AUDIOVISUAL VALENCIANO

Tras el misterio de los flamencos rosas y la cultura kitsch

El cineasta John Waters, la compositora musical Allee Willis y el joven realizador Eduardo Casanova forman parte del peculiar grupo de personajes reales que pueblan esta pieza de docuficción, dirigida por el valenciano Javi Polo y protagonizada por el músico y dj Meneo

12/03/2020 - 

VALÈNCIA. Una película de ficción llena de personajes excéntricos -lunáticos incluso-, pero reales como la vida misma. Un documental lleno de fantasía y sentido del humor, que analiza la quintaesencia de la cultura kitsch a través de uno de sus iconos más universales: los flamencos rosas. The Mistery of Pink Flamingos es una película fronteriza, que reúne experimentación estética y narrativa con una clara ambición comercial. Un compendio de talento valenciano con la mirada puesta en el mercado internacional.

La película, dirigida por el joven realizador Javier Polo, tenía previsto su estreno mundial el próximo domingo en una de las grandes mecas del cine independiente norteamericano, el festival South by Southwest de Austin, cuya edición de 2020 ha sido cancelada como consecuencia del tsunami sanitario mundial del coronavirus. Un golpe duro de encajar para Los Hermanos Polo y Japonica Films, productores de esta cinta, que ya ha cerrado su presencia en otros importantes festivales europeos que todavía no se pueden desvelar. Al cierre de este artículo, su director nos comenta que todavía no saben si las proyecciones de la Sección Oficial del SXSW se realizarán finalmente mediante streaming o si se cancelan definitivamente.

The Mistery of Pink Flamingos está protagonizado por el productor musical y dj Rigo Pex, más conocido como Meneo. Al inicio de la película, el artista de origen guatemalteco (y residente en España hace años) interpreta a un ingeniero de sonido de vida gris y vestimenta oscura. Un tipo psicorígido, de costumbres rutinarias, que se adentra en una bizarra aventura de liberación y autoconocimiento. En la cinta, este periplo vital tiene las hechuras de una road movie, que parte de España y después cruza el charco hasta Estados Unidos. Miami, Chicago, Los Angeles, Las Vegas, Baltimore son las ciudades donde Meneo busca el origen de esta obsesión universal por los flamencos rosas. Esta ave enigmática, ubicua como objeto de consumo de masas en el mundo de la moda, la publicidad o el interiorismo, le persigue tanto en la vigilia como en el sueño. Su presencia recurrente le intriga e irrita al mismo tiempo.

“La idea del documental está basada en la obsesión que empecé a sufrir yo mismo en torno al año 2015. Empecé a ver flamencos rosas por todas partes, como cuando te haces una herida en el dedo del pie, y no paras de darte golpes involuntarios en la herida; o cuando lo dejas con tu novia y no paras de ver parejas por la calle -explica el director-. Empecé a investigar y descubrí que la figura del flamenco rosa ha fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Desde la cultura egipcia hasta la Antigüedad Clásica de Grecia y Roma, pasando por gente como Neruda, Picasso, o el propio John Waters”.

Testimonios sin desperdicio

La “investigación” de Meneo le lleva a entrevistarse con una serie de personajes -unos anónimos y otros muy conocidos-, cada uno de los cuales aporta una visión personal sobre el significado y las connotaciones de los flamencos rosas. Así, conoce a un avispado fabricante que lleva más de cincuenta años sembrando los hogares y los jardines de Estados Unidos de aves de plástico. A una entrañable señora de Florida cuya colección de objetos relacionados con los flamencos rosas -más de 800- atesora el premio Guinness mundial. Este itinerario friki -en el que le acompaña la voz en off del excelente actor de doblaje Camilo García, alter ego de Anthony Hopkins, Harrison Ford o Saruman en El Señor de los Anillos- le conduce también a la fascinante casa de la coleccionista de arte multimillonaria Patricia Altschul o a la de de Kitten Kay Sara, The Pink Lady of Hollywood. Una celebridad, que literal y radicalmente vive en un mundo de rosa, y es conocida por sus colaboraciones con artistas como Beyoncé y Lady Gaga. (Su animal fetiche es, por supuesto, el pink flamingo).

Uno de los grandes aciertos de la película es que no se deja eclipsar por la potencia de algunos de los nombres que participan en ella, como el director de cine John Waters o Allee Willis, compositora musical cuyo genio está detrás de éxitos como September de Earth, Wind and Fire; What Have I Done to Deserve This, de Pet Shop Boys, o I’ll be there for you, la canción totémica de la serie Friends. También entramos en las estancias íntimas del joven actor y realizador español Eduardo Casanova, cuya atracción por lo grotesco y el kitsch quedó bien reflejada en la película Pieles. Todos ellos lanzan brillantes ideas acerca del mal gusto como valor cultural y sobre la importancia de la transgresión. Guillermo Polo, coproductor y director de fotografía, da valor al hecho de reunir a un elenco de personajes “con estatus sociales, contextos, incluso estados mentales (ríe) muy diferentes”.

