ALICANTE. Se da la circunstancia de que, hace justo ahora cincuenta años, el torero albaceteño Dámaso González (1948-2017) tomaba la alternativa en la Plaza de Toros de Alicante. Fue el 24 de junio de 1969, durante la Feria Taurina de Hogueras. Pero además este mes de agosto, el día 26, se cumplirá el primer aniversario de su fallecimiento. Unos acontecimientos que han sido motivo suficiente para el fotógrafo Vicente Corona y también para Carlos Bosh, propietario de los restaurantes El Portal y Manero, para organizar una exposición en su honor: Temple en la mirada.
La iniciativa es la continuación de un proyecto que se iniciaba en 2018 con la exposición El arte del gesto. Una muestra de fotografías taurinas que se remontaba dos años atrás y que se instaló en el restaurante Manero. Su éxito entre el público llevó a los organizadores a convertirlo en una cita anual, que esta vez pone el foco en Dámaso González, pero que además incluye ocho imágenes en total donde también aparecen otros tres toreros: Manzanares, Morante de la Puebla y Roca Rey. Estos cuatro maestros son los protagonistas de una serie de fotografías que tiene como hilo narrativo la mirada, tratando de entrar así en sus cabezas con el fin de sacar a la luz un pensamiento.
Todo tipo de rituales y gestos se suceden en los momentos previos a salir al ruedo. Algo que unido a la indumentaria, puede crear imágenes peculiares. "Yo no soy especialmente aficionado a los toros, pero artísticamente me atrae ese momento de concentración antes de salir a torear", explica. Instantes en los que, antes de enfrentarse al riesgo de perder la vida, se despojan de todo lo superficial y dejan sacar su verdadera personalidad. Pero también esos momentos en los que la espera y la contemplación lleva a la meditación. Como hace dos años, cuando coincidieron con Dámaso González en la Plaza de Toros de Alicante, en la barrera, y pudieron charlar quince o veinte minutos con él.
Esa conversación sincera les bastó para detectar a una persona "excepcional", cargada de "experiencia" y "con una mirada noble y serena", describe Corona. Con él charlaron y a él fotografiaron. Unas instantáneas que ahora cobran un importante valor y que protagonizan este sentido homenaje, en el que el fotógrafo ha querido huir de prejuicios y extraer la parte más honesta. "Yo realizo un ejercicio de aislamiento en el que elimino todos los pensamientos previos, que son productos de la experiencia, para conseguir dignificar lo que hago", explica. "Puedo sacar una parte cabrona o puedo dignificar ese sentimiento que se produce y que se visualiza de forma objetiva, porque todos tenemos derecho a que nos fotografíen de una manera digna", añade.
"En esos momentos pueden salir otras cosas interesantes como una cara o un gesto, como en el caso de la imagen de Morante y Calamaro, que es un poco cómica porque están con el puro y con el bocadillo de forma simpática y, pues, tiene su lado chistoso", asegura. Y continúa definiendo las imágenes. "Morante asilado en una esquina mirando la montera es una situación muy profunda; Manzanares mira a cámara y parece que te traspasa; Roca Rey, subido a hombros, mira al palco porque no le han dado la oreja, a pesar del triunfo, y su mirada es de absoluto desafío", comenta.
Y es que cada torero tiene una personalidad y un estilo que dejan ver imágenes llamativas. "Una de las fotos que más me llena, en la que veo bondad y sencillez, es la imagen de Dámaso entre el público", confiesa. La fotografía más sencilla de todas, en la que aparece el torero sin el traje de luces, con una camisa blanca, y que para el artista es como un resumen de la vida, como si ahí le estuviera diciendo "yo he hecho todo esto y aquí estoy", sentencia. Una instantánea que además es la que protagoniza la exposición, que se podrá visitar desde este miércoles hasta el 15 de julio.
Todas las fotografías están tomadas en la Plaza de Toros de Alicante. "Queremos que, cuando pase el tiempo, hayamos podido lograr un mapa de la geografía del toreo contemporáneo que incluya a todas las figuras relevantes que han pasado por la ciudad", explica Vicente Corona, autor de las imágenes, que utiliza el seudónimo de VCROWN. La idea global del proyecto es centrarse en la persona, más que en su tarea, captando momentos particulares del antes o el después. Fotografías que se exponen en formato de un metro por setenta centímetros y que se ponen a la venta para recaudar fondos que se destinan a la asociación APSA para discapacitados psíquicos. De hecho, en la anterior edición consiguieron reunir hasta mil euros, que han sido entregados este miércoles la entidad.