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al otro lado de la colina / OPINIÓN

¿Tambores de guerra en el Golfo Pérsico?

El mundo anda tan revuelto que quizás muchos de ustedes no se han percatado de la penúltima escalada regional en el Golfo Pérsico o Arábigo (depende de la orilla en la que se esté) y de la que les vamos a hablar

11/06/2017 - 

Este lunes pasado nos despertamos con la noticia del aislamiento, palabra muy gruesa en el léxico internacional, de Qatar por parte de seis países musulmanes como son Arabia Saudí, Egipto, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Yemen y Libia, lo cual causó sorpresa a la opinión publicada que no entendía ese nuevo reposicionamiento geopolítico en el avispero del Oriente Medio.

Antes de proseguir con el desenlace de este entuerto hay que realizar una descripción de aquel complejo Teatro de Operaciones.

Primero el sempiterno, y cebado en su momento por la Unión Soviética, odio a todo lo Occidental que posiciona a la mayoría de los pueblos (que no a sus dirigentes) en alianzas contra nuestros intereses, no digamos ya nuestra cultura, para ejemplo la ofensa (por decirlo de alguna manera) de la selección de fútbol Saudita a los dos australianos muertos (y a toda Australia y a la gente civilizada y de bien) cuando no respetó este jueves el minuto de silencio por el atentado de Londres (donde un héroe español llamado Ignacio Echeverría, brilló con luz propia, DEP), en el encuentro deportivo en la eliminatoria por el campeonato del mundo de Rusia.

Después el enfrentamiento entre sunníes (mayoritarios) y chiíes, muy diferente al de protestantes y católicos que duró prácticamente un siglo y la religión fue sólo un pretexto de los beligerantes (sobre todo protestantes) para aumentar sus cuotas de poder, independizándose del Imperio entre otras razones, mientras que la guerra civil de los musulmanes (sunníes versus chiíes) dura casi desde mitad del siglo VII (prácticamente sus orígenes) y son los creyentes (la Umma) los que empujan a sus dirigentes a la confrontación. Este duelo ha sido liderado en los últimos tiempos por Irán, por la parte chií, y por Arabia Saudí, la suní, acrecentándose desde que el enfrentamiento adquirió mayores tintes geopolíticos regionales desde que Irak dejó de ser un actor independiente y de contrapeso a Iran desde el ocaso de Sadam Hussein

Otro elemento fundamental, y que nunca hay que olvidar, es la existencia de importantes reservas energéticas en esa región y que influyen de una manera u otra en todas las economías mundiales, por lo que los intereses estratégicos de las potencias mundiales convergen en el área.

Finalmente en enero de 2009 empieza la presidencia de Barack Hussein Obama II con un claro cambio de política internacional, abandono de la posición USA como referente del mundo libre generando un vacío estratégico. Esta ausencia de liderazgo (sobre todo en esta área) coincidió (casualmente o no, lo dejo a su criterio querido lector) con las primaveras árabes; ya saben mi opinión al respecto de estos movimientos y que se resumen en mi frase: “las primaveras árabes, al invierno yihadista”. 

Estas revueltas produjeron cambios en los poderes regionales con el protagonismo y encumbramiento de los Hermanos Musulmanes y sus adláteres en diferentes países (sobre todo entre los que ahora aíslan a Qatar) y entre otros factores, produjo la caída de Muanmar Gadafi (esta muy influenciada por su antaño anfitrión y más cosas presidente Nicolas Sarkozy), la de Hosni Mubarak en Egipto que finalmente sería sustituido por Mohamed Morsi del partido Libertad y Justicia (fundado por la Hermandad), o la quiebra que no caída definitiva del régimen de Bashar al-Ásad.

