Torres, y siguió con el ascenso en Cataluña de Carlos Carrizosa dejando en la estacada a la escogida en primarias, Lorena Roldán. 

Después de lo visto y lo leído, me sigue impactando como los que hace unos meses decían ser fieles a Albert Rivera ahora le culpan por el desastre electoral vitoreando a Inés Arrimadas siendo palmitos del Gobierno cuando hace no tanto tiempo no dejaban de criticar a este mismo ejecutivo que ahora respaldan.

 Pura deslealtad y oportunismo… Ellos lo llamarán pragmatismo.  

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