VALÈNCIA. Todos los Nou d´Octubre se habla, por unos y otros, de vertebrar el territorio de la Comunidad Valenciana. La vertebración de un territorio tan dispar y con esa geografía tan longilínea, es tarea compleja y un proyecto de generaciones, puesto que, como se dice en muchas ocasiones, quien es de Vinaroz poco tiene que ver, a priori, con los de Pilar de la Horadada (casi 400 kilómetros de distancia), y su “forma de estar” en la vida de quien habita cualquier localidad costera (Denia, Cullera o Benicarló) con quienes lo hacen bajo el clima continental propio de la Meseta (Requena, Fontanars dels Alforins o Ares del Maestre). Quizás el patrimonio, la cultura, que también es, por fuerza, dispar, sirva para sentirnos más unidos en tanto que somos todos herederos del mismo, responsables de su conservación y beneficiados en compartirlo en comunidad.
Existe un patrimonio, de norte a sur, más allá de los destinos estrella, más allá de aquellos que aparecen en los reportajes fotográficos de la Comunitat Valenciana, pero que vertebran igual o más porque nos invitan a descubrir más activamente, adentrándonos, muchas veces por primera vez, en carreteras y localidades menos conocidas.
Quizás la excusa sea visitar Morella, Peñíscola o la zona dels Ports, sin embargo, yo les recomiendo que salgan un instante de la autopista y si marchan dirección norte, a la izquierda, en una planicie cultivada, entre montañas al pie de la sierra de Irta, visiten en Alcalá de Xivert la Iglesia de San Juan Bautista ya que posee quizás la más interesante y elegante fachada barroca de la Comunidad Valenciana tras la de la Catedral de Valencia, con esa oscilante movimiento de su cornisa que alterna rítmicamente curva y recta (mixtilineo) que la hace tan peculiar en su especie. Tan importante como la fachada es su torre campanario, también una de las más llamativas de toda la Comunidad por recordar al Micalet, del que muy posiblemente trae influencia. Recientemente esta torre se citaba en un blog dentro de lo diez campanarios más bonitos de España junto con la Giralda, el citado Micalet, Santa Catalina, el campanario San Clemente de Tahull o el de la De camino hacia el norte se divisa claramente la torre.
Seguimos hacia el Sur. Dos museos en el Castellón interior: en la encantadora y artística población de Villafamés, en la Plana Alta, con la silueta del Peñagolosa, encontramos el museo de arte contemporáneo Vicente Aguilera Cerni, crítico de arte fundador y director del mismo hasta su fallecimiento. Se sitúa en un sobrio palacio gótico del siglo XV, el Palacio del Batlle, palacio del gótico civil construido a mediados del siglo XV.
El recorrido por el medio millar de obras, obviamente no todas expuestas, de las que consta la colección, es una excelente muestra del arte, principalmente valenciano del último siglo, a través de sus distintas corrientes: Renau, Julio Gonzalez, Equipo Crónica, Genovés, Equipo Realidad. El Informalismo de Lucio Muñoz o Salvador Soria. El constructivismo del primer Michavila, Yturralde o Sempere, así como otros nombres esenciales como Mompó, Teixidor o Valdés.
En la próspera localidad de Alcora, perteneciente a la comarca del Alcalatén, se encuentra el museo dedicado a esta manufactura cerámica cuya fama en el siglo SXVIII y hasta ahora se extendió por toda Europa. En la primera planta se encuentra expuesta la cerámica de la Real Fábrica del Conde de Aranda (que actualmente se encuentra, felizmente, en rehabilitación), que se abre en 1727, hasta la actualidad, a través de los estilos que se fueron sucediendo, desde las primeras con clara influencia de la manufactura de Moustiers (Francia), pasando por las piezas de tema chinesco, rocallas, etc. y de la más variada temática en su decoración. Toda clase de vajilla y arte de la mesa se elaboró en esta fábrica para clientes de toda España y más allá: platos, mancerinas, aguamaniles, tarros de farmacia, figuras, platos “de engaño”... En la segunda planta se exhibe una muestra de cerámica contemporánea proveniente del concurso que Ayuntamiento de Alcora convoca anualmente desde 1981.
