VALÈNCIA (EFE). El Juzgado de Instrucción número 21 de Valencia, que investiga el conocido como caso IVAM en varias piezas separadas, ultima el auto en el que deberá decidir si procesa a la exdirectora del centro Consuelo Císcar por un delito continuado de malversación, prevaricación y falsedad por la compra de obras del escultor Gerardo Rueda por más de 4 millones de euros.
Según han informado a EFE fuentes judiciales, el plazo de instrucción está finalizado en todas las piezas, si bien la más avanzada es la referida a la adquisición de las citadas obras, cuya autenticidad han cuestionado tanto la Abogacía de la Generalitat como varios informes periciales.
Así, es posible que el juzgado dicte un auto de procedimiento abreviado antes del verano o inmediatamente después, han señalado las mismas fuentes.
Ayer acudieron al juzgado los peritos responsables de los informes elaborados sobre estas obras por la Intervención de la Generalitat, el IVAM y el Ministerio de Cultura, quienes confirmaron la tesis de que la obra adquirida por Consuelo Císcar a José Luis Rueda, hijo adoptivo del pintor y escultor madrileño, no puede ser considerada original por haber sido fundida años después de la muerte del artista.
En sentido contrario, uno de los peritos de la defensa ratificó un informe que concluye que José Luis Rueda, también imputado en este proceso, es heredero legitimado para la reproducción de las obras y que la originalidad o no de las piezas, cuyo valor lo dicta el mercado, es, cuanto menos, un criterio discutible.
Al margen de la pieza sobre las obras de Gerardo Rueda el mismo juzgado dirige otras investigaciones sobre la contratación de diversas publicaciones o el supuesto uso fraudulento de medios públicos para la promoción de la carrera del hijo de Consuelo Císcar y el exconseller Rafael Blasco (condenado por el desvío de fondos públicos destinados al tercer mundo), Rafael Blasco Císcar, de nombre artístico 'Rablaci'.
Concretamente, se investiga la labor de personal del IVAM a las órdenes de Císcar por su actuación para la búsqueda de espacios expositivos en diversos lugares del mundo o el pago con fondos públicos del transporte de dichas piezas, si bien en estas causas paralelas todavía se esperan informes policiales.
Por lo que respecta a las obras de Gerardo Rueda, su compra por parte del IVAM se hizo entre 2004 y 2006, en dos contratos en los que se condicionó la donación de una serie de obras -cuyo supuesto autor era Gerardo Rueda- a la adquisición onerosa de otras, pero, según denunció la Abogacía, esas obras fueron manufacturadas más de diez años después del fallecimiento del artista, en mayo de 1996.
Según sostiene la acusación particular, que ejerce la Abogacía de la Generalitat, una de las piezas más significativas de cuantas compró el IVAM, la obra "El Gran Relieve", que el museo valenciano adquirió en 2004 al hijo adoptivo de Gerardo Rueda por 360.000 euros, fue donada al Reina Sofía de Madrid por éste dos años antes, y añade que, por diversos correos electrónicos intervenidos, los investigados estaban al corriente del engaño.
"Las reproducciones en ningún caso se hicieron a través de un procedimiento dirigido o controlado por el artista, habida cuenta que había fallecido diez años atrás, y tampoco fueron firmadas por el autor", sino que su firma se incorporó a las mismas porque estaba disponible en la fundición, detalla la jueza.
En estos contratos se estipuló un precio de 2,9 millones de euros, si bien el IVAM se hizo cargo también del coste de manufactura (fundición) de gran parte de las obras que habían sido donadas, un proceso que elevó el coste hasta los 3,45 millones, e invirtió otros 720.000 euros para promocionarlas.
Por tratarse de copias póstumas, su valor de mercado no debería haber superado el 10 % de lo que realmente se pagó por ellas, según indican informes técnicos que obran en la causa.
De las trece esculturas adquiridas en 2004, "ninguna de ellas existía al tiempo de la donación o compra-venta", según detalló la Abogacía en su informe, y del total de 84 obras adquiridas en 2006 (siete compradas y 77 donadas), se sospecha que al menos 48 fueron manufacturadas por una fundición más de diez años después de la muerte del artista.
De las 36 restantes, dieciséis son bocetos y las otras veinte solo llegaron al IVAM después de que, en 2015, la Intervención General de la Generalitat alertara en un informe de que no se habían recepcionado jamás.