Semana para olvidar en Banco Santander: Orcel, Popular y su ciudad financiera

19/01/2019 - 

MADRID (EFECOM/María Taboada). El Banco Santander ha vivido una semana para el olvido en la que además de tener que dar marcha atrás en el nombramiento de Andrea Orcel como "número dos", se ha visto incluido en la causa judicial por la quiebra del Popular, y ha fracasado en su intento de recomprar su Ciudad Financiera.

Este último asunto fue el primer "jarro de agua fría" que recibió el Santander esta semana, pero el que más ha sorprendido ha sido la renuncia al fichaje de Orcel como consejero delegado.

A finales de septiembre, el Santander anunció a bombo y platillo que elegía al banquero de inversión italiano como "número dos" de Ana Botín para que relevara a José Antonio Álvarez a comienzos de 2019.

Orcel, que era el banquero de confianza de Emilio Botín y asesoró al grupo en las grandes operaciones corporativas de los últimos 20 años, ocupaba hasta ese momento el cargo de coconsejero delegado del banco suizo UBS, que había diferido parte de su sueldo para abonárselo en los próximos siete años. 

En total, más de 50 millones de euros que UBS aclaró que no estaba dispuesto a abonar al directivo si se iba a otro banco y que el Santander rechazó asumir al considerar "inaceptable" esta cantidad.

Por eso, según la versión oficial, se renunció a Orcel, una decisión "difícil" en palabras de la propia Botín, que, no obstante, se mostró "convencida" de que había sido la "correcta".

UBS, por su parte, ha asegurado que actuó con responsabilidad e informó "de forma transparente a todas las partes antes de que se tomara cualquier decisión".

Analistas e inversores no daban crédito a que una entidad como el Santander, el mayor banco de la zona euro, anunciara un fichaje de estas características sin tenerlo atado y luego reculara.

Fuentes financieras han explicado que en estas negociaciones "no se deja nada al azar", y que incluso se suele hacer un precontrato en el que se establece que si por alguna causa ajena al directivo no se le contrata, hay que indemnizarle por dejar su puesto anterior.

Quizás por ello algunos dan por descontado que Orcel iniciará una batalla legal contra el Santander, que en estos momentos parece dispuesto a enzarzarse en otros frentes judiciales, incluido la batalla por recomprar su Ciudad Financiera. 

El juzgado de lo Mercantil número 9 de Madrid decidió a comienzos de semana que la mejor oferta para hacerse con este complejo ubicado en Boadilla del Monte (Madrid) era la presentada por los multimillonarios hermanos Reuben a través del fondo Sorlinda.

En 2008, el Santander vendió el inmueble, en el que sigue en régimen de alquiler, a Marme Inversiones, compañía que luego entró en concurso de acreedores, lo que abrió la puerta a los interesados a pujar por las instalaciones. 

El Juzgado Mercantil número 9 de Madrid decidió que la mejor oferta era la de Sorlinda, por encima de la del Banco Santander, que presentó la suya como uno más, aunque tenía opción preferente de compra y ahora ha decidido recurrir esta decisión. 

El grupo financiero cuestiona la validez de la oferta de los hermanos Reuben, afincados en Londres pero de origen indio, y ha pedido a los administradores concursales de Marme que investiguen si el fondo cumple con las normas de blanqueo de capitales, al estar vinculado al paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas. 

Además, el Banco Santander advierte de que si no se cumplen determinados controles sobre su potencial casero para garantizar el control del blanqueo de capitales puede exigir una compensación de hasta 750 millones.

Y la batalla no la da por perdida, ya que los propios bancos acreedores de los Reuben dudan de su solvencia y la posibilidad de que puedan hacer frente a sus compromisos de pago, según un escrito consultado por Efe. 

El banco ha recibido otra mala noticia de la justicia, aunque esperada, porque la Audiencia Nacional ha considerado que tras absorber el Popular, el Santander ha heredado la responsabilidad penal del banco intervenido, una decisión que igualmente recurrirá.

Pese a la situación complicada que ha vivido el Santander esta semana, la acción no se ha visto afectada, y en las últimas cinco sesiones ha subido más del 1 %, con lo que en el año avanza ya más de un 9 %.

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