Foto: KIKE TABERNERVALÈNCIA. Fue el anuncio estrella del president de la Generalitat, Ximo Puig, en el pasado Debate de Política General, pero también despertó la desconfianza de sus propios socios parlamentarios. Desde el primer día Podemos no se fió de Edificant, el plan del Consell para construir 200 colegios y reformar otros 500 en colaboración con los ayuntamientos. No en vano, antes de aprobar el decreto que dio vida a este proyecto, la formación morada registró una moción en la que pedía al Ejecutivo valenciano que el conseller Vicent Marzà compareciera y presentara semestralmente informes sobre su estado de ejecución.
Aquella moción fue aprobada, pero seis meses después el feedback recibido no cumplió el contenido del texto validado ni tampoco satisfizo las expectativas del partido que lidera Antonio Estañ. Fue el secretario autonómico de Educación, Miquel Soler, quien compareció en Les Corts y no entregó a los grupos parlamentarios ninguna documentación. En consecuencia, ahora Podemos exige que se dé cumplimiento al acuerdo al que llegaron en noviembre del año pasado. ¿Los motivos? Siguen sin fiarse de que vayan a reducir al menos en un 54% -cifra que ofrecieron desde la Conselleria tras asumir que no podrían acabar con todas las aulas prefabricadas en este mandato- los barracones antes de que termine la legislatura.
El diputado Antonio Montiel solicitó este lunes –a 24 horas de que se cumpla un año de aquel anuncio– que se remita de manera "urgente la documentación a la que se hacía referencia en la moción aprobada por unanimidad". Esto es, un informe del ritmo de implementación y ejecución del Plan Edificant acompañado de una "copia de las resoluciones y convenios mediante las cuales se instrumenta la aceptación de la delegación" y una relación de las delegaciones que no se haya llegado a materializar "con expresión de los motivos de esta circunstancia".
La eliminación de los barracones fue un compromiso adquirido ya en el debate de investidura de Ximo Puig. Sin embargo, transcurridos dos años de gestión del Ejecutivo formado por PSPV y Compromís, el Consell admitió con Edificant que carecía de medios para eliminar todas las aulas prefabricadas y por ello ponía en marcha este plan de choque que permitiría acelerar la construcción de infraestructuras educativas. Así, pretendían que, al menos, el Botànic pudiera acercarse al mapa escolar que habían previsto.
Las cifras de alumnos en barracones se han reducido en esta legislatura casi a la mitad, pero aún así siguen siendo elevadas: todavía 4.000 niños han empezado este curso en aulas prefabricadas. Una cifra a la que la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, restó gravedad este lunes. "Una vez solucionado el tema del ladrillo vienen las políticas 100% Botànic y eso será en la siguiente legislatura; una vez solventado lo urgente", subrayó tras considerar que las aulas prefabricadas es un tema de "carpeta cerrada".
Las cifras, no obstante, no son pequeñas y preocupan a propios y extraños. De hecho, Podemos y PP calculan que los 4.000 menores corresponden a centros formados íntegramente por barracones, pero que si el Consell tuviera en cuenta la cantidad que se encuentra en barracones parciales -colegios que tienen algunos módulos prefabricados- aumentaría a más de 10.000 niños.
"Si en Consell consigue alcanzar el porcentaje del 54%, para ellos será un logro, para nosotros un fracaso", aseguran desde Podemos a Valencia Plaza. Los morados quieren todos los detalles del estado de ejecución del plan que dejará para la siguiente legislatura tareas pendientes.
