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Este fin de semana, III Festival de les Arts de Vilanova d’Alcolea (FAVA365)

Vilanova se reinventa a través del arte

4/04/2019 - 

CASTELLÓ. Ulises pasó más de una década intentando volver a Ítaca, y las tremendas dificultades del camino engrandecieron su leyenda. Sin tanta épica de por medio, Vilanova d’Alcolea lleva tres años en un apasionante periplo del cual, como en el caso del héroe, lo más importante es el trayecto y sus enseñanzas. El Festival de les Arts de la población (por sus siglas FAVA365) se nos presenta como “un viaje de aprendizaje tanto a nivel individual como colectivo y de transformación del paisaje”. Su protagonista, todo un pueblo de más de 586 habitantes, reivindica el proceso como la parte más importante de este festival de arte multidisciplinar.

El próximo fin de semana (6 y 7 de abril), la tercera convocatoria del FAVA365 culminará el recorrido del último año como en las dos ediciones precedentes: con un gran fin de semana que servirá para mostrar y disfrutar del resultado de los últimos 365 días de trabajo. En este caso, con la danza como eje conductor de un atractivo y amplio programa, fruto de un trabajo coral. En 2017 y 2018, el encuentro giró en torno a la música y el teatro, respectivamente. Pero ¿cuál es el valor diferencial de este festival? “Entendemos el FAVA365 no sólo como un punto de exhibición para el que contratas actuaciones -por ejemplo, este año, de danza-, sino que una de las patas más importantes es la formativa de la gente del pueblo: queremos que sirva como excusa para que los vecinos que hayan mostrado inquietud en alguna disciplina, puedan formarse para entender, practicar y apreciar otras formas de esa misma disciplina. Por ejemplo, disfrutar la música más allá de la banda, el teatro más allá del teatro de cámara o la danza más allá de la tradicional. La mejor manera de entender el arte contemporáneo es la formación, sobre todo si nunca te has aproximado, que es lo que pasa a la mayoría de la población rural de 500 habitantes”. Quien así habla es Eugeni Trilles, titular de la Agencia de Desarrollo Local (ADL) de Vilanova.

Los orígenes del festival se sitúan en el proyecto Agenda 21 de la Cultura, activo en el municipio desde 2008. Un espacio de participación ciudadana y punto de encuentro de todos los colectivos y asociaciones de toda condición. En esta comisión se define desde entonces gran parte de la política cultural del pueblo. Hacia 2016, “se constató que la Fira del Cavall, la feria de artesanía que teníamos, ya no conseguía el objetivo marcado porque había muchas ferias de ese tipo y  la nuestra no destacaba, por lo que se decidió cerrarla y empezamos a preguntarnos con qué lo podríamos sustituir”, rememora Trilles. “Y fue entonces cuando nos dimos cuenta de que aprovechar la materia prima que teníamos en el pueblo sería un buen punto de partida”. Ese primer ingrediente eran los sólidos mimbres culturales del municipio.

Un pueblo con inquietud cultural… y la UJI        

Y es que más del 10% de la población local son músicos, con gran protagonismo de su banda -la Sociedad Musical Santa Cecilia- y además cuenta con tres grupos de teatro y dos secciones del grupo de baile La Murà, sin olvidar la rondalla y un grupo de dolçaina i tabal. En definitiva, se trata de una localidad con una fuerte inquietud cultural.

La otra pieza del puzle vendría de la Universitat Jaume I. Desde el primer momento, el proceso de concepción del FAVA365 contaría con la complicidad de la UJI a través de su Programa de Extensión Universitaria (PEU). Desde el campus llegaría el gestor cultural Ángel Portolés, coordinador del proyecto de Educación Patrimonial Patrimoni del PEU y profesional forjado en el acompañamiento de procesos participativos basados en el patrimonio cultural. “Él es nuestro tutor -señala Trilles- y a través de su propuesta de Taller Colaborativo Interdisciplinar (TCI), nos permitió sumar a nuestra mirada la de gente muy experimentada que había vivido otras experiencias de este tipo, y al final la suma de ambos puntos de vista llevó a lo que hoy el festival”.

Y es que el papel de la UJI es fundamental para el proyecto, insiste Trilles: “por un lado, es una institución sin color político, que pone paz y abre puertas; en segundo lugar, es la institución formativa y académica, cuyo respaldo es clave para nosotros, y finalmente, siempre nos han apoyado con acciones concretas, como el taller de videomapping, único en la provincia, que se desarrolla estos días previos en la propia Universidad. Vaya, sin el PEU no hubiera nacido el FAVA como lo conocemos”.

