Puig: "La implantación de Medicina en Alicante se hará en función del interés general y de los recursos disponibles”

VALÈNCIA. Cuando la rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre, tomó posesión de su cargo el pasado 8 de mayo, en la mesa presidencial se podían contar seis hombres y dos mujeres: ella y la secretaria general de la Universitat de València, María Elena Olmos. Cuando este lunes se levantó para leer su discurso pudo comprobar que en apenas cuatro meses la mesa había pasado a ser paritaria. Sin forzar el paso. Simplemente dejando que la realidad se impusiese. Tres mujeres y tres hombres presidían el solemne acto de apertura del curso académico. Las tres mujeres eran dos rectoras, Mestre y la rectora de la Universitat Jaume I de Castellón, Eva Alcón, y la secretaria general de la Universitat; los tres hombres eran el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; el alcalde de València, Joan Ribó; y el rector la Universidad Miguel Hernández de Elche, Jesús Tadeo Pastor. Tres a tres. 

El Paraninfo de la Universitat de València acogió este lunes el Solemne Acto de Apertura de Curso Académico 2018-2019 en una ceremonia en la que estuvo presente una amplia representación de la sociedad valenciana, tanto política como social. Además de Puig y Ribó, entre los invitados se pudo ver al presidente de les Cortes, Enric Morera; al delegado del Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Fulgencio; varios consellers (Vicent Marzà, Vicent Soler, Gabriela Bravo…), concejales, representantes del Ejército, la directora general de À Punt, Empar Marco… El profesor José Devís de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte fue el encargado de impartir la lección magistral Los discursos sobre las funciones de la educación física escolar. Continuidades, discontinuidades y retos, y contó con Vicente Anyó y Miguel Villamón como padrinos.

Hubo unanimidad en lo político porque, esta vez sí, hubo representantes de todas las formaciones con presencia en Les Corts con la asistencia de las síndicas del PP, Isabel Bonig, y Ciudadanos, Mari Carmen Sánchez. A diferencia del acto de investidura, en esta ocasión las dos portavoces principales a nivel autonómico de ambos partidos sí que acudieron. Y, en el caso de Bonig, lo hizo con el portavoz en el Ayuntamiento de València, Eusebio Monzó, quien sí asistió a la Nau el día que Mestre tomó posesión de su cargo. El ambiente era de cierta celebración, pues, pero siendo conscientes de los retos y problemas que arrastra la universidad en los discursos se deslizaron menciones tanto a la financiación como, sobre todo, a los problemas de personal que aquejan al sistema valenciano.

Así, la secretaria general de la Universitat cargó contra el mantenimiento de la tasa de reposición de efectivos así como las limitaciones presupuestarias que hacen, según advirtió, que “la oferta pública de empleo para este ejercicio no haya sido suficiente para atender de forma estable las necesidades docentes, particularmente en las áreas de conocimiento más deficitarias”. Un problema de índole estatal ante el que desde el gobierno autonómico esperan ofrecer alternativas una vez esté aprobado el nuevo convenio; sino soluciones definitivas, al menos estables, como pedía Olmos. En este contexto, Mestre abogó en su discurso por un pacto integral por la Educación, desde la obligatoria hasta la universidad, que haga que salga del debate público y se convierta en lo que es: un asunto de Estado. 

El acto fue también la apertura de curso de las universidades valencianas, curso en el que hay pendientes sobre la mesa retos como la implantación de Medicina en la Universidad de Alicante, algo que, indicó Puig, no se hará si no existe disponibilidad económica. La decisión de aprobarlo se tomará, anunció el jefe del Consell, “en función del interés general y de los recursos disponibles”. Mestre tuvo detalles en su discurso con respecto a las otras universidades valencianas, y muy especialmente con la Universidad Politécnica de València que cumple medio siglo y a la que calificó de “institución hermana” al tiempo que reconoció sus esfuerzos por “convertirse en la mejor politécnica del Estado”. También invocó el valor de las universidades públicas y, lógicamente, el de la suya, y reivindicó la riqueza intelectual que ésta supone para la sociedad. “La diversidad de las birretes que encontrarán en este Paraninfo es un ejemplo de la diversidad de los saberes de esta Universidad, este Estudio General”, dijo.

Pero como no sólo de convenios vive el hombre, Puig recogió el guante de la financiación y anunció, antes de que se iniciara el acto, que se está trabajando en un nuevo plan de financiación que esperaba que antes de fin de año estuviera pactado entre las universidades y la Generalitat. La igualdad fue otro de los temas destacados que se mencionaron en los discursos tanto de la rectora como del presidente. La primera recordó la importante contribución de las universidades públicas a la transformación de la sociedad, su democratización y la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. El segundo, aludió específicamente al hecho de que la universidad es la vanguardia de la sociedad y lo que en ella sucede acontecerá en la sociedad en el futuro. Dando por ciertas las palabras del jefe del Consell, y atendiendo a la mesa presidencial de este lunes, las expectativas son razonablemente optimistas. Como apuntó Puig, ahora sí: “Los tiempos están cambiando”.