BENIDORM. Benidorm sigue necesitando un corredor seguro para que pueda remontar las cifras de ocupación que permitan tener cierta actividad en el sector. Y más aún cuando sus competidores directos pueden tener las puertas abiertas a este mercado antes de que la ciudad de los rascacielos. El temor en este sentido crece cada vez más, alimentado por las declaraciones del gobierno británico en los últimos días. El pasado miércoles, el ministro de Aviación, Robert Courts, en una intervención parlamentaria se comprometió a devolver los viajes a las islas españolas y griegas siempre y cuando la situación lo permita.
De este modo, contemplan la opción que lleva meses pidiendo Benidorm: que se les considere como un territorio separado del resto de España por la singularidad de sus turistas, que generalmente no se mueven de la ciudad y mucho menos de la Comunitat Valenciana.
Al tiempo que hablan de una alternativa para las islas, también suena con fuerza que España seguirá saliendo en ámbar en el semáforo ideado por el gobierno británico para imponer medidas a los viajes al extranjero. Esto implica la obligatoriedad de los británicos de someterse a una cuarentena a la vuelta de las vacaciones. Una restricción que ahuyenta a los turistas como se ha podido ver en el origen de los clientes de hotel en las últimas semanas, donde más del 90% es español, cuando en épocas pre pandemia era del 50% para el mercado nacional.
Como consecuencia de todo ello, y si finalmente se aprueba lo que el propio ministro de Aviación ha anunciado, en la revisión de la semana que viene podrían quedar en verde –y con menos restricciones– los viajes a las islas griegas o españolas, pero no a la Comunitat, pese a tener una incidencia acumulada más baja (30 casos por cada 100.000 habitantes) que los mencionados, e incluso que Reino Unido, que está en 41 contagios.
La consecuencia es clara para Visit Benidorm y Hosbec, si no se abre al mismo tiempo que el resto de sus competidores directos, pierden oportunidad de enganchar a clientes que podrían llegar a la ciudad si se lo permitieran con menos restricciones. La preocupación llega por los británicos que están deseando salir de vacaciones fuera de sus fronteras y les da igual lugar siempre y cuando puedan hacerlo cuanto antes.
Y no solo eso, si no cambia el semáforo para la Comunitat en la próxima semana –la revisión es el 7 de junio– tendrán que esperar hasta finales de junio para la próxima decisión del gobierno británico, lo que supone que los turistas no podrán llegar hasta mediados de julio como muy pronto. Esto es así según los cálculos del presidente de la patronal hotelera Hosbec, Toni Mayor, que recuerda que una vez tienen el semáforo en verde en el destino, luego hay que preparar toda una serie de maquinaria turística que podría poner en marcha los vuelos y los paquetes turísticos unas tres semanas después.
"Estamos trabajando para poder hacer algo", señalaba el empresario de Benidorm preguntado por este asunto por Alicante Plaza. A pesar de que las presiones que llevan meses haciendo no han dado sus frutos, Mayor considera que desde todos los organismos políticos se está actuando para conseguirlo. Un último intento estará el próximo 2 de junio, día en el que informó que está prevista una reunión con el alcalde de Benidorm y el embajador de Reino Unido para expresar su preocupación y aportar todos los datos sanitarios que tiene la ciudad y la Comunitat en su conjunto desde hace semanas.
Finalmente, explicó que lo "ideal" para ellos es abrir al mismo tiempo que las islas, porque en caso contrario, ellos tendrán una baza importante con la que jugar, que es su apertura inminente que atraerá "a la gente desesperada" por salir.