Por su parte la política de ‘Nueva Vecindad’ europea no ha resultado ser muy eficaz para la influencia de la UE en el MENA (Médium East and North Africa). Además la UE, de la mano de la USA obamita, consiguió levantar las sanciones a Irán por su programa nuclear, por lo que añadió otro elemento demás inestabilidad, sobre todo para el bloque suní, por lo que previendo los cambios estos países (Turquia-Arabia Saudí—Qatar) se fueron reposicionando, aún más si cabe ahora con el fin del Isis-Daesh y con el que parece más o menos tarde perpetuación del régimen sirio.

Por su parte Turquía y su presidente Recep Tayyip Erdogan se dedica a una nueva política interna (desviándose de lo que simbolizaba paraOccidente la república de Mustafa Kemal Ataturk), e intenta proseguir un liderazgo neo-otomano en su área más cercana. Arabia Saudí realmente intenta liderar el bloque suní intentando mantener el status quo anterior y apoyando por ejemplo la vuelta al orden previo de Egipto con el presidente-general Abdelfatah el Sisi, siendoseguido por los demás países del Consejo del Golfo, a excepción de Qatar.

El Emirato de Qatar intenta ejercer otro tipo de liderazgo: por una parte pretende contemporizar con los Hermanos Musulmanes y así apoyó a Morsi, por lo que se enfrentó con el wahabismo más rigorista (saudí) o con el Isis; además intenta buscar el equilibrio en el Golfo buscando casi la equidistancia entre Irán y Arabia Saudí (hecho que ya provocó una crisis en 2014). Además, Irán es acusado, al igual que Qatar, por el antes citado Consejo, de apoyar el terrorismo sobre todo de Al Qaeda, que usaría al país persa de refugio de algunos de sus líderes y lugar de paso o de comunicación entre sus redes y las zonas de operaciones. O, por ejemplo, el pago del emirato de mil millones de euros a la red terrorista por el pago de secuestros. Otro de los elementos que perturban a los rigoristas wahabitas es la televisión catarí Al Jazeera, que este jueves pasado ha sufrido ya un ciberataque. Y a todo esto los USA tienen en Qatar la base de su Mando Central estratégico; !más madera!.

Para aproximarnos a toda esta enrevesada situación, y a la que es difícil aplicar el dicho occidental el enemigo de mi enemigo es mi amigo, les voy a contar un proverbio árabe-beduino con el que quizás entiendan algo más este galimatías: ‘Yo contra mi hermano; yo y mi hermano contra nuestro primo; yo, mi hermano y nuestro primo contra los vecinos; todos nosotros contra el forastero’.

Así llegados ya a esta semana nos hemos encontrados con las declaraciones (manipuladas o no por hackers) del emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al Zani, que han disgustado y han provocado a esos seis países a realizar las acciones de aislamiento, respecto del cuál Iran ya ha dicho que apoyará al emirato con los alimentos y el agua que hagan falta. Pero para incrementar la presión y posibles escaladas al conflicto se han producido los atentados del Estado Islámico en Teherán. Por su parte, el parlamento turco ha aprobado el envío de tropas a Qatar para estabilizar el área y se ha comprometido a proporcionarle también alimentos y agua, quizás (!más madera!) por el aparente apoyo o colaboración de los sauditas con los kurdos (gran enemigo de los otomanos y que ya han entrado en un barrio de Raqqa, capital del Isis), que por cierto han convocado su referéndum de independencia para el 25 de septiembre (al igual que otros iluminados lo han hecho para el 1 de octubre)

jense como se ha puesto la cosa de mal que aunque nuestro muy nombrado presidente Donald Trump al principio de la crisis y mediante sus conocidos tweets echó leña al fuego cargando contra Qatar y apoyando el bloqueo de Arabia Saudí, ya el miércoles se ofreció a mediar en la crisis y así desescalar el conflicto. Y esperamos que tenga mucha suerte porque como dice el refrán, las armas las carga el diablo y las disparan los tontos.... o los locos (añado yo). Y lo malo es que en el Golfo Abigo/Pérsico hay una gran concentración de ellos.

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