ALICANTE. Sólo hay dos desventajas en la lectura de cómic: su peso y su tamaño. No porque no se agradezcan esos formatos álbum, absolut o revista, que van desde los 20 x 27 de este último, hasta los 21 x 32 del absolut, con el estandard 23 x 31 del álbum, pero hay que reconocer que en eso, los japoneses también han sido pioneros ante la falta de espacio, incorporando sus formatos Kanzenban, Wideban, Tankobon o Bunkoban, este último con sus 10’5 x 15 de auténtico bolsillo. Pero el formato más extendido actualmente es el de las novelas gráficas, que a pesar de no ser un estándar, se encuentra alrededor de los 17 x 24. A les dimensiones se le deben añadir las encuadernaciones, a menudo en tapas duras de cartoné o tela, y el gramaje y calidad de sus páginas, la carga de tinta, sobre todo en al caso del color. Todo esto los convierte en objetos preciados y, al mismo tiempo, incómodos de cargar si vas de viaje. ¿Pero qué lector de cómic puede prescindir de una pequeña maleta dedicada en exclusiva a los mejores momentos del viaje? Se viaja justamente para eso, para poder encontrar en aquel lugar de llegada, el rincón perfecto para recostarse y abrir con deleite las últimas adquisiciones de la temporada.
Así es que id preparanto la maleta, que aquí van seis recomendaciones para las lecturas a la fresca:
Daniel Torres. Roco Vargas: Júpiter. Norma Editorial, 2017
Como ya presentó con acierto el compañero Cavanilles des de las páginas html de CulturPlaza Valencia, la nueva entrega de la serie Roco Vargas del autor valenciano Daniel Torres, recupera el espíritu original de la historia, no tanto el del personaje, que siempre ha basculado entre la sorna de ser una parodia de los personajes de las novelas y el cine de género negro y de aventuras clásico, un Indiana Jones del espacio, un Flash Gordon hedonista, para Marlowe ya tuvo de compañero accidental a Robert Mitchum como Archie Cooper, en El Misterio de Susurro. Lo que está claro en esta novena entrega es que Armando Mistral quedó atrás, muy atrás, y los tiempos del Mongo tal vez hayan acabado definitivamente. Sin acabar del todo convencido con parte de la trama “ecologista”, con demasiada ligazón con el boom Avatar, en los flashback y flashforward de un Roco post-coma, los momentos de recogimiento íntimo en Camelot, junto a Jill y Panamá, nos retrotraen a la extraordinaria coda de la primera trilogía, La Estrella Lejana.
Estilísticamente, el camino de Torres se ha alejado de aquella línea técnica enrevesada, emparentada con Micharmut y Miguel Calatayud, de Tritón, el álbum fundacional, de 1984. Incluso del trazo limpio del pincel posterior, en El misterio de Susurro (1985) y Saxxon (1986), o el intenso color de Chaland, ya presente en La Estrella Lejana. En el nuevo siglo, con los nuevos álbumes El bosque oscuro (2000), El juego de los dioses (2004), Paseando con monstruos (2005) y La balada de Dry Martini (2006), experimenta con nuevos aportes e influencias, pero Júpiter es algo más, es la recuperación de una influencia “oculta” desde el origen, del Alberto Vargas ilustrador que le presta su apellido (y algunos rasgos de su fisonomía… ese bigotillo) al trasunto de Torres en la ficción, y, después de tantos años, algunos destellos del underground crumbiano, sobre todo en los primeros planos de Panamá.
Tal vez sea el último Roco Vargas. Tal vez sea un nuevo principio, tras cerrar, 33 años después el ciclo iniciado con Tritón. Buen momento para una lectura inversa, empezando en 2017, y acabando en 1984… o en Camelot, Tierra, 1987, y acabar en el Mongo, en el año…
Matt Fraction, Chip Zdarsky.- Sex Criminals. Vol. 1. Un truco sucio. Astiberri, 2017
Una bibliotecaria, el sexo, detener el tiempo como en la mítica serie de la BBC de los años 60 Los Vengadores, la especulación inmobiliaria, activos financieros asesinos, Bonny & Clyde indies, todo ello con una presentación estilística de lo más estándar en el mundo del cómic-book estadounidense. Estos elementos se unen para producir uno de los booms del cómic norteamericano más sorprendentes de las últimas décadas, incluso mundiales, en las que la apuesta se centraba, principalmente sobre los aspectos gráficos y no tanto sobre la imaginación en el guión y un desarrollo sin demasiados miramientos por cumplir con cánones, estilos, ni plantillas preconcebidas. Una muchacha descubre que la masturbación es tener sexo con alguien a quien se quiere, y todo ello sin citar en ningún momento a Woody Allen, en un entorno hostil de familia desestructurada y sociedad ansiosa. El sexo se convierte en la manera de huir de ese entorno, por lo que no es extraño que la muchacha acabe siendo bibliotecaria, ya que los libros son el otro gran mecanismo de huida de la realidad. Con el tiempo descubre que durante el orgasmo, paraliza el tiempo (paraliza el mundo a su alrededor), efecto que se mantiene durante todo el periodo refractario. Conoce a su pareja ideal, el tío que consigue el mismo efecto con sus eyaculaciones, y juntos deciden utilizar este superpoder para robar bancos y poder salvar la biblioteca en la que trabaja, amenazada por el desahucio por una de las entidades bancarias caníbales del mundo post-Madoff. Fraction a los guiones y Zdarsky al arte, dos hijos de los 70 que convierten el sexo en superpoder.