Un festival de 365 días

El protagonismo, no obstante, corresponde a la población de Vilanova. No en vano, cada año la programación se presenta antes a sus habitantes que a los medios de comunicación, sencillamente porque el festival es suyo. Y lo es más allá del fin de semana de primavera que sirve de gran escaparate a sus resultados. Lo que importa es el proceso, de forma que en cualquier momento del año podemos encontrarnos en la población con talleres formativos, proyectos artísticos colaborativos, tertulias, encuentros, actuaciones, exposiciones, visitas, excursiones, residencias artísticas, etcétera.

¿Cómo se articula tanta actividad? Desde la comisión organizadora, respaldada por el Ayuntamiento de Vilanova, se plantean el año con un calendario que trata de mantener una continuidad de acciones durante el año, expositivas pero especialmente formativas, de forma coherente con la esencia del FAVA. Es clave, en este sentido, que a los formadores se les ofrece la posibilidad de elegir el momento del año en que impartir su formación, lo que aporta flexibilidad al proceso y garantiza la presencia de los especialistas que se buscan para cada caso. En estos tres años, se han tratado en sus talleres temas tan diversos como la artesanía fallera, la fotografía, las danzas del mundo, la expresión corporal o la expresión artística para niños. Y este mismo fin de semana se podrá disfrutar del resultado de uno de los últimos talleres, sobre la técnica Raku de cerámica japonesa: los niños del pueblo han elaborado sus piezas con la colaboración de la Escola d’Arts i Superior de Disseny (EASD) de Castelló.

Suma de complicidades

Porque la aportación de instituciones dispuestas a implicarse en el FAVA es otro de los ingredientes de su exitosa receta, desde que en su primer año contaran con la colaboración del Museo de Arte Contemporáneo Vicente Aguilera Cerni (MACVAC) de Vilafamés. “Es un orgullo contar con instituciones así de nuestro lado”, hace hincapié Eugeni Trilles, quien subraya asimismo la colaboración del Instituto Valenciano de Cultura (IVC) y de la Diputación de Castellón, como entidades que dan apoyo al Ayuntamiento de Vilanova, organizador institucional del evento.

Un buen ejemplo de la suma de complicidades es la edición de 2019. Al elegirse la danza como hilo conductor, desde la organización contactaron con el nuevo Conservatorio Profesional de Danza de Castellón, que justo este año imparte sus primeras clases. “Le planteamos al Conservatorio -indica Trilles- el interés en conocer la danza contemporánea por parte de los jóvenes del grupo de baile La Murà”. Y así, a través de la profesora de Danza Contemporánea, Susana Rodrigo, “tomamos algunas piezas de danza tradicionales y se les dio un toque contemporáneo: las contemporaneizamos, en un proceso en el que estos jóvenes participan desde el primer minuto, para que conozcan la evolución de cada pieza desde lo tradicional que ya conocen hacia la danza contemporánea”.

Además, la implicación del nuevo Conservatorio llevó a la organización de FAVA a reservarle el espacio ‘El Racó de’, para que la nueva institución pudiera mostrar su labor formativa. “Y además de la representación de la danza contemporánea que hemos comentado -remata Trilles- otros alumnos del Conservatorio harán una muestra de danza tanto clásica como contemporánea”.

Con todo, el FAVA es de Vilanova y será lo que Vilanova quiera. Esta vocación de servicio a los intereses del pueblo está en su ADN desde antes de su nacimiento. Eugeni Trilles pone un ejemplo muy ilustrativo al respecto: “para nosotros hay tres colectivos esenciales, como son los jubilados (con más de un 25% de población de más de 65 años), los niños del colegio y los jóvenes”. Por ello, tanto en las residencias artísticas (estancias de 2 a 6 días para jóvenes que quieran desarrollar un proyecto de investigación y creación artística en el municipio) como en la iniciativa PintaFAVA (creación de un mural) “obligamos a los artistas que vienen a reunirse con esos tres colectivos, para que planteen su intervención de acuerdo con la temática que se les ha indicado, que tengan un intercambio con estos colectivos y que la información que salga de dicho intercambio se refleje de alguna manera en la obra final”. Así, se garantiza que el festival responda a las expectativas de un pueblo, que ha encontrado en el arte su propia forma de reinvención. Su camino a Ítaca.

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