MADRID (EFE/EP). El presidente de Sacyr, Manuel Manrique, ha afirmado hoy que el negocio de Construcción de la compañía se incrementará en Latinoamérica, Europa, Norteamérica y Oriente Próximo mediante la combinación de "crecimiento orgánico, alianzas y una posible operación corporativa en Estados Unidos". En cuanto a Sacyr Industrial, uno de los pilares estratégicos de la compañía, prevé un repunte de la actividad de "oil & gas", así como "grandes oportunidades" en transporte y distribución de electricidad, un sector con grandes expectativas en los países emergentes.
En España, donde la caída de la construcción lastró la facturación del año pasado, la licitación seguirá a la baja, por lo que, a día de hoy, "el grupo sigue creyendo en el crecimiento internacional como palanca corporativa", ha señalado durante su intervención en la Junta General de Accionistas. El ejecutivo ha afirmado que Sacyr es hoy una empresa "fuerte, rentable y global" y con una estructura financiera "saneada", a lo que ha añadido que cuenta con un "enorme" futuro por delante.
Ha destacado que el periodo 2017 y 2018 estará caracterizado por el crecimiento económico, más pronunciado en los países emergentes, y ha agregado que el mundo aún se debe adaptar a cambios como el "brexit" o la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. "Todos los acontecimientos afectarán sin duda a nuestros negocios. Desde Sacyr hemos sabido entender el contexto en el que estamos inmersos y los estamos aprovechando para transformar los retos en oportunidades de negocio", ha afirmado Manrique, quien ha subrayado que la compañía aboga por la generación de caja y la rentabilidad, "por encima del volumen".
Así, se centrará en impulsar la gestión de proyectos de construcción y concesiones, la consolidación de Sacyr Industrial y la extensión de la actividad de servicios a segmentos y países "con vocación de consolidar nuestra posición de liderazgo". Para ello, el foco estará puesto en la especialización y en el crecimiento internacional con presencia local en un número seleccionado de países.
"La escala que deseamos alcanzar implica un posicionamiento reiterado y sostenible para mejorar capacidades", a lo que ha añadido que la sostenibilidad requiere eliminar deuda corporativa y diversificación de fuentes de financiación. En este sentido, ha subrayado que la deuda financiera del grupo pasó de 11.500 millones de euros a cierre de 2011 a 3.726 millones a cierre de 2016. En la actualidad, y tras amortizar 1.600 millones del préstamo asociado a la participación de Sacyr en Repsol, el endeudamiento se sitúa en 3.015 millones, ha subrayado.
Por otro lado, Manuel Manrique ha manifestado su "lealtad" con Repsol, petrolera de la que es segundo mayor accionista con un 8,2% de su capital social, así como su "compromiso" con la estrategia de negocio de la compañía energética. "Manifiesto nuestra lealtad como accionistas a Repsol y nuestro compromiso con el proyecto de la compañía", indicó Manrique durante su intervención ante la junta general de accionistas del grupo de construcción y servicios, a la que acudió como invitado el director financiero de la petrolera, Miguel Martínez.
Como también advirtió de abrir una "reflexión" en su consejo de administración para adecuarlo a los cambios registrados en su accionariado en las últimas semanas, cuando el empresario José Moreno Carretero se ha convertido en segundo máximo accionista, al elevar al 12,8% su participación en la empresa, y el grupo canario Lopesán ha tomado un 2,4%. Así lo indicó el presidente de la compañía, Manuel Manrique, quien no obstante descartó que exista una "lucha de poder" en el seno del grupo de construcción y servicios. "No hay luchas de poder, el consejo está unido", garantizó ante las preguntas formuladas por var