VALÈNCIA. Ha empezado el año con flow, que diría tu cuñado rapero. En apenas quince días, han pasado por Valencia figuras unánimemente reconocidas del universo rap nacional. Oliver Gallego Sarmiento, Mucho Muchacho, llegó con los legendarios 7 Notas 7 Colores para recordar el 20 aniversario de Hecho, Es Simple (llegó, eso sí, más de una hora tarde y dejando a algunos con cara de tonto); el andaluz Shotta,el hermanísimo de Tote King, contempló Valencia como lugar para presentar su último disco, Para Mi Gente (BoaCor, 2016). Juan Prieto Sánchez, el prolífico ZPU, hizo lo propio a principios de mes con Espejo (Amajasala, 2016). Tres nombres que en febrero han ejemplarizado con la santa palabra por delante.
No es casualidad que en sólo dos semanas, y en el arranque de 2017, la ciudad haya acogido la visita de los tres raperos: seguramente con menor ascendencia que ciudades como Sevilla, Zaragoza, Barcelona o Madrid en el panorama español, Valencia sí ha demostrado siempre cierto sentimiento de pertenencia al género. A su manera, y especialmente desde el cambio de siglo. Desde luego, no lo ha hecho aportando grandes referentes a la escena nacional (no salvo casos contadísimos y recientes), pero sí creando comunidad y sirviendo de caldo de cultivo para la propia versión del género que hoy se da a nivel regional.
Directos y batallas de gallos: una agenda apretada
No serán los únicos que en este arranque de año contemplen Valencia como escenario atractivo para presentar sus canciones. En poco más de un mes, el 24 de marzo, llegará el aragonés Rapsusklei,y El Chojin hará lo propio el 29 de abril; ambos figuras de recorrido consolidado, y ambos en Jerusalem. En mayo serán Dellafuente & Maka (en la Sala Moon, esta vez). Sin embargo, el buen estado del rap en directo en Valencia (el nacional, el internacional ya es harina de otro costal), lo marcan también encuentros como el del All Star Premium en la Sala Ágora el 18 de marzo (8 horas de cultura rap), o el de este sábado 25 en La Caverna: una reunión de nombres de la escena hip hop underground de Valencia como J. Toribio, Rhobeats o Dey Kid.
El cartel del sábado forma parte de la política de eventos de VLC Respeto, una agencia que se dedica a organizar noches de hip hop con beatboxing, Bboying (breakdance) e incluso exhibiciones de graffiti. La agencia auspicia también noches de freestyle rap, las llamadas peleas de gallos en las que dos MCs se enfrentan a partir de la improvisación; una práctica retratada en aquella especie de biopic sobre la vida de Eminem, 8 Mile, que alimentó una cantera diferente ya partir de la cual, por ejemplo, Red Bull ha prolongado más de una década su Batalla de los Gallos iberoamericana (que en 2016 ganó el alicantino Arkano, por cierto). Junto a VLC Respeto, colectivos como Inedit Films o las ya tres ediciones del FestiVAL radiografían la escena valenciana.
Entre Los Chikos del Maíz y Sons Of Aguirre
La producción de rap en Valencia, en esta década, está inevitablemente monopolizada por Los Chikos del Maíz. En los últimos 7 años no han dejado de ascender hasta que, a finales del curso pasado, reanunciaron una despedida “por una muy larga temporada” que ya habían anunciado en verano de 2016; entonces, en lo más alto de su trayectoria, con su cuota de relevancia nacional por las nubes, se definían como “los hijos políticos del No a la guerra de 2003 y la consecuencia directa de casi 25 años de desfalco, tropelías y corrupción en el Ayuntamiento de Valencia”. El testigo de su rap transparente en lo político lo han recogido muchos grupos, entre los que sobresale los últimos meses el proyecto de Sons Of Aguirre.
Rap de clase explotadora, así se autodefine el proyecto del rapero valenciano David Saiz (Willy LET) y Víctor Barroso (MC Endesa), que ha llegado en el momento preciso: ese en el que Los Chikos del Maíz se retiran del foco. Es abiertamente paródico, humorístico, se entiende desde el nombre (y la única cuenta a la que siguen en Twitter) hasta las letras y la puesta en escena en sus vídeos dirigidos por la valenciana María Lluch; sin embargo, detrás de la broma hay un curriculum como el de Saiz, conocido desde hace una década bajo el nombre de Día Sexto.“Más allá de la sátira, Sons Of Aguirre demuestra que sabe hacer temazos como este”, explicaba hace muy poco Toni Mejías (Los Chikos del Maíz) en Twitter para presentar su última canción.
Sólo tienen un disco (Si Es Legal Es Ético, Si No Fuera Ético, Sería Ilegal), publicado en octubre del año pasado, pero con eso les ha bastado para forjar el Vete a Cuba Tour 2017; 17 conciertos en apenas dos meses, y la presencia confirmada en festivales que, como el Viña Rock, forman parte de su propia sátira. La metaparodia es muy de Sons Of Aguirre, por eso en el vídeo realizado para ‘Los Chicos del FMI’ aparece Mejías, aka Toni El Sucio (en esa ocasión, el Limpio). “También demuestra que Día Sexto es un MC como la copa de un pino”, remata uno de los miembros de Los Chicos del Maíz; lo cierto es que Saiz, como Día Sexto, ya facturaba desde la ironía y la crítica política y social canciones como ‘Norberto Juan Ortiz Osborne’, ‘Tiempos de cambio III (El fin de su mundo)’ o ‘Haciendo el Amor y la Revolución’.
Rap en valencià: un reto y una buena noticia
La pujanza de una escena de rap valenciana todavía por definir repercute inevitablemente en la diversidad de la misma. Han pasado años hasta que se ha dado la ocasión de empezar a hablar de una parte especifica de esa escena, la del hip hop en valencià, siempre ante el riesgo perenne de repetir los males endémicos que el pop-rock en valenciano está empezando a superar. Ahora que asoma la cabeza con grupos como Atupa, Zoo o Arrap, ahora que la nit de grups valencians de los conciertos de Viveros será rap, el hip hop en valenciano no puede permitirse quedarse sólo en la trinchera ideológica. Proyectos como el de Herba Negra o Frida,que hasta 2014 tenían las mejores bases de Valencia y ahora se estrenan como banda, se encuentran en la vanguardia de lo que está para liderar.
Sin embargo, la mejor noticia para el rap en valenciano reside en la emergencia de grupos y voces femeninas. Ese debería ser uno de los bastiones que debería impulsar el género en los próximos años; muy cerca, si se puede, de Tesa, rapera de Almussafes que debuta este año en solitario con Al-Tesa, una colección entre el empoderamiento femenino y el estado de la cosa valenciana. Cerca también de las ambidiestras lingüísticas Efecto Doppler, o de Pupil·les Dilatives (cuya cuestionable ejecución no ha de evitar que cale y alimente la escena desde un ángulo todavía por explorar en Valencia).