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Denuncia presiones en la recogida de avales

Rafa García incluye en su programa que la militancia decida los pactos postelectorales

7/07/2017 - 

VALÈNCIA. La suerte está echada. Las primarias para elegir al secretario general del PSPV han empezado oficialmente con el inicio de la campaña electoral entre ambos candidatos, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, y el alcalde de Burjassot, Rafa García. Con los dos aspirantes bajando al barro y recorriendo agrupación por agrupación, García quiere hacer valer que es el candidato de la militancia. Es decir, que es una especie de Pedro Sánchez a la valenciana que batalla por los afiliados de base contra el aparato de poder de Blanquerías.

Debilitado por perder la batalla psicológica de los avales, García contraatacó este jueves. Y lo hizo con los mismas insinuaciones que hicieron algunos dirigentes 'susanistas' del PSOE: acusar al aparato -en este caso, al círculo de Puig- de presionar a los militantes para avalar al candidato. Eso sí, virtió esas acusaciones a cara descubierta y sin concretar la denuncia.

"En el tiempo que llevo recorriendo la Comunitat Valenciana algunas personas han verbalizado que se han podido sentir presionadas o sin la libertad suficiente en el proceso de recogida de avales", denunció García. "El modelo actual no es el más adecuado, ya que puede haber alguna persona que se sienta legitimada desde el cargo que ostenta para solicitar que una persona apoye a otra", insistió el candidato ungido desde Ferraz, sede de la dirección nacional del PSOE que encabeza Sánchez y que tiene como secretario de Organización al valenciano y crítico con Puig, José Luis Ábalos.

Pedro Sánchez junto a Rafa García, aspirante a liderar el PSPV, en un mitin en Burjassot. Foto: EVA MÁÑEZ

Para justificar dichas acusaciones, García apuntó que si estas presiones no sucedieran, "no se daría" la falta de concordancia entre los avales presentados en el anterior proceso de primarias y el resultado final, con la victoria de Sánchez sobre la andaluza Susana Díaz y el exlehendakari Patxi López. Así, García hacía referencia a los 8.105 avales que consiguió Sánchez en la autonomía valenciana que distaban de los 9.552 votos que obtuvo el ahora secretario general del partido del puño y la rosa. La diferencia fue similar entre los avales que sacó la presidenta de la Junta de Andalucía -5.300- con los militantes que le otorgaron su confianza -4.274-.

Con la intención de evitar este tipo de presiones, a juicio de García, el candidato a descabalgar a Puig propuso dentro de su programa como medida para liderar el socialismo valenciano "aprovechar los nuevos medios digitales como herramienta para conectar a la militancia con la dirección". Una idea que tiene el sello de la filosofía de nada de intermediarios entre dirección y afiliados que preconiza Sánchez.

Ahora bien, en su hoja de ruta hay más guiños a los militantes. García planteó que las agrupaciones vuelvan a ser la casa del pueblo y la creación de la figura del Defensor de la Militancia. Este órgano permitiría, según el aspirante, poder pedir explicaciones a la dirección con un apoyo del 10% del censo de la federación valenciana. "Se trata de un sistema que evita tener que preguntarse por qué dimite un secretario general o por qué gobierna el PP con la abstención del PSOE", explicó en alusión a las dos cuestiones que más hirieron a la militancia. Y con las que Sánchez, gracias a convertirse en el opositor a ellas, logró su victoria.

Firma renovación del Pacto del Botánico. Foto: MARGA FERRER

García, además, quiere dejar en manos de los afiliados cualquier acuerdo postelectoral, en referencia a una reedición del pacto del Botànic. "Si el PP no obtiene mayoría absoluta, reeditar un pacto del Botànic II estaría en manos de la militancia", indicó. Una medida encuadrada en su "revolución democrática" dentro del PSPV que le sirvió este jueves para reprochar que Blanqueries es actualmente "la réplica del Botànic". "Necesitamos un partido fuerte y más participativo, que acabe con el abandono al que se ha visto producido en estos cinco años", criticó, con la mirilla puesta en la dirección, y más concretamente, en el secretario de Organización, Alfred Boix.

La creación de un Portal de Transparencia es otra de las medidas que puso encima de la mesa para reforzar el partido. En él, se publicarían los bienes de todos los dirigentes como las cuentas y la financiación de la formación del puño y la rosa. El documento estará colgado en la red "porque no tiene miedo al debate", por ello, defendió que "la toma de decisiones debe tomarse de abajo a arriba". En ese sentido, propuso una limitación de los mandatos y que las gestores no duren más de 90 días. También ha planteado la creación de una secretaría de LGTB

Más polémico, sin embargo, es su opinión sobre el Ejecutivo del Botànic. "Está prácticamente amortizado", señaló. "Todos los partidos entrarán en campaña electoral en menos de un año y cada uno marcará posiciones", puntualizó para justificar su afirmación. Un pacto de izquierdas que con la victoria de García y la instauración de la bicefalia en el PSPV sí que sufriría una erosión de efectos impredecibles.

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