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MUJERES ILUSTRES DE LA COMUNITAT

Violant d'Hongria, consejera y confidente del rey Jaume I

21/11/2018 - 

VALÈNCIA. La Reina Violant d'Hongria es una de las mujeres de la historia de nuestra comunidad que más afectos concita. Leyendo solo el siguiente pasaje, uno puede adivinar la magnitud de su personalidad. El historiador húngaro Ferenc Olivér Brachfeld, biógrafo real, describía de este modo tan lírico la llegada del cadáver de la reina al lugar donde reposaría para siempre. 

Una noche negra y lluviosa de aquel mes de octubre… una comitiva fúnebre se para ante las puertas del monasterio de Vallbona. La abadesa, N’ Eldiardis d’Anglesola, descendiente de la familia de los fundadores, baja a recibir a los recién llegados. Queda parada al reconocer en medio del séquito al rey Jaume, al Justicia Mayor de Aragón y a unos cuantos altos dignatarios del reino alrededor del féretro. Al día siguiente tiene lugar la ceremonia fúnebre. Al cabo de veinticuatro años, en 1275, a la muerte de su hija Sancha, el féretro de la reina fue trasladado a su destino definitivo, según consta en los archivos del monasterio. Allí reposan, en el presbiterio de la iglesia, la madre y la hija.

Violant d'Hongria era hija del rey Andrés II y Violante de Courtney. Nació en Estrigonia y pertenecía a la Dinastía de Árpad, a la que se le atribuía una cierta ‘santidad’, pues entre sus familiares hubo numerosas beatificaciones y canonizaciones: Santa Isabel de Hungría, Isabel de Hungría, Santa Cunegunda de Polonia, Santa Margarita de Hungría y la beata Constanza de Hungría. Sin embargo, el cabeza de familia –Andrés II de Hungría- fue excomulgado en dos ocasiones por la iglesia. El motivo no fue otro que lo que conoció como ‘Segunda Bula de Oro’. Entre otros preceptos mandaba que los judíos debían ser marcados y excluidos de cargos públicos.

Violant se convirtió en una mujer conocida después de su matrimonio con Jaume I, un tiempo antes de la gran conquista de València. Jaume I había recurrido a un nuevo matrimonio tras la disolución de su primera unión con Leonor, Infanta de Castilla y Reina de Aragón. El matrimonio fue disgregado en 1229 por el parentesco demasiado próximo entre los cónyuges. Violant, que apenas contaba con 20 años, fue la elegida como nueva esposa. Esta extranjera no hablaba un idioma con el que pudiera comunicarse con su esposo. Se casaron en Barcelona en 1235 y de esta fértil unión nacieron nueve hijos, algunos de los cuales han sido esenciales para la historia de nuestro país: 

A Violant, los cronistas le reconocen un papel como mediadora y consejera de Jaume I que tenía un enorme respeto por ella. Se dice que Violant, en verdad, se llamada Ioles o Iolanda pero su nombre fue mutando hasta el que conocemos hoy en día. Su rostro, como suele ocurrir con muchas de las mujeres de la época, apenas se conoce. Es curioso que cada 9 de octubre, cuando se conmemora la entrada de Jaume I en València, apenas se reconozca lo fundamental que fue su esposa en esta entrada triunfal. Violant era una mujer inteligente cuyos consejos eran muy bien recibidos por el rey. En la Crònica real se ve reflejado el amor que se profesaban: “e nós e ella entram alegrament dins lo castell e ab gran alegría menjam”. Cuenta su biógrafo que buena parte de la paz firmada el 26 de marzo de 1244 entre Jaume I y Alfonso de Castilla se debió a ella. La política de particiones que se estableció en el acuerdo matrimonial dejaba fijado que los hijos recibirían Baleares y lo que se hubiera conquistado de València. 

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En una exposición titulada Princeses de terres llunyanes que tuvo lugar en el Museo de Historia de Catalunya y el Museo Nacional de Hungría se profundizaba en la figura de cuatro mujeres que vinieron de tierras lejanas para convertirse en reinas españolas: Violant d'Hongria, Constanza de Aragón, Beatriz de Aragón y Maria de Habsburgo. Todas ellas atestiguaron su papel político en el seno de las estructuras de poder de las cortes medievales y representan cuatro modelos diferentes de ejercer su autoridad.

En aquella exposición se afirmaba lo siguiente:

Violant tindrà un paper decisiu al regne, i l’exposició ho demostra amb la reproducció facsímil del Llibre dels Feits del Rei Jaume I, una crònica on la reina Violant sempre apareix en els moments més decisius de la política del país. També cal fer esment que, a l’exposició, es mostren rastres de la vida quotidiana que es duia a la cort de la reina hongaresa, mitjançant la mostra de documents, així com també l’ambient místic de l’època a partir de la presència de Santa Isabel d’Hongria, germanastra de Violant i un referent religiós per a la cort catalana. És aquesta aportació dels nous valors cristians sota el prisma franciscà els que vindran de la mà d’Isabel d’Hongria, una mostra més dels lligams polítics, culturals i religiosos entre Hongria i Catalunya.

Violant murió con solo 36 años en 1251. Apenas unos días antes había firmado su testamento en la ciudad de Huesca en el que mandaba lo siguiente:

Yo Ioles, por la gracia de Dios, Reina de Aragón, de Mallorca y de València, Condesa de Barcelona y de Urgel, Señora de Montpellier, hago mi última disposición, en la cual, en primer lugar, elijo mi sepultura en el monasterio de Vallbona de la orden Cirterciense, y deseo que se haga mi sepultura plana, ante el altar de la santísima Virgen.

En ese mismo documento se fijaba que todas sus joyas y piedras preciosas fueran distribuidas entre sus hijas Constanza, Sancha, María e Isabel. Violant quedó excluida del reparto de su madre porque ya había recibido su propia dote al casarse con Alfonso de Castilla. La salud de Violant se había visto muy afectada tras los nueve partos que tuvo en apenas una docena de años. 

A Violant se la reconoce hoy dándole vida durante las Fiestas de la Magdalena en Castellón, cuando una joven representa a la reina y a su corte de damas. En Castellón, además, un busto de Violant en uno de los jardines centrales de la ciudad que rememora su figura como primera gran dama de la ciudad.

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