Greg Pak; Carmine Di Giandomenico; Matt Hollingsworth.- El testamento de Magneto. Panini Comics, 2017
Aunque la publicación original de estas viñetas se produjo entre 2008 y 2009, como X-Men: Magneto testament, se reedita ahora en el mercado español este volumen unitario de las cinco historias que componen la serie original, seguidas del relato corto Historia de Dina Gottliebova Babbitt, de Rafael Medoff, dibujada por Neal Adams y una de las leyendas de la escuela realista norteamericana de cómic, de origen judío polaco, instalado junto a su familia en Estados Unidos en 1926, antes de que comenzara la barbarie del holocausto en Europa.
Magneto forma parte de esa nómina de villanos, en muchos aspectos más atractivos que sus alter egos heroicos: Darth Vader, Jocker,… Como Erik Lehnsherr, alias Magneto, es uno de los más poderosos mutantes, que se arroga el perfil de líder de la “resistencia mutante”, ante la hostilidad del resto de la humanidad “normal”. Esta dicotomía normal/anormal no es ajena al origen concebido para el personaje por el guionista Chris Claremont, muchos años después de su creación por el maestro Stan Lee, el de superviviente del Holocausto.
En este volumen con historia del guionista y realizador Greg Pak (1968, Dallas), encontramos el primer nombre de Erik, Max Eisenhardt, su filiación racial, su absoluto sentido de supervivencia, su capacidad para ver, para interpretar lo que va a pasar, su calvario en los campos de exterminio, y el remordimiento por haber pertenecido a los Sonderkommando de Auschwitz. En ningún momento Eisenhardt insinúa su poder sobre el magnetismo de los objetos, ni ninguna otra habilidad extraordinaria, más allá de mostrarse como un ser excepcional. En la semana en que se conmemora el bombardeo de Hiroshima, no hay que olvidar Auschwitz, la primera proposición de este silogismo criminal. El dibujo personal de Giandomenico se une a la composición clásica de las viñetas y al color de oscura emoción de Hollingsworth para ofrecer una obra de autor dentro del universo del cómic mayoritario.
Max.- Órficas. Nórdica cómic, 2017
Contracubierta de la edición de esta edición de Nórdica, en una cómoda encuadernación flexible, que sin hacer bajar un escalón la grandeza del contenido, hace mucho más agradable su lectura y más fácil su transporte: En 1994, la Diputación de Sevilla encargó al dibujante barcelonés Francesc Capdevila, de nombre artístico Max, una exposición sobre el mito de Orfeo. El libro que se publicó entonces incluía textos escritos por el propio Max, citas de clásicos greco-latinos, un pequeño cómic de 10 páginas y una traducción al castellano del libreto de “L’Orfeo” de MOnteverdi, todo ello acompañado de las geniales ilustraciones del dibujante catalán. Aquella obra-catálogo se convirtió en un libro buscado por numerosos lectores. Veintitrés años después vuelve a estar publicado. Poco más se puede decir de este volumen que puede alegrar un verano completo, más que el trabajo de Max se encuentra entre sus mejores creaciones, a la altura de aquel Carnaval de los Ciervos que formaba parte de la colección Imposible de Arrebato Editorial, junto al Romance de Sento y el Dogon de Micharmut, algunas de las obras esenciales aportadas por aquel grupo alrededor de la nueva línea clara valencianade historieta, en los ochenta, a la historia universal del cómic.
Daniel Clowes.- Wilson. La Cúpula, 2017
Wilson es un personaje insufrible, en la línea de casi todos los de su autor, Daniel Clowe, incluidas las protagonistas de aquel Ghost World que lo aupó al estrellato indie, del cual se acaba de estrenar una versión cinematográfica, protagonizada por Woody Harrelson y dirigida por Craig Johnson.
La Cúpula en catalán (versión sobre la que hemos trabajado) y Norma Editores en castellano, han publicado a este gruñón con Síndrome de Asperger. 77 páginas en las que Clowes demuestra su control sobre diferentes estilos clásicos de la caricatura de tiras cómicas norteamericanos, y un control de los diálogos posmodernos que lo hacen imprescindible para todo aquel que quiera “estar al día”.