ELCHE. Levantarse por la mañana y sentirse atrapado en el tiempo. Esa debe ser la sensación de muchos aficionados del Elche. Podríamos cambiar el “Día de la Marmota” por el “Día del Elche CF en desequilibrio económico”. Sería hasta gracioso si como en las películas de cine la cosa terminara bien. Pero, por desgracia, sobre el club de nuestros amores suelen giran en los últimos tiempos cintas de miedo e intriga con final incierto. ¿Quién no recuerda el final de la película de Primera División? los protagonistas aseguraban que el club jamás descendería por impagos a Hacienda… Hoy vemos que nuestro Elche milita en esta categoría por culpa de unos gestores que jamás entendieron que su obligación como consejeros era velar por el cumplimiento de las obligaciones económicas y preservar al club de cualquier daño y especialmente de un descenso administrativo.
Tras un año en el cargo, el nuevo consejo de administración se ha dedicado más a encontrar enemigos donde tenía que buscar aliados. Un consejo para el que parece que defender los intereses económicos del club es secundario, siempre que se tenga delante empresas como por ejemplo “Los Serranos”; prueba de ello es la aceptación de la deuda e hipoteca de la citada mercantil en el concurso de acreedores. Por eso no cabe a estas alturas de la película más que preocuparse por el reto que Bruselas impone al club. La decisión de recuperación de 4,1 millones de euros y si los protagonistas cuentan con soluciones para todos los escenarios que se les puedan presentar: ¿tienen capacidad económica para pagar si finalmente hay obligación de hacerlo? ¿puede el consejo solucionar tan grave incidencia económica sin que ello perjudique al desarrollo normal del club en Segunda División?
Ser prudentes y preocuparse por lo anterior no es más que un ejercicio de responsabilidad, por más que algunos se empeñen en frivolizar en momentos tan delicados y, obviando nuestro reciente pasado, tachar de alborotadores y catastrofistas a aquellos que no les bailan el agua y alertan de lo peligroso que sería un incumplimiento de pago ante instituciones tan importantes como son las de la Unión Europea. Estamos donde estamos y a estas alturas ya no valen las palabras. Aquellos que se aferran al sillón deberían tranquilizarnos demostrando su capacidad económica para el caso de que nos enfrentemos el escenario más desfavorable, evitando así el sufrimiento de los aficionados franjiverdes, que son quienes padecen de corazón las desventuras de nuestro Elche CF y a los que el consejo de administración recurre y olvida según le interese.