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Rosana Pastor: "Hemos dado con el mejor Estatuto del Artista posible”

La actriz y diputada, vocal en la Subcomisión para la Elaboración del Estatuto del Artista, analiza los efectos del texto tras ser aprobado el informe por el Congreso

4/07/2018 - 

VALÈNCIA. La actriz y diputada Rosana Pastor, vocal en la Comisión de Cultura y de la Subcomisión para la Elaboración del Estatuto del Artista, ha sido una de las piezas clave para desarrollar un texto que desde la industria cultural llevan esperando como agua de mayo. La valenciana reconoce que "estamos en un buen momento para que se impulsen cambios", aunque estos se llevan gestando desde hace mucho tiempo. Estos cambios, que coinciden con la llegada del nuevo Ministro de Cultura, José Guirao, también pasan por mejorar una relación entre Madrid y València que acabe con el tira y afloja del gobierno central con los contenedores culturales valencianos. "No hay una razón de peso que lo haga entendible", asevera Pastor. Se refiere, efectivamente, a los 600.000 euros para el Palau de les Arts Reina Sofía frente 9,3 millones del Teatro Real o los 7,1 millones del Liceo de Barcelona. También a los 261.000 euros del IVAM frente a los 2,18 millones de euros para el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) o 39,5 millones del Reina Sofía. Casi nada. 

Esto por lo que respecta al puente entre la Comunitat y Madrid, pero ahora la mente de la de Unidos Podemos está en el Estatuto del Artista. Hace apenas unos días que el Congreso aprobó el informe del mismo, que ahora deberá ser ratificado en el Pleno, un texto que plantea más de setenta puntos que prometen ser el revulsivo para los trabajadores del sector cultural. Entre otras cosas, el documento plantea la necesidad de modificar hasta tres leyes (la de IRPF, de Autónomos y de Enjuiciamiento Civil) para adaptar la normativa española a la realidad de la profesión. El estatuto giran en torno a tres ejes -fiscalidad, protección laboral y jubilación-, un texto que no se olvida del IVA cultural. Con mucho por hacer, pero una base ya en marcha, hablamos con Rosana Pastor.

-El texto se compone de distintas modificaciones concretas, ¿por qué es necesario la idea de Estatuto del Artista como paraguas?
-Pensamos que es necesario concentrar la especificidad del trabajo cultural. No solo del artista, sino de las personas que hacen posible el trabajo de creadores y creadoras. Es muy importante que se conozcan las particularidades de este trabajo, un empleo del que habitualmente conocemos la cara visible: cuando una obra es expuesta o cuando una representación se lleva a cabo. Pero no se contempla que detrás de tal manifestación hay un trabajo silencioso y largo [...] un trabajo arduo que hasta ahora se desarrolla en desigualdad de condiciones.

-¿Qué quiere decir ‘igualar condiciones’? 
-El trabajo cultural está sujeto a una temporalidad cíclica. Lo que llamamos intermitencia. El sector cultural pasa grandes periodos sin cotizar porque el periodo de preparación no está contemplado como periodo de trabajo. Vemos solo la pequeña punta del iceberg, cuando la obra está en condiciones de ser mostrada, pero para llegar ahí hay que recorrer un camino que en la mayoría de los casos no está cubierto por la Seguridad Social. A la hora de tributar, puedes tener un año –cuando presentas la obra- en el que recibes unos ingresos por encima de la media, pero has pasado un año o dos en los que no has tenido ingresos regulares. No se trata de tener privilegios, se trata de igualarnos en derechos, obligaciones y oportunidades.

-¿Son las modificaciones fiscales que plantea el Estatuto la solución para acabar con la precariedad?
-Estamos convencidos de que este texto es un avance importante, es una muy buena herramienta. Lo es en la medida en que una de las cuestiones que se aborda es que en el trabajo artístico hay trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia pero, también, hay un porcentaje elevado de 'falsos autónomos'. Es importante que desde las administraciones públicas, que muchas veces contratan personal del sector cultura, tengan en cuenta que es un trabajo por cuenta a ajena y que deberían hacer los contratos preceptivos para no tener a los trabajadores en situación de precariedad.