Si hubiésemos seguido bajando por el interior de la provincia de Castellón habríamos dado con la localidad de Segorbe, cuya visita requiere de todo un día, y a pocos quilómetros, en la localidad de Altura, con las espectaculares ruinas de la Cartuja de Vall de Crist. Aficionados a la fotografía de lugares abandonados, ruinas evocadoras y románticas, aquí tienen un pequeño paraíso. Fue durante más de cinco siglos uno de los centros eclesiásticos más importantes; sólo hay que ver la magnitud de los edificios que quedan en pie. Imposible aquí centrarnos en la literatura que habla de este lugar, de lo que fue y del arte que albergaron sus muros.
Hemos pasado a los pies del castillo de Sagunto, circunvalado Valencia y nos dirigimos a la Safor. Por supuesto que una visita a esta comarca requiere conocer el Palau dels Borja en Gandía y la Colegiata, pero a penas diez quilómetros en la preciosa carretera que conecta la capital de la Safor con la Vall d´Albaida encontramos a la derecha de esta, viviendo desde el Este, el majestuoso monasterio de Sant Jeroni de Cotalba de origen gótico y cuya visita bien merece la pena. En el término municipal de la pequeña localidad de Alfauir se encuentra situado en un entorno encantador en el que naturaleza agreste y campo de labranza se dan la mano. Propiedad de la familia Trenor que lo gestiona a través de las visitas guiadas (las entradas pueden adquirirse el la web propia) y eventos como conciertos de música antigua. Su estructura se remonta al siglo XIV y sus intervenciones más importantes se llevan a cabo entre el XVI y XVIII.
El recorrido guiado por la gran edificación es de lo más variado: claustro mudejar, iglesia, sala capitular, jardines, torre gótica y hasta un acueducto “domestico” para traer agua de las montañas cercanas con las que regar los campos circundantes a una edificación que en su día tuvo centenares de ocupantes entre sus muros. Conviene estar atentos a la programación estival de conciertos de música clásica porque el entorno es cautivador.
Pasaremos de largo, muy a nuestro pesar por las dos Marinas y como hicimos con València, circunvalaremos la ciudad de Alicante para tirar hacia el Oeste y el Sur de la provincia.
La parte Oeste de la provincia puede presumir de albergar buena parte de sus más de doscientas fortalezas en su escarpado territorio y desde luego de las mejor conservadas de la Comunitat Valenciana. Entre las mejores y mas espectaculares atalayas: Sax, Castalla, Biar, Novelda y sobretodo Villena, son ejemplos de fortalezas de origen en muchos casos musulmán. He citado Biar y su castillo, pero de esta preciosa localidad no hay que marcharse sin visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, y sobretodo su señorial portada renacentista, recientemente restaurada.
Comenzábamos en el Norte del Norte y finalizamos en el Sur del Sur. Tarea imposible citar siquiera la cantidad de hitos patrimoniales de interés que alberga la ciudad de Orihuela, sin duda una de las ciudades más monumentales de la Comunitat, y a su vez desconocida. Su situación geográfica quizás influya en ello. Su situación geográfica lejos de la centralidad no le favorece, y el visitante se sorprende con sus edificios en piedra tallada como su Catedral, la magnífica iglesia de las Santas Justa y Rufina, el Palacio Episcopal, la Iglesia de Santiago, el monumental Colegio de Santo Domingo con su portada barroca y sus dos fantásticos claustros o el palacio de Rubalcava entre otros edificios civiles interesantes.
Entonces, ¿es el patrimonio cultural un vehículo esencial para vertebrar nuestra Comunitat a través de su patrimonio cultural? Yo pienso que es algo indudable. Así que para el próximo Nou d´Octubre habrá que programar otra ruta “vertebradora”, y esta vez la comenzaremos por el Sur.