Tú no lo sabes, Carmen...

Querida Carmen. Tú no lo sabes, pero faltan tan solo tres meses para que nazcas y aún no eres consciente de que vas a tener una vida buena, que va a ser mejor que la de tu madre y que la de la madre de tu madre. Que tendrás las mismas oportunidades que cualquier otra persona. Que nadie te discriminará por tu sexo.

Estás dentro de mí y la mujer de la sonrisa tan agradable que está a mi lado se llama también Carmen. Es durante la presentación de mi novela Algo tan parecido al amor en Picanya. Es gracias al trabajo de ella, de la mujer que nos está mirando en la fotografía, de mujeres como ella, que tú y tus amigas ya no tendréis techos de cristal. Y cuando el techo esté roto, Carmen y mujeres como Carmen habrán trabajado para que el suelo que ahora pisas no sea pegajoso, para que no tengas límites, ni tú ni ninguna persona.

Aún no lo sabes, porque no has nacido, pero esta mujer es una geganta que se enfrentará a barreras infranqueables que al final no lo serán, contribuirá a derribar muros que pensábamos que no se podían derribar.

Y nos enseñará a afrontar los retos sin miedos. Y nos enseñará magia, porque ella hace las cosas como si no costaran esfuerzo. Para ella nunca hay problemas. Yo lo he visto. Lo he vivido. Me acompaña en esa mesa, en otras que hubieron antes y en otras muchas que se celebrarán después. Ella siempre está ahí. Lidera movimientos, une a personas.

No lo sabes, pero pronto lo sabrás, porque cuando nazcas ella te tendrá en sus brazos, porque a ella le va a encantar cogerte, y te acunará. Y con los años te explicaremos que es gracias a ella que hay un antes y un después en la Cultura de este país, de que gracias a Carmen somos un país más rico, más diverso, más fresco, más feliz.

Cuando nazcas esta mujer siempre tendrá una sonrisa para ti, porque ella es así, accesible, humilde, y con una conciencia clara: de que siempre ha de trabajar para ti y para otras como tú. Porque su compromiso va a serlo hasta el último final, hasta el último suspiro de su vida.

Son muchas las cosas que te he dicho y te podría seguir diciendo sobre ella. Su firmeza a la hora de defender valores, su fortaleza, su entrega, su lucha por la dignidad, por los más vulnerables. Pero quiero recordar dos. Que cuando reciba la Alta Distinción de la Generalitat, su último mensaje será pedir que el feminismo sea declarado patrimonio de la Humanidad; y que lo hará con una sonrisa, como hace todo. Y que uno de sus últimos WhatsApp será para decir que no va a poder llegar a tiempo a una reunión, porque ella siempre está trabajando, porque ella nunca baja los brazos.

No lo sabes, pero lo sabrás. Y sabrás que esa mujer ha muerto hoy, y que se llama Carmen Alborch. Y que aunque estamos huérfanos y nos falta ella, aunque estamos tristes, tenemos todo lo que nos ha dejado y sobre todo sabemos cómo debemos afrontar los obstáculos de la vida: con su entereza, decisión y valentía, porque si somos valientes acertamos.

Carmen Amoraga es escritora y Directora General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat