SANT JOAN D'ALACANT. Si piensan en personas que con sus acciones o sus inventos hayan hecho evolucionar la sociedad hasta derivar en la manera en que la conocemos en la actualidad, seguramente la mayoría de evocaciones colectivas se represente en forma de hombre (a excepción de alguna Marie Curie o Frida Khalo). No es ningún secreto que, a lo largo de la historia, las mujeres han estado silenciadas o han firmado bajo el nombre de sus maridos o con un pseudónimo masculino inventado. Mostrar estos avances conseguidos por las figuras femeninas es lo que pretende, a escala local, la obra Somiadores, un espectáculo teatral sobre mujeres valientes que se estrenó el 7 de julio en la Casa del Reloj de Sant Joan d’Alacant y que vuelve a escena este domingo 21 y los días 4 y 18 de agosto. La idea del proyecto consiste en "hacer una especie de barrido por diferentes aspectos de la vida de las mujeres en aquel entonces, de cómo vivimos ahora y a quién tenemos que agradecerle los avances, porque no nos han regalado nada", sostiene el director de la obra, Iván Jiménez.
La versión teatralizada de Somiadores "surge a raíz de un encargo de la anterior concejalía de Cultura de Sant Joan d'Alacant, que completa una iniciativa, la del proyecto Somiadores, que incluía realizar un libro destinado a escolares en el que aparecieran unas cuantas mujeres ilustres de la historia de San Juan", explica Jiménez, quien también ha guionizado el libro de Alberto Celdrán en su adaptación al teatro. La edición de este volumen en octubre de 2018 por parte del Ayuntamiento "se completó con el cambio en el callejero municipal por el nombre de alguna de las mujeres que aparecen en la historia. A partir de este libro nos pusimos a investigar, pero la información era bastante escueta porque, por desgracia, cuando hemos querido indagar sobre mujeres las biografías que encontrábamos eran bastante escasas ya que no ha habido ningún historiador o cronista que se haya dedicado a recoger sus vidas, las cuales siempre están supeditadas a lo que eran respecto a sus maridos o a sus hijos", lamenta el director. Y sostiene que "la idea era conseguir montar un espectáculo en el que se dignificara de verdad a estar mujeres, donde tuvieran su nombre y su voz y que, al mismo tiempo, sirviera no solo para recordar a unas figuras femeninas ilustres, sino para poner en valor la lucha de las mujeres de hoy en día", reivindica.
Mujeres con historia y una historia que se nutre de mujeres como estas, entre otras muchas que siguen esperando a que su biografía salga del anonimato. Las cuatro figuras femeninas que se representan "fueron importantes porque el trabajo que realizó cada una en su área fue espectacular", asegura Jiménez. Puede que nadie notara que estas mujeres estaban consiguiendo que la sociedad avanzara mientras vivían, pero si se echa la vista atrás se puede comprobar que sus esfuerzos no fueron una pérdida de tiempo: "Como inspectora de sanidad, Amelia Asensi fue la encargada de conseguir que se construyera y finalizara, en 1934, el primer grupo escolar de Sant Joan d'Alacant, cuando este municipio no tenía un colegio que pudiera aglutinar a los niños y las niñas de todo el municipio. Gracias a su tesón consiguió inaugurar esta escuela, que hoy en día conforma el colegio Cristo de la Paz, un edificio muy emblemático", comenta con respecto a la primera. Isabel María Pío de Saboya "es historia viva de Alicante", considera el director, "y fue madre del conde de Lumiares. Vivía en el Palacio Gravina (donde ahora se ubica el MUBAG) y veraneaba en la Finca la Princesa, de Sant Joan. La historia que la trae a Alicante es muy interesante porque ella llega aquí desterrada por amor, al casarse con una persona que no tiene su estatus social dentro de la corte, cosa que al rey no le sienta bien", desvela.
En cuanto a la bordadora María Galbis, "vino a San Juan a montar diferentes talleres de bordado, porque las mujeres a principios de 1800 no tenían más oficio que los destinados exclusivamente a ellas. Galbis creó una profesión dentro de este panorama, lo que provocó que muchas mujeres pudieran conseguir una independencia económica en esa fecha", apunta Jiménez. Por su parte, Teresa Sarrió actuó como matrona, ya que se dedicaba a enseñarle a la gente cómo asistir los partos, porque no existía la figura de la matrona todavía y cuando la gente no tenía riqueza no podía pagar un médico y se veía obligada a dar a luz en casa o en la calle", expone. Cuatro mujeres más una quinta contemporánea que se encuentran representadas en la obra teatral Somidores, la cual utiliza el bilingüismo: "Hemos intentado que sea lo más fidedigno históricamente, por lo que tenemos a uno de los personajes, que es María Galbis, que sí hablaba en valenciano. Se interactúa en castellano y valenciano, pero este último solamente en un par de momentos", concreta el director.