VALÈNCIA. Las residencias se han convertido en uno de los espacios más sensibles durante la crisis sanitaria provocada por la covid-19 debido a la letalidad que tiene sobre los mayores. Espacios donde el virus se adentró de forma virulenta y que obligaron a la Conselleria de Sanidad a intervenir en muchos casos con personal médico para poder atender los positivos en el punto álgido de la pandemia.
Según datos del departamento liderado por Ana Barceló, en la Comunitat Valenciana han fallecido 562 personas por covid-19 en residencias, un 39% del total de defunciones. La cuestión es que, un positivo no detectado y aislado a tiempo, puede desencadenar un trágico final como el fuerte brote del centro de Santa Elena en Torrent en el mes de marzo o las decenas de fallecidos en la residencia de Alcoy, donde murieron 73 mayores.
Ahora, tras un par de meses de aparente control de contagios, el repunte de casos en la sociedad valenciana ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en los espacios residenciales para evitar la entrada del virus. Sin embargo, un cambio en el protocolo de actuaciones para la prevención de estos espacios realizado por la conselleria y actualizado este mes de agosto ha llamado la atención al sector al eliminar la PCR obligatoria en el reingreso de residentes tras un alta hospitalaria o domiciliaria.
Según recoge la anterior versión, fechada en el mes de junio, para asegurar que la persona a ingresar en un centro residencial no tiene una infección activa por covid-19, y aunque no tenga síntomas sospechosos, se aplicarán las pruebas diagnósticas de PCR en las dos situaciones anteriores. Sin embargo, el mismo protocolo, actualizado en el mes de agosto, cambia el criterio y, tras un alta hospitalaria por causa distinta a covid-19, solo se tomarán las medidas higiénicas adecuadas pero no será necesario el aislamiento ni las pruebas diagnósticas salvo que se tenga duda de una posible exposición.
"Ante la duda razonable de que se haya podido producir exposición a la covid-19 y de que no se hayan cumplido las recomendaciones preventivas, se procederá al aislamiento preventivo de 14 días, que podrá acortarse si la PCR a los 10 días resulta negativa", recoge la última actualización.
Mientras, desde el sector no ven con buenos ojos la relajación en la realización de pruebas al considerar que las PCR son necesarias cuando los residentes reingresan en los centros y ayudar a mantener el mayor nivel de normalidad posible. Una circunstancia que consideran importante ante los numerosos rebrotes existentes en la Comunitat Valenciana y el alto porcentaje de positivos asintomáticos.
A esto se suma que los ingresados por covid-19 en los hospitales han vuelto a repuntar hasta los 160, por lo que el riesgo de contraer el virus en un centro hospitalario también se ha incrementado respecto al mes de junio. Y es que, de las empresas consideran que las pruebas les permite ir por delante y tomar medidas en fases tempranas, además de evitar el aislamiento de los mayores.
Un debate que se pone sobre la mesa a la espera de que Igualdad y Sanidad hagan público el nuevo protocolo para las residencias y que supondrá un endurecimiento a las medidas de la fase 3 de desescalada que regían estos centros desde el pasado 29 de junio. Una normativa que debería estar lista desde hace semanas pero que se ha alargado en el tiempo y que mantiene al sector a la espera.
Dentro de estas medidas se encuentra la suspensión de visitas y de salidas de las residencias, que se regulará en una resolución específica para cada centro en función de lo que los técnicos de salud pública dictaminen atendiendo a los criterios epidemiológicos de la zona en la que se ubiquen. Así, cuando una zona presente un índice de contagio elevado se valorará la suspensión. Al margen de esta cuestión, no ha trascendido qué otras fórmulas se aplicarán.
A día de hoy, según los últimos datos de la conselleria, hay casos positivos en 16 centros. Por otro lado, se encuentran bajo vigilancia activa de control sanitario tres residencias.