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Un entrenamiento más

3/05/2020 - 

VALÈNCIA. Después de ser subcampeón de Europa en 2018 me rompí el dedo y tuve que operarme dos veces. Estuve casi todo 2019 sin competir, volví a hacerlo este pasado septiembre. Llegó 2020, gané en Alemania y la semana siguiente nos íbamos a Bélgica… cuando de repente estalló esta situación. Estaba recuperando la forma porque había estado todo el año parado y me rompió completamente. Justo cuando estaba empezando a sentirme otra vez bien sobre el tapiz llegó todo esto. 

Pero yo me lo tomo como una lesión. Es algo que no elegimos. No quiero martirizarme porque es luchar contra algo que no controlas. Ojalá no hubiera pasado, pero no quiero perder el tiempo en pensar en ello. Volveremos a tener tiempo, volveremos a entrenar y volveremos desde el punto cero. No hay más.

Espero que poco a poco vayamos recuperando la que era nuestra vida y estoy convencido de que lo haremos, porque la gran mayoría de la gente responde bien. Si todos aportamos nuestro granito de arena, en unas semanas progresaremos y volveremos a nuestra vida anterior a la pandemia. Iremos poco a poco, iremos valorando las cosas. Salir a dar una vuelta al parque y volver lo tomaremos como algo extraordinario hasta que estemos otra vez en un bar tomándonos algo tranquilamente.

Mientras tanto, yo intento seguir una actividad parecida a lo que venía haciendo. Me levanto, desayuno y me pongo a estudiar durante la mañana hasta eso de las 12.30h. Intento no ofuscarme, si veo que estoy muy cansado… hago otra cosa. Siempre hay algo que hacer en casa, así que si llevo quince minutos mirando el techo… paro. Y cuando me vuelvo a cansar de hacer esa otra cosa, vuelvo a coger el libro.

Después empiezo a entrenar. La de la mañana es la sesión más light, la más dura la dejo para la tarde. Soy muy grande, así que en casa no me da para tirar muchas acciones a la hora de los entrenos. Hablé con mi entrenador y me dijo que no me frustrase, que para tirar acciones por tirar dejara un poco de lado el taekwondo. Así que me centro sobre todo en la preparación física. Intento no perder la forma y trabajo cosas que sí puedo hacer en el salón de mi casa.

Los domingos también suelo planificarme las comidas de la semana. Ahora cuido algo más la alimentación. Antes entrenaba cuatro horas cada día, le podía meter al cuerpo prácticamente lo que quisiera. Me podía meter un plato de pasta perfectamente, sabía que lo iba a quemar. Ahora intento rebajar las cantidades y trato de comer un poco más ligero.

Esto es como una concentración larga. Cuando estás en concentraciones en Corea o Tailandia, por ejemplo, vas casi como con el piloto automático. Mucha rutina. Y así me lo tomo yo: pongo el modo concentración y me planifico los días. Es verdad que es algo diferente: en esas concentraciones sabes cuánto tiempo tienes y ahora no sabemos cuándo terminará esto. No ves nunca la luz al final del túnel. Por eso me centro en el día a día y no pienso en cuándo saldremos porque no lo sabemos. Al final en esas concentraciones te acostumbras a no hacer otra cosa que levantarte, entrenar, dormir… Esto, para mí, es un entrenamiento más.

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