MADRID (EP). Vodafone España ha comunicado a los representantes de los trabajadores la apertura de un procedimiento de despido colectivo "por razones económicas, productivas y organizativas" que afectará a un máximo de 1.200 empleados, el 23,5% de la plantilla.
La operadora ha detallado que ha convocado a los sindicatos para iniciar a finales de enero el periodo de consultas de este Expediente de Regulación de Empleo (ERE), un proceso que se prolongará durante un mes y en el que la empresa buscará un acuerdo con los representantes de los trabajadores.
A este respecto, afirma que, "siendo sensible al impacto de esta medida", aborda la negociación con la determinación de alcanzar con la representación social "el mejor acuerdo posible tanto para los empleados como para la empresa".
Vodafone España explica que el procedimiento que hoy arranca persigue "revertir la negativa evolución del negocio, reforzar su sostenibilidad, proteger la capacidad de inversión y diseñar una organización más competitiva y mejor adaptada a lo que piden los clientes"
Así, señala que en el actual contexto de mercado la demanda de servicios sigue creciendo de forma exponencial, pero en cambio los precios no aumentan, como refleja que cerca del 50% de las altas brutas están asociadas con ofertas 'low y medium cost'.
La compañía asegura que esto le obliga a tener una estructura de costes preparada para competir con éxito en todos los segmentos, una situación ha llevado ya a caídas de los ingresos y del resultado bruto de explotación (Ebitda) en el primer semestre del actual ejercicio.
Asimismo, también agrega que las actuales expectativas de los clientes, que exigen una relación ágil, sencilla e inmediata, llevan a Vodafone a buscar un modelo organizativo más simplificado y que refuerce la coordinación y sinergias entre los equipos.
El grupo británico Vodafone asumió en su primer semestre fiscal un impacto negativo de 2.900 millones de euros por el deterioro de sus activos en la filial española ante las difíciles condiciones comerciales y económicas, que le han llevado a proyectar unos menores flujos de caja.
El mercado español de las telecomunicaciones se ha caracterizado en los últimos tiempos por una fuerte competencia con la entrada de nuevos actores que ha llevado a importantes ofertas en precios y servicios, situación a la que se sumó el pasado verano la denominada "guerra del fútbol", marcada por una fuerte agresividad comercial ante el nuevo escenario que se creaba por la decisión de Vodafone de no adquirir para esta temporada los derechos de televisión de la Champions League y el Partidazo de LaLiga.
En este contexto, Vodafone comenzó a finales del pasado año a preparar una nueva estrategia con el fin de fijar su posición futura en el mercado, para lo cual la empresa ha llevado a cabo un análisis a todos niveles para determinar la estructura más adecuada para este nuevo posicionamiento en todos los aspectos.
Finalmente, este jueves se ha confirmado que ese reposicionamiento incluirá un Expediente de Regulación de Empleo, el tercero que lleva cabo la filial española de Vodafone en siete años tras los que tuvieron lugar en 2013 y 2015.
En concreto, el ERE de 2013 incluyó el despido de 620 trabajadores, la externalización de servicios con 130 empleados afectados y cambios en las condiciones laborales para otras 150 personas. Por su parte, el expediente de 2015 afectó a 1.059 empleados de la operadora.
Los sindicatos UGT, STC y CCOO han rechazado "frontalmente" el ERE y han acusado a la dirección de la firma de querer "paliar los continuos errores de gestión y estratégicos" con recortes de plantilla, y han reclamado que no se adopten "medidas forzosas" que puedan afectar al empleo en la operadora.
En un comunicado conjunto tras la reunión celebrada con la empresa, las organizaciones sindicales con representación han criticado que los responsables de la compañía buscan "solucionar de manera fácil su incapacidad demostrada y reiterada para la toma de decisiones estratégicas acertadas".
En concreto, han apuntado a la mala gestión de la compra de ONO, el proyecto frustrado de fusión societaria de ambas compañías, la renuncia al fútbol, el retraso en las instalaciones a clientes, el abandono del despliegue de fibra y la dependencia de Telefónica, la contratación de gran cantidad de personal a pesar de la situación y el desastre del cambio de sistemas.
"En definitiva, los continuos errores de gestión y estratégicos cometidos a lo largo de estos tres últimos años, junto con la agresiva competitividad del sector, nos han llevado a esta situación que ahora se pretende paliar principalmente reduciendo plantilla", han criticado los sindicatos.
En esta línea, han incidido en que, de nuevo, la dirección demuestra su "incompetencia" para encontrar soluciones a la situación que ha generado y "elige el camino fácil, que es la reducción de personal". "Esta situación no es responsabilidad directa de la plantilla, sino de los gestores de la compañía y, por ello, nos parece indecente que se plantee de nuevo un recorte de personal cuando además hace apenas tres años se produjo el último", ha insistido.
Por otra parte, también han subrayado que tras un ERE se empieza a contratar de nuevo, como ha sucedido en ocasiones anteriores, hasta alcanzarse niveles similares de plantilla, al mismo tiempo que han asegurado que hay personal externo haciendo funciones de internos y trabajadores que hacen muchas horas extra.
Por todo ello, han defendido la reducción de personal "no es la solución" a los problemas de la empresas, sino que más bien parece utilizarse como "una forma rápida de reducir gastos de forma coyuntural para salir bien en la foto y, de paso, renovar la plantilla".
En este contexto, los tres sindicatos han afirmado que se oponen a "cualquier medida forzosa que pueda afectar al empleo en Vodafone" y han solicitado que se busquen "otras soluciones" que cumplan las expectativas tanto de la plantilla como de la empresa.