Foto: EVA MÁÑEZ.

-El Informe del Estado de la Cultura 2018 de la Fundación Alternativas recoge que se han creado 2.500 empresas pero se han perdido 50.000 empleos. 
-En muchos casos se obliga a los trabajadores de la cultura a darse de alta. Eso es una situación del todo irregular. No puede ser que estemos fomentando esa figura fantasma. En las reuniones de la Subcomisión formaban parte algunos diputados que han tenido competencias como alcaldes y alcaldesas, que pusieron sobre la mesa esa situación. Esto crea un problema muy grande. La crisis ha sido un mazazo para la contratación, pero no podemos dejar que se instale como una situación normalizada. Este Estatuto pretende poner el foco en las condiciones de trabajadores y trabajadoras de la cultura, que cada uno pueda cumplir con sus obligaciones.

-En el análisis aparece la figura de la "jubilación activa". 
-En los últimos años se han dado unas inspecciones abiertas a personas del sector cultural que, estando jubilados, seguían trabajando como artista. Pensamos que no podemos permitirnos el lujo de prescindir del talento creador que se ha acaudalado a lo largo de toda la vida. Cuando llega el momento de la jubilación es lógico que las personas que están en situación de seguir desarrollando una actividad artística quieran hacerlo, aunque sea de manera intermitente: escribiendo un libro, dibujando viñetas, etc. Hay que hacer posible que los creadores puedan seguir contribuyendo al sector artístico y aportando a la arcas pública. En el informe damos distintas posibilidades.

-Desde hace años se habla del del Artista, tanto es así que se mencionaba en los distintos programas electorales, ¿cuál ha sido el ejemplo a seguir?
-Es cierto que prácticamente la totalidad de partidos lo llevaban en su argumentario, pero no es menos cierto que si escuchas al sector, es lógico que salga. Otra cosa es el impulso. Finalmente ha salido con el apoyo de todos los grupos, por consenso. Hemos llegado a acuerdos aunque no ha sido un camino sencillo. Hemos mirado a Francia, a Bélgica... a algunos países del entorno europeo que contemplan medidas necesarias para que la creación siga desarrollándose. Por ejemplo, una parte importante tiene que ver con las transiciones profesionales. Hay profesiones, como la relacionadas con danza, que tras una preparación muy larga sus trabajadores ven que a cierta edad hay que abandonar la carrera. En Bélgica, por ejemplo, se están aplicando políticas para generar una transición profesional.

Foto: EVA MÁÑEZ.

-En este proceso de negociación, ¿han quedado fuera cuestiones que esperaba que se incluyeran?
-Creo que hemos dado con el mejor texto posible. El trabajo ha sido de mirada amplia, ha intentado recoger todas las necesidades del sector. Si verdaderamente esos cambios, necesarios y con los que contamos, se llevan a cabo, vamos a contemplar una mejora sustancial en las condiciones de vida del sector cultural.

-En la Comunitat Valenciana se anunció la creación de un Estatuto del Artista autonómico, ¿ha participado o está participando de él?
-Que yo recuerde no me ha contactado nadie con esa intención. Es cierto que se pueden mejorar las condiciones en cada territorio, dentro de las competencias que están transferidas, pero este Estatuto ha girado en torno a tres líneas: fiscalidad, protección laboral y jubilación. Estas competencias siguen estando en manos del gobierno central.

-¿Hay deberes pendiente 'dentro de casa'?
-En nuestra comunidad hemos estado muchos años expuestos a contrataciones sin ningún tipo de concurso público, en ocasiones rozando el fraude. Creo que la reacción de las instituciones culturales no puede ser irse al otro extremo, es inviable que determinadas contrataciones artísticas estén sujetas a un concurso de méritos. Debemos tener en cuenta quién valora la creatividad y a partir de qué curriculum. Es el momento de implementar cambios pero, dentro de ellos, no podemos irnos al extremo opuesto. Si quieres contratar una obra de teatro quieres una concreta, no la que salga más barata. No estamos contratando una empresa de mobiliario.

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