VALÈNCIA. “Considero que la venta de una startup es un fracaso. Tengo el convencimiento de que cuando una persona crea su propia empresa lo hace porque tiene en mente un sueño que alcanzar. Si a mitad del camino de alcance de esa meta alguien te ofrece dinero por dejarla y lo aceptas, has renunciado a ese sueño por el que te movías, por lo tanto es un fracaso. Como todo en la vida, siempre hay matices y casos puntuales, pero hay que tener presente que siempre van a existir grandes empresarios, grupos y corporaciones con más dinero y poder que tú y que pueden absorber tu empresa. Si todos los emprendedores sucumbiésemos a ello, ninguno llegaría a hacer algo grande. Los que hoy son grandes figuras empresariales lo son porque jamás cejaron en su empeño”. Aunque hay más emprendedores que comparten la opinión de Pablo Sanagustín, CEO de ONiAd, lo cierto es que la venta de una startup suele ser una noticia muy aplaudida, tanto por los medios como por los propios impulsores de la compañía.
En lo que va de año, varias startups nacionales han cerrado la venta con alguna gran corporación. Entre otras, pueden citarse el ecommerce Uvinum, la Fintech Aplazame, adquirida al 100% por el banco Wizink o Acumbamail, adquirida también al 100% por MailUp. El anunció de compra más reciente corresponde a Captio, para la gestión de gastos, ahora en manos de la francesa Certify.
“Indiscutiblemente, este es un día emocionante para todo el equipo que formamos Captio”, celebraban la noticia en la web de la startup. Luego ya, Dan Moser, director de marketing y cofundador de Captio aclaraba: “Estamos en un momento muy bonito y, la verdad, lo que sentimos es alivio y una gran satisfacción porque hemos conseguido lo que queríamos. Pero esto es solo un hito importante en la empresa, no es el final, porque continuaremos trabajando todo el equipo de Captio además de conservar nuestra sede y nuestra marca”. La sede de Captio con su equipo directivo se emplaza en una pequeña localidad rural, a 200 km de Barcelona, donde trabajan más de 30 programadores. Cuentan además con delegaciones en Barcelona y Madrid. “Más beneficios sin dejar de ser nosotros”, es el resumen que hacen de una negociación en apariencia más que ventajosa, aunque no revelen el importe de la venta.
También en el caso de Aplázame parece que la startup continuará operando de forma independiente y su consejero delegado y fundador, Fernando Cabello-Astolfi, seguirá al frente de la misma. Este es uno de los puntos de debate que suelen incluirse en los largos procesos de negociación, pero no siempre. En este sentido puede citarse como ejemplo a Dinoflux, una plataforma de Threat Intelligence adquirida hace unos meses por ElevenPaths, la Unidad de Ciberseguridad de Telefónica. Cuenta David de Santiago, CMO y cofundador de la startup junto a José Ramón Palanco, que él contactó inicialmente con Telefónica con la intención de venderles el producto, de la misma manera que lo había hecho antes con otras corporaciones. “La sorpresa llegó con la respuesta, cuando nos convocaron a una reunión para informarnos de que lo querían todo, el producto y el talento, y así es como nos incorporamos al portfolio de Telefónica Digital”.
A pesar de que la sorpresa fue mayúscula, tampoco tuvieron muchas dudas a la hora de tomar una determinación. “Sabíamos que el producto era bueno, pero también fuimos conscientes de que éramos una startup pequeña, con poco pulmón económico y que cualquier grande podría desarrollar algo similar a lo nuestro y tomarnos la delantera”, es el razonamiento de ofrece de Santiago para justificar el motivo de la venta. Ahora que forman ya parte del entramado y la plantilla de Telefónica dicen estar encantados. “Y claro que da pena deshacerte de una compañía a la que consideras tu bebé, pero precisamente porque quieres lo mejor para él, valoras cuáles son las mejores manos para cuidarlo y hacerlo crecer grande y robusto”.
También muchos de los que venden se plantean que, en el peor de los casos, siempre pueden volver a empezar y lanzar otro proyecto de éxito. Corresponden a ese tipo de emprendedores que María Benjumea, fundadora de Spain Startup-South Summit definía en la presentación del último mapa del emprendimiento como un nuevo profesional. “Estamos ante un emprendedor centrado en la creación de su proyecto y el desarrollo de su startup, que no aspira a convertirse en un empresario sino en un profesional de la innovación”.
La de Dinoflux es solo un ejemplo de las numerosas startups que han conseguido hacer negocio con Telefónica. Miguel Arias, director Global de Telefónica Open Future, hablaba hace unos días en el acto de presentación de la ‘nueva Wayra’ , de 100 startups incorporadas al portfolio de innovación abierta que trabajan ya con Telefónica a la vez que anunciaba su deseo de duplicar esa cifra. Datos como estos sitúan a la teleco como una de las principales corporaciones en Europa en lo que respecta a su aportación a la innovación abierta y al apoyo a las startups.
Y ese estrechamiento en la relación entre las grandes empresas y las pequeñas emergentes es también tema principal en el último mapa del emprendimiento. Según éste, “para 8 de cada 10 emprendedores su principal objetivo es cerrar acuerdos de negocio con una corporación”. Llama la atención que en las anteriores ediciones del mapa prevalecían los emprendedores en busca de inversor como estrategia de crecimiento por encima de los que persiguen alianzas con grandes empresas.