VALENCIA. El conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, desveló este jueves en Les Corts de qué forma maquillará los presupuestos de la Generalitat de 2017 para que cuadren sin tener que hacer más recortes de gasto. Soler y el propio president Ximo Puig ya adelantaron el pasado mes de agosto que repetirían la práctica de introducir una partida ficticia de ingresos procedentes del Estado para poder cuadrar el presupuesto, como hicieron en el de 2016 por un importe total de 1.325 millones de euros.
Esa partida la tuvo que eliminar el Consell el pasado mes de julio, a instancias del Ministerio de Hacienda, lo que se tradujo en un aumento del déficit y la deuda por esa cantidad, tal como era previsible desde el momento en que el departamento que dirige Cristóbal Montoro no incluyó esa transferencia a la Generalitat en los Presupuestos Generales del Estado.
En el presupuesto de 2016 el argumento para hinchar los ingresos fue que una eventual reforma del sistema de financiación autonómica con efectos ya para 2016 supondría, al menos, esa cantidad adicional para la comunidad peor financiada del Estado. La reforma debería haberse acometido en 2014, pero el Gobierno de Mariano Rajoy no la consideró prioritaria y no la impulsó, según confesó él mismo.
Para el año que viene, la estrategia será similar, ya que considera "miserables" las entregas a cuenta del Estado que el Ministerio ha comunicado que transferirá en 2017.
Lo explicó en respuesta a una pregunta del diputado de Ciudadanos Tony Woodward, que le recordó que Montoro ya ha comunicado oficialmente que la Comunitat Valenciana para el próximo ejercicio recibirá 470 millones más que para el presupuesto de este año. Según Woodward, "si bien es una cantidad insuficiente para el modelo de financiación que tenemos y que queremos más justo, es un incremento importante para el Consell".
"Teniendo en cuenta que tanto el señor Puig como el señor Soler ya han avisado de que no piensan renunciar a la inclusión de la partida política que son los 1.300 millones ficticios, si que nos gustaría que nos aclarara si esa partida política la va a adecuar al incremento de los fondos recibidos por parte del Estado o si piensa mantener la cantidad de 1.300 millones y convertir su reivindicación en 1.770 millones", preguntó el diputado de Ciudadanos.
Soler razonó que los valencianos "tenemos derecho a que las afectaciones fiscales y de ingresos fiscales estén correlacionadas con el crecimiento del cuadro macroeconómico", cuadro que, recordó, muestra una previsión de crecimiento del 3,3% en 2016 y del 2,2% en 2017, según un informe de BBVA Research presentado esta semana.
"Eso es lo que vamos a pedir", afirmó Soler desde su escaño. "Por tanto, el año que viene, la propuesta que estamos haciendo y vamos a llevar al Gobierno es no aceptar en absoluto una congelación de facto de los fondos de hace dos años. Por que la realidad no es esa, porque la Comunitat Valenciana está creciendo y eso se ha de plasmar en ingresos fiscales que permitan a este Gobierno acrecentar y consolidar ese crecimiento económico. Y por lo tanto, no vamos a aceptarlo", proclamó.
El conseller se refería a la liquidación del presupuesto que el Gobierno hace con dos años de retraso, de manera que cuando la economía valenciana crece, ese año recibe un dinero a cuenta inferior a la recaudación real de los tributos cedidos, y el resto no lo recibe hasta la liquidación. Este año, por ejemplo, la Generalitat recibió más de 1.539 millones de la liquidación de 2015.
"Vamos a trabajar por no aceptar las entregas a cuenta que ha hecho el ministro, que es miserable, que es de 200 millones solamente, sino que vamos a plantear un crecimiento sólido, veraz, que tenga que ver con el cuadro macroeconómico que nosotros sabemos que existe y ustedes también", concluyó Soler.
El artificio contable que pretende el conseller Soler tiene cierta similitud con el que puso en práctica su predecesor, Juan Carlos Moragues, en el último presupuesto del Gobierno de Alberto Fabra, el de 2015.
El actual delegado del Gobierno, que este jueves asistió a la sesión de control en la que Soler reveló sus planes, introdujo también unos 1.300 millones de euros de ingresos del Estado que el Ministerio de Hacienda no contemplaba. El motivo, la solicitud de un anticipo de la liquidación del presupuesto de 2014, que debía pagarse en 2016. Ese anticipo nunca se produjo y el ingreso ficticio se convirtió en déficit y más deuda para la Generalitat.
Así, a falta de conocer la cifra definitiva de ingresos ficticios, el de 2017 será el tercer presupuesto consecutivo que se cuadre de manera irregular, dada la diferencia entre ingresos y gastos reales debida a la infrafinanciación de la Comunitat Valenciana.