La entrevista con John Waters fue la que más costó de conseguir, nos cuentan. “Pero una vez estuvimos con él, estuvo súper participativo; se nota que tiene soltura hablando. En una hora y media nos dio todo lo que queríamos, soltando perlas sin parar en las que se ve claramente su actitud punk ante la vida”, apunta Guillermo. “Tenemos grabadas reflexiones brutales. También las de Eduardo Casanova, que nos impresionó por la energía que tiene y su madurez. Se nota que es un chico muy leído, y no tiene ningún problema en desnudarse y hablar de sus propios miedos como artista. Nos pareció muy interesante también el estudio que hace del color en su obra. Como utiliza por ejemplo el rosa para hablar de lo macabro y lo perverso. Para romper el cliché”.

Pero es la experiencia con Allee Willis la que más ha marcado a Javi Polo, que de hecho le dedica el documental a la artista, fallecida el 24 de diciembre de 2019, pocos meses después de terminarse el rodaje. Willis les acogió en su sobrecogedora mansión -un templo kitsch concebido para la diversión y la fantasía- durante dos días. “Conecté mucho con ella, fue una relación corta, pero muy bonita y cariñosa. De todos los personajes, para mí es la que mejor refleja el mensaje de la película. Me alegro mucho de que me diera tiempo a mandarle la película. La vio y le encantó. En ese sentido me quedo en paz, porque me hubiera dolido mucho que no la hubiese visto antes de morir. Creo que esta mujer, que fue una avanzada total a su tiempo; que ha vendido 60 millones de discos a lo largo de su carrera, merece un documental para ella sola. Y seguro que alguien lo hará”.

Meneo va dejando que penetre dentro de su ser esa actitud subversiva que hermana de alguna manera a este conjunto tan heterodoxo de personajes a los que entrevista. Así, el personaje gris del principio, diseñado por los guionistas Sixto García y Javier Polo, va acercándose poco a poco al Meneo real, que es ese tipo desinhibido y aficionado a los trajes estampados que actúa habitualmente en festivales como el Primavera Sound y el Sónar.

Como un Roy Andersson, pero de colores pastel

El extremo cuidado estético de cada uno de los planos que vemos en El misterio de los flamencos rosas nos recuerda vagamente al tratamiento del color y la teatralidad de las composiciones de las películas de Peter Greenaway, Wes Anderson o Roy Andersson. También nos remiten al mundo de la publicidad, en el que Javier Polo y su hermano, el director de fotografía, Guillermo Polo tienen mucha experiencia. En esta película, eso sí, el presupuesto era muy diferente y las localizaciones son reales, y solo parcialmente intervenidas. “La paleta con la que hemos jugado en todo momento estaba formada por el azul turquesa, el rosa... Los colores universalmente asociados al mundo kitsch y de los flamencos”.

“A nivel narrativo, más que estético, nuestros referentes a la hora de mezclar ficción y documental iban más hacia películas como Borat, de Sacha Baron Cohen (solo que nuestra utilización del sentido del humor es muy diferente) y Exit Through the Gift Shop, de Banksy”, explica el director. “El propio documental era en sí mismo un viaje hacia lo desconocido. Sabíamos que este era un proyecto arriesgado y raro, que no sabíamos qué resultado nos iba a dar. Al final, afortunadamente todas las piezas han encajado”.

Talento valenciano, desde los títulos de créditos hasta la música

La participación de profesionales valencianos en la película merece un epígrafe aparte. Además de los ya citados, añadamos también los grafismos de Lawerta; la aportación de la ilustradora Carla Fuentes como directora de arte; la banda sonora original de Santero y los Muchachos (Música original); las animaciones de Pepe Ábalos, Jonathan Cremades y Fenómena (Laura Cuello y Alba Casanova), y así un largo etcétera.

The Mistery of Pink Flamingos es una coproducción de Los Hermanos Polo y la productora barcelonesa Japonica Films con RTVE. À Punt, TV3 y Movistar han comprado ya los derechos de emisión, y diversos festivales internacionales la han seleccionado para sus Secciones Oficiales. (Aparte del SXSW, no se pueden desvelar todavía el resto de las citas que tienen en la agenda). Con este punto de partida, los hermanos Polo insisten en una idea: se pueden llevar a cabo desde València películas dirigidas al mercado internacional. “Los valencianos tenemos que creer más en nuestro talento”, afirma Guillermo. “El problema -añade Javier- es que a veces las instituciones de aquí no te apoyan si el tema del que vas a hablar no tiene nada que ver con la cultura local. Es importante que sepan que, para crear industria de verdad, también tienen que apoyar otro tipo de producciones. Es muy importante conseguir el primer tramo de ayudas aquí, para que cuando vayas a instituciones nacionales te hagan caso; igual que es importante que te ayuden en España, para que después puedas completar la financiación fuera”.

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